El Libro de Judit (en griego antiguo: Ἰουδείθ, romanizado: Ioudeith; en hebreo: יְהוּדִית, Yehudit, «la judía»)[1] es una obra literaria hebrea que no forma parte del canon bíblico judío. La Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, al estar incluido en la Biblia Septuaginta, lo consideran canónico; las iglesias reformadas lo consideran un libro apócrifo.
Libro de Judit | |||||
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Idioma | Hebreo | ||||
Libros Históricos | |||||
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El libro cuenta la historia de una viuda hebrea llamada Judit, hija de Merari[2] y esposa de Manasés, de la tribu de Simeón[3] en plena guerra de Israel contra un ejército asirio enviado por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Un episodio considerado como histórico por los católicos hasta mediados del siglo XX[4] y todavía sostenido como histórico por los católicos tradicionalistas, y ubicado por Straubinger en los tiempos del cautiverio del rey Manasés.[5]
De bellas facciones, buena educación, celo religioso, gran riqueza[6] y una gran pasión patriótica,[6] Judit vive en la ciudad de Betulia, sitiada por el ejército invasor al mando del general Holofernes. Cuando la ciudad está a punto de rendirse, Judit acompañada de su criada se presenta en el campamento asirio y seduce a Holofernes, quien la invita a pasar la noche junto a él en su tienda. Una vez allí, lo embriaga y, cuando cae dormido, lo decapita con su propia espada. Luego, abandona el campamento llevando consigo la cabeza del líder invasor. Los hebreos cuelgan de la muralla el despojo y salen de la ciudad para enfrentarse a los asirios. En el campamento enemigo descubren el cuerpo mutilado y se dan cuenta de lo sucedido. Esto provoca el temor en el ejército que huye a la desbandada y es derrotado por los israelitas.[7] Judit es aclamada como una heroína por el pueblo y el Sumo Sacerdote.[8] Después de esto, vive en su casa y no acepta ninguna propuesta de matrimonio.[9] Antes de morir, libera a su doncella y cuando fallece es sepultada en la tumba de su esposo Manasés. Hasta muchos años después de su muerte, ningún enemigo amenaza a Israel.
No se conoce con exactitud la fecha del libro, la hipótesis más aceptada es que fue compuesto en tiempos de los Macabeos (mediados del s. II a. C.). El autor o autores del Libro de Judit son desconocidos a día de hoy.
Judit es considerado como una especie de novela histórica la cual, haciendo uso de recursos similares a la novela helenística, cumple una clara función de narración edificante y exaltadora del patriotismo y la piedad. Si en verdad fue compuesto en la época macabea, entonces su objetivo sería impulsar a la resistencia de los judíos contra sus invasores mediante la narración de la heroica y arriesgada hazaña de una heroína del pasado en similares circunstancias.
Tal vez, como analizan algunos estudiosos, el Libro de Judit junto a los inmediatos de Tobit, Ester y Job representan un tipo de género intermedio de libros narrativos realmente no históricos sino más bien sapienciales, entre los otros libros que suelen ser tenidos por históricos reales y aquellos que de hecho son simplemente libros sapienciales.
No obstante, debe decirse que el libro sigue siendo considerado como histórico por sectores tradicionalistas. Estos generalmente siguen aquí al sacerdote y erudito católico Fulcran Vigoroux, quien en su comparación entre el Libro de Judit y la historia asiria identificó a Nabucodonosor, rey de Asiria,[10] con Asurbanipal (668-627 a. C.) y a su rival Arfaxad, rey de los medos, con Fraortes de Media (665-653 a. C.), hijo de Deyoces, fundador de Ecbatana,[11] basándose en los paralelismos directos existentes entre las campañas de ambos.
Según argumentó Vigouroux, las dos batallas mencionadas en el primer capítulo del Libro de Judit son una referencia al choque de los dos imperios en 658-657 y a la muerte de Fraortes en batalla en 653, después de lo cual Asurbanipal continuó sus acciones militares con una gran campaña que comenzó con la Batalla del río Ulai (653 a. C.) en el año decimoctavo de su reinado. Las fuentes contemporáneas hacen referencia a los muchos aliados de Caldea (gobernada por el hermano rebelde de Asurbanipal, Shamash-shum-ukin), incluido el Reino de Israel y el Reino de Judá, que fueron súbditos de Asiria y se mencionan en el Libro de Judit como víctimas de la campaña occidental de Asurbanipal.[12]
Durante ese periodo, como se indica en el Libro de Judit, no había rey en Judá, ya que el soberano legítimo, Manasés de Judá, estaba cautivo por los asirios en ese momento.[13] Como una política típica de la época, todo el liderazgo fue transferido a las manos del Sumo Sacerdote de Israel a cargo, que fue Joaquim en este caso (Judit 4:6). La profanación del templo (Judit 4:3), por su parte, habría sido la ocasionada bajo el reinado del propio Manasés,[14] quien había reintroducido el culto idolátrico en el templo tiempo después de que su padre Ezequías hubiera expulsado de allí a los ídolos (ver 2 Crónicas 29:18-19).
Además, en la Biblia nunca se hace referencia a Asurbanipal por su nombre, excepto quizás por la forma corrupta Osnaper en 2 Crónicas y Esdras 4:10 o el título anónimo «El rey de Asiria» en 2 Reyes. Esto significa que aparentemente su nombre podría no haber sido registrado nunca por los historiadores judíos y por tanto habría resultado desconocido para el autor del libro, lo que justificaría que este decidiera presentarlo en su lugar bajo el seudónimo de Nabucodonosor II, quien no fue verdaderamente rey de Asiria, sino de Babilonia, y no bajo su nombre real.
El autor intenta probar, por encima de todo, la intervención de Dios en la liberación de Betulia. Dicho de otra forma, todo el libro se refiere al modo en que Dios puede utilizar un instrumento humano (Judit en este caso) para obtener el resultado perseguido. El Libro de Judit está impregnado de legalidad y patriotismo, concentrando su atención en el drama religioso que allí se desarrolla.
Atanasio[15] (367 d. C.) y Rufino de Aquilea[16] (c. 400 d. C.) mencionan que Judit "mientras no es parte del Canon fue designado por los Padres para ser leído". San Agustín (c. 397) escribe en su libro Sobre la doctrina cristiana que este es un libro canónico,[17] el papa Inocencio I (en 405) envió una carta al obispo de Toulouse citando el Libro de Judit y otros libros deuterocanónicos como parte del canon del Antiguo Testamento.[18]
El concilio de Roma (382 d. C.),[19] el concilio de Hipona[20] (en 393), seguido por el concilio de Cartago (397[21] y 419[22]), el concilio de Florencia[23] (en 1442) y finalmente el concilio de Trento (en 1546) confirmó la decisión de previos concilios listando todos los libros deuterocanónicos, incluido el Libro de Judit, como libros canónicos.[24]
El prólogo de Jerónimo al Libro de Judit, sin usar la palabra canon, menciona que el Libro de Judit fue considerado como escritura por el Primer Concilio de Nicea.
Entre los hebreos, el Libro de Judit se encuentra entre los hagiográficos... Pero como este libro se encuentra por el Concilio de Nicea como contado entre el número de las Sagradas Escrituras, acepté tu solicitud.[25]
El siguiente soneto LXXVIII de Lope de Vega, incluido en Rimas Humanas (1602), se titula "Al triunfo de Judit":
Cuelga sangriento de la cama al suelo
el hombro diestro del feroz tirano,
que opuesto al muro de Betulia en vano,
despidió contra sí rayos al cielo.
Vertido Baco, el fuerte arnés afea
los vasos y la mesa derribada,
duermen las guardas, que tan mal emplea;
(Poesía lírica del Siglo de Oro. Cátedra: Madrid, 2009. Páginas 268-9)
Rosario Castellanos interpreta de manera muy libre la historia bíblica de Judit en su obra de teatro homónima. Publicado en 1959 el texto de Castellanos sitúa la acción en un pueblo de la Tierra Caliente en Chiapas durante la época revolucionaria. La obra conserva características del argumento original como la viudez de Judit –provocado por ella misma en la obra–, la ciudad sitiada y el conflicto armado que sirve de telón de fondo, sin embargo, el final es radicalmente distinto en la concepción de Castellanos: Judith se niega a llevar a cabo el sacrificio que le exigen sus congéneres y prefiere «caminar entre maldiciones» antes de cometer un asesinato en nombre de Dios.
Año | Película | País | Intérprete | Director | Formato |
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1914 | Judith of Bethulia /Her Condoned Sin /Judith de Bethulia | EUA | Blanche Sweet | D.W. Griffith | Mediometraje |
1920 | Giuditta e Oloferne | Italia | Ileana Leonidoff | Aldo Molinari | Largometraje |
1929 | Giuditta e Oloferne | Italia | Jia Ruskaja | Baldassarre Negroni | Largometraje |
1959 | Giuditta e Oloferne /Judith y Holofernes | Italia, Francia | Isabelle Corey | Fernando Cerchio | Largometraje |
1961 | Judith | Argentina | Violeta Antier | David Stivel | Telefilme |
1980 | Judita | Yugoslavia | Dubravka Miletic | Marin Caricl | Telefilme |
2007 | Judith | Canadá | Annick Fontaine | Eric Chaussé | Cortometraje |
Judit forma parte de la instalación de la artista feminista Judy Chicago, The Dinner Party. Esta es una historia simbólica de la mujer en la civilización occidental que representa a 1.038 mujeres de la historia –39 de ellas están representadas por cubiertos y otras 999 en los nombres que están inscritos en The Heritage Floor sobre el que descansa la mesa–.[26] Su juego de mesa combina símbolos de las tradiciones de Oriente Próximo con símbolos de feminidad. Históricamente, las mujeres judías utilizaban las técnicas de bordado de su país de residencia. Así, el camino evoca el elaborado tocado que tradicionalmente llevaban las novias yemeníes. Los hilos, cordones y monedas de oro sugieren la costumbre de Oriente Medio de exhibir la dote de la novia para demostrar la riqueza de su familia y su valor como mercancía.[27]
Predecesor: Tobit (Tobías) |
Libro de Judit Libro histórico y deuterocanónico del Canon católico y ortodoxo. |
Sucesor: Ester |