Kim Nam-jo (Daegu, 25 de septiembre de 1927-10 de octubre de 2023)[1] fue una poetisa surcoreana.[2]
Kim Nam-jo | ||
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Información personal | ||
Nombre en coreano | 김남조 | |
Nacimiento |
25 de septiembre de 1927 Daegu (Corea del Sur) | |
Fallecimiento | 10 de octubre de 2023 | (96 años)|
Nacionalidad | Corea del Sur | |
Lengua materna | Coreano | |
Educación | ||
Educada en | Universidad Nacional de Seúl | |
Información profesional | ||
Ocupación | Poetisa | |
Empleador | Sookmyung Women's University | |
Nombre coreano | ||
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Hangul | 김남조 | |
Transliteraciones | ||
Romanización revisada | Kim Namjo | |
McCune-Reischauer | Kim Namjo | |
Kim Nam-jo nació el 25 de septiembre de 1927 en Daegu, Corea del Sur. Fue a una escuela femenina en Kyushu, Japón, y se graduó en 1951 en la facultad de profesorado de la Universidad Nacional de Seúl en Educación de Lengua Coreana. Debutó en el mundo literario en 1950, cuando aún estaba en la universidad, con los poemas Constelaciones. Enseñó en la escuela secundaria Masan y en la escuela secundaria femenina Ewha. Fue profesora de la Universidad Femenina Sookmyung desde 1954 y hasta la fecha de su muerte fue profesora emérita de la institución. Fue moderadora de la Asociación de Poetas Coreanos y fue miembro de la Academia de Artes de Corea.[3]
La poesía de Kim Nam-jo muestra el uso dinámico del lenguaje sensual y el simbolismo para representar la sutileza de las emociones humanas. Su obra sigue la tradición de Mo Yunsuk y Noh Cheonmyeong.[3] El tema principal de Kim Nam-jo es el amor, pero no solo el que existe entre un hombre y una mujer, sino también entre el ser humano y el Ser Absoluto.[4]
Los poemas de su primera recopilación Vida (Moksum) contienen afirmación de la humanidad, a la vez que pasión por la vitalidad de la vida. También muestran un balance armónico entre la piedad católica y la voz humana apasionada. Los poemas de su segunda recopilación El perfume de Naad (Naadeuui hyangyu) y de su tercera recopilación ponen el énfasis en la fe religiosa, mostrando mucha más atención en la exploración del humanismo y la ética cristianos. Sus poemas posteriores dejan la pasión y muestran control y perseverancia como parte de una autoanálisis religioso. En la recopilación El mar en invierno (Gyeoul Bada), la poetisa describe un mundo en el cual las emociones humanas han alcanzado una pureza absoluta.[3]
su obra en español fue una de las más importantes en el hecho de su vida .