«La chicha» es una canción patriótica de 1820 del género canzoneta,[1][2][3] escrita por José de la Torre Ugarte y compuesta por José Bernardo Alcedo, ambos autores del Himno Nacional del Perú. Es considerada el primer himno nacional peruano.
«La chicha» | ||
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Cuadrilla de negros festejando el 28 de Julio de 1821 (acuarela de Pancho Fierro) | ||
Publicación | 1820 | |
Género | canzoneta | |
Compositor | José Bernardo Alzedo | |
Letrista | José de la Torre Ugarte | |
Idioma original | español | |
País de origen | Perú | |
«La chicha» fue escrita aproximadamente entre julio[4] y septiembre de 1820[5] por José de la Torre Ugarte y José Bernardo Alcedo,[1][6] a rebufo de la llegada del general José de San Martín a Lima[5] tras la huida del general realista José de Canterac a la sierra. Ya en la capital del Perú, San Martín fue honrado con su interpretación[1] y fue la canción cantada por el pueblo limeño el 28 de julio de 1821, día de la proclamación de la independencia peruana.[7]
En 1822 fue interpretado por la cantante Rosa Merino en el Teatro Segura de Lima.[4]
El texto es de tono popular,[4][5] alegre, cotidiano[8] e identitario, de letra simple con connotaciones culinarias[1][9][10] dirigido particularmente a la masa de negros, mulatos, zambos y trigueños que en ese entonces abundaban en Lima.[5] Aunque no fue la única canción patriótica que se entonaba en aquellos meses de conflicto[11] sus características hicieron de este himno un éxito entre el pueblo llano.[2]
La canción perdió su popularidad al consolidarse la independencia peruana y al desinflarse el ímpetu popular por la nueva etapa republicana.[4]
Patriotas! El mate de chicha llenad
y alegres brindemos por la libertad (bis).
( I )
Cubra nuestras mesas el chupe y quesillo,
y el ají amarillo, el celestial ají.
Y a nuestras cabezas la chicha se vuele,
la que hacerse suele de maíz o maní.
( II )
Ésta es más sabrosa que el vino y la sidra
que nos trajo la hidra para envenenar.
Es muy espumosa y yo la prefiero
a cuanto el íbero pudo codiciar.
( III )
El Inca la usaba en su regia mesa,
con que ahora no empieza que es inmemorial.
Bien puede el que acaba, pedir se renueve
el poto en que bebe o en gran caporal.
( IV )
El ceviche venga, la guatia en seguida,
que también convida y excita a beber.
Todo Indio sostenga con el poto en la mano
que a todo tirano ha de aborrecer.
( V )
¡Oh licor precioso! ¡oh licor peruano!
licor sobrehumano, mitiga mi sed,
¡Oh néctar sabroso del color del oro,
del indio tesoro, patriotas bebed!
( VI )
Sobre la jalea de ají rico untada,
con la mano enlazada el poto apurad.
Y este brindis sea el signo que damos
a los que engendramos en la libertad.
( VII )
Al cáliz amargo de tantos disgustos
sucedan los gustos, suceda el placer.
De nuestro letargo a una despertemos
y también logremos libres por fin ser.
( VIII )
Gloria eterna demos al héroe divino
que nuestro destino cambiado ha por fin.
Su nombre grabemos en el tronco bruto
del árbol que el fruto debe a San Martín.