La virgen gaucha es una película de Argentina filmada en colores dirigida por Abel Rubén Beltrami sobre su propio guion según un argumento de Víctor Proncet que se estrenó el 2 de abril de 1987 y que tuvo como actores principales a Cristina Lemercier, Orlando Carrió, Luis Medina Castro, Jorge Rossi, Carlos Muñoz y Nélida Romero.
La virgen gaucha | ||
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Ficha técnica | ||
Dirección |
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Ayudante de dirección | Marcelo Céspedes (Ayudante de dirección) | |
Producción | Francisco Maccarone | |
Guion | Abel Rubén Beltrami | |
Basada en | Un argumento de Víctor Proncet | |
Música |
Mario Cosentino Víctor Proncet | |
Fotografía | José Antonio Pizzi | |
Montaje | Remo Chiarbonello | |
Escenografía | Luis Diego Pedreira | |
Protagonistas |
Cristina Lemercier Orlando Carrió Luis Medina Castro Jorge Rossi Carlos Muñoz Nélida Romero | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Argentina | |
Año | 1987 | |
Género | Drama | |
Duración | 70 minutos | |
Clasificación | SR | |
Idioma(s) | Español | |
Compañías | ||
Productora | NF Producciones | |
Distribución | Producciones Galaxia | |
Presupuesto | 450 000 dólares | |
Ficha en IMDb | ||
Los relatos paralelos de la historia de la Virgen de Luján en el siglo XVII y de una violinista ciega que recupera la visión durante la visita del Papa a la Argentina en 1982.[1]
Intervinieron en el filme los siguientes intérpretes:[1]
Actor | Personaje |
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Cristina Lemercier | |
Orlando Carrió | |
Luis Medina Castro | |
Jorge Rossi | |
Carlos Muñoz | |
Nélida Romero | |
Iván Grondona | |
Oscar Pedemonti | |
Norma López Monet | |
Raúl Maravini | |
Pablo Moret | |
Diego Rigal | |
Gustavo Giordano | |
Marcela Martín | |
Luis Aldás | |
Víctor Proncet | |
Gabriel Langlais | |
Hernán Lencinas | |
Marisa Filipín |
Aníbal M. Vinelli en Clarín dijo:
«En sus peores o mejores momentos –es difícil decirlo- el film resulta involuntariamente cómico.»[1]
Marcelo Fernández en El Cronista dijo:
«Artísticamente, es un horror.»[1]
Daniel López en La Razón opinó:
«Que el cielo la juzgue… Juan Pablo II debería hacerse una escapadita hasta el Ideal I y ver las cosas que se perpetran en nombre de la religión.»[1]
Manrupe y Portela escriben:
«Una estampita que costó 450.000 dólares, y se estrenó a propósito de la segunda visita de Juan Pablo II a la Argentina.»[1]