Koenigia phytolaccifolia (sinónimo Aconogonon phytolaccifolium) es una especie de planta con flores de la familia de las nudosas.
Koenigia phytolaccifolia | ||
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Taxonomía | ||
Dominio: | Plantas | |
Reino: | Traqueofitas | |
Filo: | Eudicots | |
Orden: | Caryophyllales | |
Familia: | Polygonaceae | |
Género: | Koenigia | |
Especie: | Koenigia phytolaccifolia | |
Sinonimia | ||
Aconogonon phytolaccifolium (Meisn. ex Small) Small, Aconogonon smallii (Kongar) Soják, Polygonum phytolaccifolium (Meisn. ex Small), Polygonum smallii | ||
Su inflorescencia es conocida como la flor de vellón alpina. Es una planta silvestre perenne, grande y robusta, que a menudo constituye un componente importante de algunas praderas montañosas del oeste. También se la conoce con los nombres comunes de hierba carmín, hierba alpina, hierba de agua o hierba carmín.[1]
K. phytolaccifolia es una hierba perenne de hasta 200 cm (78,7 plg) alto. Las hojas ovaladas en forma de lanza o puntiagudas miden de 10 a 20 centímetros de largo y nacen en pecíolos. Las hojas tienen grandes estípulas que forman una ocre rojiza de hasta 3 centímetros (1,2 plg) de largo.
La inflorescencia es una larga serie de racimos ramificados de muchas flores blancas o verdosas. Cada flor mide aproximadamente 4 milímetros (0,2 plg) de ancho y tiene pequeños estambres sobresalientes rematados con anteras amarillas o rosadas. [2]
K. phytolaccifolia es originaria del oeste de Estados Unidos: California, Oregón, Washington, Nevada, Idaho y Montana.[3] [4] [5]Es igualmente común encontrarla en praderas húmedas, así como en praderas secas, laderas o crestas, pero desarrolla colonias más densas y plantas más altas en zonas con mayor humedad. Se asocia con comunidades vegetales de abetos rojos y bosques subalpinos, al menos en la parte sur de su área de distribución.[1]
Es una planta hospedadora de larvas de la mariposa de cobre de Edith y otras especies de lepidópteros. Sus flores son preferidas por una amplia variedad de insectos polinizadores, incluyendo abejorros. Esta especie se ha utilizado culturalmente desde hace mucho tiempo con fines medicinales y culinarios.[1]