Un caffè latte consiste en uno o más chupito de espresso, servidos en un vaso (o a veces una taza), a los cuales se les añade leche caliente al vapor.^[5]​ La diferencia entre un caffè latte y un capuchino es que este último se sirve en una taza pequeña de alrededor de 140 ml con una capa de espuma densa sobre la leche, mientras que el caffè latte se sirve en un vaso (o taza) más grande de unos 230 ml, y sin esa capa espesa de espuma.^[6]​

El latte se distingue claramente de otras preparaciones similares por sus proporciones y método de preparación. Mientras que un capuchino tradicional contiene partes casi iguales de espresso y leche al vapor —lo que genera una espuma abundante— y suele servirse en recipientes de 150 a 180 ml, el latte utiliza aproximadamente un tercio de espresso y dos tercios de leche vaporizada, con solo una fina capa de espuma en la parte superior. Generalmente se sirve en recipientes de 240 ml o más. En cuanto al café con leche, la diferencia depende del país y la tradición local, aunque en términos generales esta bebida es muy similar al capuchino en cuanto a proporciones (mitad espresso y mitad leche). Sin embargo, suele prepararse con leche calentada sin vaporizar y, por lo tanto, carece de espuma.

Por lo tanto, un caffè latte contiene mucha más leche y tiene un sabor a café más suave. La forma en que se vaporiza la leche para un caffè latte genera burbujas muy finas, que pueden ser vertidas de manera que formen patrones sobre la espuma blanca y la crema (lo que se conoce como arte del late). La textura de la microespuma cambia el sabor y la sensación de la bebida.^[7]​

Una bebida similar es el latte macchiato , que también se sirve en vaso, pero el espresso se añade al vaso después de la leche al vapor.^[5]​  En Italia, las bebidas de café con leche como el caffè latte, el latte macchiato y el capuchino a menudo se preparan solo para el desayuno.^[8]​

Según el Oxford English Dictionary , el término caffè e latte fue utilizado por primera vez en inglés en 1867 por William Dean Howells en su ensayo "Italian Journeys", pero como esto precedió a la difusión de las máquinas de espresso , esta bebida no habría sido "nada como los lattes que se encuentran hoy en las cafeterías especializadas".

Se cree que la bebida “técnicamente” se originó en Europa del siglo XVII.^[9]​ En Italian Journeys, William Dean Howells menciona haber sido servido con la bebida en un barco de vapor que viajaba de Trieste a Venecia.^[10]​

El café con leche moderno apareció en el siglo XX, tras la invención de la máquina de espresso en el siglo XIX.^[11]​  Esto fue posible gracias a la adición de la varilla de vapor a la máquina de espresso en 1903, lo que permitió agregar calor y textura a la leche agregada al café. ^[12]​