El Libro de San Cipriano es un grimorio conocido en el mundo de habla hispana y portuguesa. También es conocido como Gran Libro de San Cipriano, Libro Magno de San Cipriano o simplemente Ciprianillo. La edición más difundida lleva por subtítulo El tesoro del hechicero. A lo largo de la historia ha habido múltiples versiones del libro, como el Millonario de San Ciprián o Los secretos del Infierno.
Livro de São Cipriano y Libro de San Cipriano | ||
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Género | Grimorio | |
Idioma | Español y portugués | |
De acuerdo con la versión legendaria, en el año 1001 un monje alemán llamado Jonás Sufurino tuvo contacto con los espíritus superiores de la corte infernal, quienes le dieron el libro en las cercanías del monasterio del monte Brocken, que en la antigüedad sirvió como lugar de reunión para los aquelarres de la brujas. El libro estaba escrito en pergamino virgen con caracteres hebreos. Una de las primeras referencias conocidas es la de Heinrich Cornelius Agrippa, que cita en sus obras libros de nigromancia atribuidos a san Cipriano.
De las múltiples versiones y variantes impresas del Libro de San Cipriano, se distinguen dos tipologías:[1]
Las primeras ediciones datan de la segunda mitad del siglo XVIII. En 1802, el presbítero Juan Rodríguez de Ferrol, de Galicia, fue acusado formalmente de poseer una copia del Libro de San Cipriano, y otros documentos que usaba para buscar tesoros escondidos.[2]
Un libro titulado Los secretos del Infierno, o sea, El Emperador Lucifer y su ministro Lucifugo Rofocale, editado por el mago Bruno, fue impreso en Rambla de Cataluña en 1835, copiado de un original de 1522. El contenido de ese libro sería prácticamente el mismo del Libro de San Cipriano hablando sobre demonios como derrotarlos o cosas por el estilo.
En 1885, Bernardo Barreiro de Vázquez Varela publicó un Libro de San Cipriano en su modalidad de magia negra, en el que se afirmaba que la primera edición había sido la de la rabina Beneciana Kabina. Esa edición se centraba principalmente en los círculos mágicos, modos de establecer pactos diabólicos y un catálogo de seres infernales. El demonio más mencionado en esa edición es Lucifugo Rofocale. El libro está dividido en cuatro partes:[3]
Es un folleto burlesco publicado en La Coruña a mediados del siglo XIX, editado por Adolfo Ojarak, que ofrece una lista de supuestos tesoros escondidos por los romanos y los moros.[4]
A mediados del siglo XIX se editó un Ciprianillo dirigido exclusivamente a sacerdotes, frailes y monjas. Las operaciones mágicas contenidas en ese libro son de tipo benéfico, e incluyen el cuidado de los rebaños, curar a los feligreses, encontrar cosas perdidas, buscar fuentes de agua o agua subterránea, deshacerse de los demonios molestos, protegerse del mal de ojo, etc. Sin embargo, también se incluyen procedimientos para la adivinación mediante cartomancia y un poco de astrología. En esa versión del Libro Magno de San Cipriano no hay pactos con los demonios, sino órdenes contundentes.[5]
Se trata de un Ciprianillo editado en época cercana al anterior, pero mucho más breve. Contiene cuatro capítulos:[6]
Se trata de una edición impresa en México D.F. a mediados del siglo XX, ampliamente difundida en el ámbito popular latinoamericano. Consta de una fusión bastante amplia de varios libros divididos en tres partes:[7]
En 1985 se editó en Barcelona el Libro Magno de San Cipriano. Tesoro del Hechicero, por Ediciones Humanitas, en el que se añade un capítulo sobre la Cruz de San Bartolomé, además de comentarios en notas a pie de página.[8]