En el siglo XVII, en Francia, «Las Hijas del Rey» (les Filles du Roi o les Filles du Roy, conforme a la ortografía de la época) eran mujeres solteras, de 15 a 30 años, que querían emigrar a la colonia francesa conocida como Nueva Francia para casarse allí.
El rey de Francia actuaba como tutor, pagando los gastos del viaje y una dote de 50 libras si contraían matrimonio.
La mayoría de ellas eran huérfanas y de origen modesto.[1]
El primer grupo de mujeres emigrantes llegó en 1663.
Diez años después de su llegada, la población de la colonia se había duplicado.[2]
El nombre de «Hijas del Rey» fue aplicado exclusivamente a las que emigraron desde 1663 hasta 1673.
Se estima que, en total, fueron entre 700 y 1000 mujeres que emigraron bajo este sistema.