La chinche americana del pino o chinche americana de las piñas (Leptoglossus occidentalis) es una especie de insecto hemíptero de la familia Coreidae. Es una especie originaria del oeste de Norteamérica, desde las Montañas Rocosas y California hasta Columbia Británica e Idaho, pero recientemente ha expandido su área de distribución hasta el este de Norteamérica, en zonas como Connecticut y New Hampshire,[1] a México,[2] y ha llegado accidentalmente a Argentina y Europa donde se comporta como especie exótica invasora y afecta a las cosechas de piña del pino piñonero y al cultivo de pinos en vivero.[3][4] La primera cita en Europa sucedió en Italia en 1999.[5] En Asia, se encontró por primera vez en Japón en 2008.[6] En España, está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013.[7]
Leptoglossus occidentalis | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Arthropoda | |
Clase: | Insecta | |
Orden: | Hemiptera | |
Familia: | Coreidae | |
Género: | Leptoglossus | |
Especie: |
Leptoglossus occidentalis Heidemann, 1910 | |
La longitud media de L. occidentalis es de 16-20 mm, siendo los machos menores que las hembras. Pueden volar y producen un zumbido cuando lo hacen. Leptoglossus occidentalis, de coloración parda y rojiza; puede identificarse gracias a sus tibias traseras aplanadas, a las espinas de sus fémures posteriores, a las bandas claras y oscuras que recorren el exterior de las alas a ambos lados del abdomen y también gracias al dibujo blanco en forma de silla en sus hemiélitros.[2] Sus método principal de defensa es expulsar un olor desagradable y amargo; a pesar de ello, no pertenecen a la familia Pentatomidae, sino a la Coreidae. Aunque a primera vista guardan cierta similitud con chinches cazadoras, como Arilus cristatus y otras chinches asesinas de la familia de la xinxaaa americana del pI Reduviidae, en realidad no están emparentadas estrechamente, a pesar de que todas cuenten con proboscis; solamente las chinches asesinas muerden incluso sin ser molestadas. Sí pueden llegar a morder con la proboscis si se las maneja bruscamente, pero es difícil que causen daño, porque están adaptadas a sorber savia y no a cazar como los redúvidos. En Chile, se ha confundido con chinches de la subfamilia Triatominae, lo que ha causado una alarma injustificada.[8]