Lambert Lombard (Lieja, 1505/1506-Lieja, 1566) fue un pintor, grabador, numismático, humanista y arquitecto renacentista.[1]
Inició su formación artística según Dominicus Lampsonius en el taller de Jan de Beer en Amberes y más adelante en Middelburg, donde recibió la influencia de Jan Gossaert, y Utrecht, donde entró en contacto con Jan van Scorel.[1] En 1537 el príncipe-obispo de Lieja Érard de La Marck lo envió a Roma con el cortejo del cardenal Reginald Pole. Allí se relacionó con artistas como Francesco Salviati o Baccio Bandinelli y pudo dedicarse al estudio de la estatuaria clásica y del arte renacentista. De regreso a Lieja en 1539 fundó una academia de dibujo en la que tuvo como discípulos a Hendrick Goltzius, Frans Floris, Willem Key y Lampsonius entre otros. En 1557 hizo un breve viaje a Alemania donde dibujó el célebre monumento funerario romano de Igel.
Dominicus Lampsonius escribió su biografía, publicada en Brujas en 1565 con el título Lamberti Lombardi apud eburones pictoris celeberrimi vita.[2] Gracias a ella se conocen las ideas artísticas de Lombard, manifestadas también en los ochocientos dibujos contenidos en los álbumes de Aremberg y de Clerembault conservados en el Gabinete de Estampas del Museo de Bellas Artes de Lieja. Destinados a la enseñanza en su academia, en ellos se aprecia su interés por la antigüedad y la historia del arte en todas su manifestaciones, desde la numismática o la mitología al coleccionismo de estampas.[3] Son por el contrario muy escasas las pinturas que se le pueden atribuir. Entre ellas, las tablas de la predela del retablo de la iglesia de Saint-Denis de Lieja, en las que de forma característica conjuga el detallismo y el gusto por la anécdota propio de la tradición flamenca y de la escuela manierista de Amberes con las sugerencias del Renacimiento italiano en los fondos arquitectónicos y las ordenadas composiciones.[4]