Karl Johann Kautsky (Praga, 16 de octubre de 1854 - Ámsterdam, 17 de octubre de 1938) fue un filósofo, periodista y teórico político marxista checo-austriaco. Kautsky fue durante el principal teórico del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y de la Segunda Internacional. Defendió el "marxismo ortodoxo", que enfatizaba el carácter científico, materialista y determinista de la obra de Karl Marx. Esta interpretación dominó el marxismo europeo durante dos décadas, desde la muerte de Friedrich Engels en 1895 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Su influencia fue tan profunda que a menudo se le conocía como el «Papa del Marxismo».
Karl Kautsky | ||
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![]() Karl Kautsky en 1904. | ||
Información personal | ||
Apodo |
Barón[1] Papa del marxismo[2] | |
Nacimiento |
16 de octubre de 1854 Praga, Reino de Bohemia (Imperio austríaco) | |
Fallecimiento |
17 de octubre de 1938 (84 años) Ámsterdam, Países Bajos ![]() | |
Sepultura | Westerveld | |
Nacionalidad | Alemana | |
Religión | Ateísmo | |
Familia | ||
Padres |
Johann Kautsky Minna Kautsky | |
Cónyuge | Luise Kautsky | |
Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Historiador, filósofo, político | |
Cargos ocupados | Subsecretario de Estado en el Ministerio de Relaciones Exteriores | |
Movimiento | Marxismo ortodoxo | |
Obras notables |
El Programa de Erfurt La cuestión agraria | |
Partido político | ||
Firma | ||
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Nacido en Praga y estudió en la Universidad de Viena, Kautsky se unió al Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) en 1875. Poco después publicó sus primeras contribuciones en la revista socialista alemana Der Volksstaat (posteriormente Vorwärts) y en las revistas austriacas Gleichheit y Der Sozialist.[3] En 1880 se unió a un grupo de socialistas alemanes en Zúrich que contaban con el apoyo financiero de Karl Höchberg y que contrabandeaban material socialista a Alemania durante la época de las Leyes antisocialistas. Se convirtió al marxismo en 1881 gracias a su asociación con Eduard Bernstein durante su exilio en Zúrich. En 1883 fundó y editó la influyente revista socialista Die Neue Zeit y fue su editor durante 35 años. De 1885 a 1890 vivió en Londres, donde se hizo amigo íntimo de Engels. Tras la derogación de las Leyes Antisocialistas alemanas, escribió la sección teórica del Programa de Erfurt del SPD de 1891. Su comentario sobre el programa, La lucha de clases, se convirtió en un resumen popular y de amplia difusión del marxismo. Kautsky se destaca por su edición y publicación de obras póstumas de Marx como la Crítica del Programa de Gotha y el Tomo IV de El capital (generalmente publicado como Teorías sobre la plusvalía).[4] Dejó brevemente el SPD en 1917 para unirse al Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD) debido a su oposición a la creciente colaboración del SPD con el esfuerzo bélico de la Primera Guerra Mundial, pero se reincorporó en 1922, pero su influencia disminuyó progresivamente. Con el ascenso de Adolf Hitler al poder y el Anschluss de Austria huyó a Ámsterdam en 1938, donde falleció ese mismo año.
El marxismo de Kautsky sostenía que el socialismo es ineviatble pero la historia no podía "apresurarse" ya que políticamente los trabajadores y los partidos obreros debían esperar a que se cumplieran las condiciones materiales para una revolución socialista. La función de un partido socialista era organizar a la clase obrera, lograr reformas políticas y mejorar la vida de los trabajadores mediante las instituciones hasta que las condiciones materiales estuvieran maduras para la transición al socialismo.
Defendió una posición "centrista" frente al enfoque del revisionismo reformista de su amigo Bernstein, y se opuso a la espontaneidad revolucionaria propugnada por Rosa Luxemburgo. Bajo su influencia, el SPD adoptó un enfoque gradualista, aprovechando la democracia parlamentaria burguesa para mejorar las vidas de los trabajadores hasta que el capitalismo fuera derribado por sus contradicciones internas. Kautsky promovió la imagen futura del «hombre nuevo» mediante instrumentos sociales y eugenésicos.[5][6] También se convirtió en un crítico de los bolcheviques por haber iniciado una prematura en revolución socialista Rusia en 1917 la cual había llevado a la Unión Soviética hacia una dictadura. Su doctrina contraria al partido de vanguardia y la dictadura revolucionaria, lo llevó a disputas con Lenin, quien lo tildó como "renegado" y "oportunista". Actualmente Kautsky es visto por otros como un firme defensor del socialismo democrático, cuya obra continuó influyendo en las corrientes modernas.
En el 16 de octubre de 1854 Karl Johann Kautsky nació en Praga, en el todavía poderoso Imperio austrohúngaro,[7][8] dentro del seno de una familia de artistas de clase media. Su padre, Johann Kautsky, era un diseñador escénico checo, y su madre, Minna Jaich, fue una actriz y escritora austriaca de ascendencia checa.[9] La familia se mudó a Viena cuando Kautsky tenía siete añoss en 1863.[7][10][11] A pesar de los esfuerzos posteriores de Kautsky en sus memorias por sugerir un vago origen proletario, su familia inmediata no era de clase trabajadora. Aunque sus padres enfrentaron algunas dificultades financieras en sus primeros años de matrimonio, tenían conexiones familiares en las que confiar. Cuando Karl tenía seis años, su padre le proporcionó un ingreso cómodo, lo que le permitió tener al menos dos sirvientes. Karl fue el mayor de cuatro hijos, seguido por Minna (n. 1856), Fritz (n. 1857) y Johann (n. 1864).[12]
Kautsky mantuvo una relación intelectual particularmente estrecha con su madre, Minna. Ella provenía de una familia de actores y artistas teatrales y, liberada de las tareas domésticas gracias a la mejora económica familiar después de 1860, se dedicó a la investigación. Ella y Karl desarrollaron un interés compartido por la filosofía contemporánea y las ciencias naturales. Cuando Karl recibió La Historia de la Creación de Ernst Haeckel en 1874, la estudiaron juntos. Más tarde, cuando Kautsky comenzó a escribir sus primeras obras socialistas, se las mostraba a su madre para pedirle consejo. La propia Minna Kautsky se convirtió en escritora socialista, labrándose una pequeña reputación por su ficción romántica socialista incluso antes de que se conociera la obra de su hijo, y fue admirada por Engels.[8][13]
Un error común, señalado por Gary Steenson, es creer que Kautsky era judío; no lo era. Su segunda esposa, Luise Ronsperger, era judía, y sus hijos sufrieron persecución bajo el régimen nazi, lo que pudo haber contribuido a esta confusión.[12]
Kautsky fue un ávido lector desde muy joven. Recibió tutoría en casa hasta los nueve años. En 1864, comenzó a asistir al seminario de Melk, dirigido por monjes benedictinos, que le resultaba opresivo.[14][11] De 1866 a 1874, asistió al Gymnasium Académico de Viena, de carácter más progresista, donde estudió religión, latín, griego, alemán, geografía, historia, matemáticas, historia natural y filosofía.[14][11] Fue un estudiante mediocre, en parte debido a una enfermedad crónica, problemas de visión y desconfianza hacia sus profesores. Sus estudios también se vieron afectados por su creciente interés en asuntos extracurriculares, como la Comuna de París en 1871. Se destacó en historia y filosofía.[14]
En otoño de 1874, Kautsky ingresó en la Universidad de Viena con la intención de estudiar filosofía histórica para convertirse en profesor universitario o de secundaria.[14][11] Cursó psicología, historia, geografía física y literatura. Abandonó un breve intento de estudiar derecho debido a una enfermedad y a una supuesta falta de oratoria.[15] Cursó nueve semestres, pero nunca obtuvo el título, ya que sus crecientes actividades socialistas lo alejaron del mundo académico. El propio Kautsky sentía que aprendía poco en la universidad debido a conflictos con los profesores, pues creía que los socialistas eran en gran medida autodidactas.[15] Friedrich Engels criticó posteriormente la formación universitaria de Kautsky por inculcarle una "espantosa masa de disparates" y una tendencia a la precipitación, aunque reconoció los esfuerzos de Kautsky por desaprender estos hábitos.[16] Sin embargo, Steenson sostiene que los estudios universitarios amplios y algo desestructurados de Kautsky fomentaron sus gustos intelectuales eclécticos, que lo prepararon para su posterior papel en la popularización del marxismo.[17]
Durante sus años universitarios, Kautsky consideró brevemente carreras artísticas, como su padre, y la dramaturgia. Había escrito con creatividad desde sus años de seminario.[8] Inspirado por la exitosa adaptación teatral de su padre de La vuelta al mundo en ochenta días, de Julio Verne, Kautsky escribió una obra de fantasía científica, La Compañía Atlántico-Pacífico, sobre la construcción del canal Panamá-Nicaragua. Tuvo un éxito moderado en Viena, Graz y Berlín entre 1877 y 1878. Su fracaso más su creciente participación en el movimiento socialista lo llevó a abandonar la dramaturgia.[18]
La familia inmediata de Kautsky era mayoritariamente apolítica, aunque existía un nacionalismo checo esporádico, una simpatía que Karl inicialmente compartió.[7] Su conciencia política comenzó a aflorar en el verano de 1868 tras una visita a la Bohemia rural, donde quedó impresionado por los sentimientos nacionalistas checos y la agitación campesina. Durante los dos años siguientes, se consideró un "nacionalista checo declarado", influenciado por figuras como František Palacký, quien combinaba el nacionalismo romántico con el liberalismo político.[19] Sin embargo, este nacionalismo checo no perduró mucho en el ambiente predominantemente alemán de Viena.[20]
Dos acontecimientos a principios de 1871 moldearon profundamente la radicalización de Kautsky: la Comuna de París y su lectura de la novela romántica socialista de George Sand, El pecado de M. Antoine. La Comuna despertó su simpatía por la clase obrera e impulsó su radicalismo político hacia el socialismo.[7][21] La novela de Sand, que releyó en numerosas ocasiones, le brindó un apoyo emocional crucial durante un período de aislamiento y desaprobación familiar hacia sus inclinaciones socialistas. Reforzó su compromiso ético con los oprimidos y sugirió que la llegada del socialismo requeriría un largo proceso de estudio y desarrollo.[22]
A finales de 1871, el nacionalismo checo de Kautsky había evolucionado hacia un radicalismo vagamente socialista y democrático. Entre 1873 y 1874, escribió artículos e historias inéditos que buscaban reconciliar el capital y el trabajo mediante la educación, la igualdad y las cooperativas de trabajadores, abogando por una república federal con amplias libertades.[23]
Alrededor de esta época, Kautsky cayó bajo la influencia del positivismo, el materialismo y el pensamiento científico de la época, particularmente las obras de Charles Darwin, Ernst Haeckel, Ludwig Büchner y Henry Thomas Buckle.[7][24][25][11] El trabajo de Darwin, especialmente su eliminación de una deidad de las explicaciones de los orígenes, fue crucial para dar forma a la cosmovisión natural-científica y anticristiana de Kautsky.[26] El origen del hombre de Darwin fue particularmente significativo, ya que su explicación del origen no sobrenatural de la ética humana fue, en palabras de Kautsky, una "revelación" que eliminó uno de los últimos obstáculos para su adopción del materialismo.[27] Quedó impresionado por los intentos de Haeckel de aplicar la ciencia natural a la sociedad humana, aunque rechazó el racismo de Haeckel y las formas más crudas de darwinismo social.[28] La visión monista del mundo de Büchner y las posiciones casi socialistas también le atrajeron.[29] La historia de la civilización en Inglaterra de Buckle inicialmente sugirió una perspectiva materialista, pero finalmente enfatizó el papel de los factores intelectuales, una contradicción que Kautsky abordaría más tarde de manera más consistente.[30] Steenson señala que en 1885 Kautsky había roto claramente con la idea de que las leyes naturales podían aplicarse directamente a la sociedad humana, enfatizando en cambio la especificidad histórica de las leyes sociales. Esta fusión de marxismo y darwinismo inspiró en Kautsky un concepto de revolución como el desarrollo de una necesidad orgánica.[31]
Alrededor de los veinte años, Kautsky se volvió activo en el movimiento socialista austríaco y comenzó a escribir para sus revistas.[8] Kautsky se unió al pequeño Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) en enero de 1875.[32][33][34] El partido, fundado en 1874, era débil debido a la limitada industrialización de Austria, la depresión económica y las divisiones internas según líneas nacionales y tácticas.[35] Kautsky se alineó con la facción radical, influenciado por Andreas Scheu, y se convirtió en propagandista y conferenciante, principalmente sobre temas históricos.[32][36] Su frustración con la impotencia del partido y la represión estatal lo llevó a un breve tentación hacia las ideas anarquistas.[37]
Sus primeras obras publicadas aparecieron principalmente en revistas socialistas alemanas como Der Volksstaat (posteriormente Vorwärts) y periódicos socialistas austriacos.[8][33] Estos artículos se centraban en las ciencias naturales y su relación con el socialismo, así como en los acontecimientos políticos austriacos.[38] Una obra temprana clave fue "Socialismo y la lucha por la existencia" (1876), en la que criticaba las interpretaciones antisocialistas del darwinismo, argumentando que la solidaridad, y no solo la lucha individual, era un factor en la evolución y la sociedad humana.[39] En esta fase premarxista, la teoría de la historia de Kautsky no era, según sus propias palabras, "nada más que la aplicación del darwinismo al desarrollo social", centrada en la lucha por la existencia entre diferentes tribus, pueblos y razas.[39] Steenson señala que estos primeros escritos aún mostraban fuertes influencias románticas e idealistas, y que el compromiso de Kautsky con el socialismo era principalmente moral.[40]
Kautsky leyó por primera vez El capital de Karl Marx en 1875, pero su influencia no fue inmediatamente evidente en sus escritos.[40] Un punto de inflexión más significativo fue su encuentro con el Anti-Dühring de Friedrich Engels, serializado en Vorwärts de 1877 a 1878.[41] Aunque Kautsky no lo estudió a fondo hasta 1879-1880 con Eduard Bernstein, sus ideas comenzaron a aparecer en su obra en la primavera de 1878, marcando un cambio hacia una mayor conciencia de los factores económicos y el análisis marxista.[42][43]
En 1879, a través del acaudalado socialista alemán Karl Höchberg, Kautsky recibió una oferta de trabajo subvencionada entre los socialistas alemanes exiliados en Zúrich, Suiza. Esta oferta, condicionada a que abandonara sus simpatías casi anarquistas, le proporcionó un mercado para sus escritos socialistas y lo alejó del ambiente socialista austriaco, cada vez más dominado por el anarquismo. Llegó a Zúrich en enero de 1880.[42][8][44][34]
La década de 1880 fue crucial para Kautsky, tanto a nivel personal como intelectual. Durante las Leyes Antisocialistas en Alemania, Kautsky se trasladó con frecuencia entre Zúrich (1880-1882, 1884), Viena (1882-1883, 1888-1889), Stuttgart (1883) y Londres (1885-1888), antes de establecerse en Stuttgart a finales de 1890.[45][46] En este período, desarrolló una perspectiva radical, denunciando el estado burocrático-militar, considerando el parlamento como una herramienta de agitación y promoviendo una "mística" del partido como una nueva ecclesia militans (eclesiástica militante).[47]
En febrero de 1881, escribiendo en Der Sozialdemokrat, el periódico oficial del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), publicado en el exilio, afirmó la necesidad de una revolución violenta en la que la violencia actuaría como la "partera de toda vieja sociedad preñada de una nueva". Argumentó que, si bien un partido no podía crear una revolución, debía organizarse para ella y "aprovecharla".[48][49] Consideraba que el papel del SPD era guiar a las masas y dar dirección a la revolución.[50] En un artículo de diciembre de 1881, argumentó que el primer paso de la revolución sería "demoler el estado burgués" y crear uno nuevo. El proletariado victorioso, escribió, necesitaría un gobierno para "frenar a los gobernados con todos los medios a su alcance. Todo esto puede sonar muy antidemocrático, pero la necesidad nos obligará a actuar de esta manera".[51]
En Zúrich, Kautsky vivió de forma independiente por primera vez, con el apoyo de Höchberg. Se integró al círculo de emigrantes socialistas alemanes y se ganó el apodo de "Barón Juchzer" por su vestimenta algo remilgada y su optimismo efusivo.[52] Höchberg fue su primer editor serio y le introdujo en la obra de Herbert Spencer y la economía práctica.[53] Y lo más importante, Kautsky forjó una estrecha amistad y colaboración intelectual con Eduard Bernstein.[8] Juntos, emprendieron un intenso estudio del Anti-Dühring de Engels, lo que consolidó su conversión al marxismo.[42][54][55] Bernstein, con su experiencia en el partido, también instruyó a Kautsky en los aspectos prácticos del movimiento alemán.[54]
Kautsky visitó por primera vez a Marx y Engels en Londres entre marzo y junio de 1881.[8][56][34] A Marx no le impresionó, pues llegó a escribir a su hija Jenny Longuet sobre él que:
Es una mediocridad, de mentalidad estrecha, superdotado (sólo 26 años), muy engreído, en cierto modo trabajador, se ocupa mucho de las estadísticas pero no saca nada inteligente de ellas, pertenece por naturaleza a la tribu de los filisteos, pero por lo demás es un tipo decente a su manera. En la medida de lo posible, se lo entrego al amigo Engels.[57]
Por otro lado Engels apreciaba su entusiasmo y potencial.[42][56] Le reconoció como "un tipo excepcionalmente bueno", superior a Bernstein, "pero un pedante y quisquilloso nato en cuyas manos no se hacen simples las cuestiones complejas, sino que las simples se vuelven complejas”.[58][59] Esta visita, más otra posterior en 1884, profundizaron la relación de Kautsky con Engels y su deseo de profundizar sus estudios.[60]
Kautsky fue considerado brevemente como editor de Der Sozialdemokrat, pero August Bebel y Engels finalmente encontraron a Bernstein más adecuado para las demandas políticas del papel, considerando a Kautsky más adecuado para el trabajo teórico.[61]
En 1883, Kautsky cofundó y se convirtió en el editor principal de Die Neue Zeit ("La Nueva Era"), una publicación mensual de teoría marxista publicada por Johann Heinrich Wilhelm Dietz en Stuttgart, que se convirtió en semanal en 1890.[48][60][62][63] Esto le proporcionó a Kautsky ingresos regulares y una plataforma crucial para desarrollar y promover su corriente marxista.[62][64] En una carta a Engels pidiéndole que contribuyera al primer número, Kautsky escribió: "No puedo pensar en un mejor artículo introductorio... que uno sobre Darwin. El nombre por sí solo ya es un programa".[65] La revista se concibió como un órgano del socialismo científico, con Marx y Darwin como sus "pilares gemelos". Según su primer editorial, sus objetivos eran la "democratización de la ciencia como instrumento para la elevación socialista del proletariado", el compromiso con el partido y la devoción a la verdad.[66] Wilhelm Liebknecht fue un colaborador permanente designado, y el consejo editorial inicialmente estuvo compuesto por Dietz, Liebknecht y Kautsky.[67] Kautsky siguió siendo su editor hasta 1917 y, bajo su liderazgo, se convirtió en la más prestigiosa de todas las revistas marxistas internacionales, creando su reputación nacional e internacional como expositor de Marx.[48][60]
Los primeros años de la Die Neue Zeit estuvieron marcados por las luchas financieras de Kautsky y los conflictos por el control editorial, en particular con Wilhelm Blos y Bruno Geiser, quienes fueron instalados por Dietz durante el breve regreso de Kautsky a Zúrich en 1884. Kautsky, con el apoyo crucial de Bebel, resistió con éxito los intentos del ala moderada del SPD de diluir la orientación marxista de la revista.[68]
De 1885 a 1888, Kautsky editó Die Neue Zeit desde Londres, beneficiándose de la estrecha colaboración con Engels y de los recursos del Museo Británico. Este fue un período muy productivo para él.[69] Un debate teórico temprano clave publicado en la revista fue la crítica de Kautsky (guiada por Engels) a las ideas socialistas de Estado de Karl Rodbertus en 1884-1885, destinada a contrarrestar su atractivo dentro del movimiento socialista alemán.[70] En 1886, Kautsky defendió las ideas de Marx en Las doctrinas económicas de Karl Marx, siendo a su vez un resumen del primer tomo de El capital.
Kautsky desempeñó un papel central en la redacción del nuevo programa del partido SPD tras la caducidad de las Leyes Antisocialistas en 1890. El anterior Programa de Gotha de 1875 se consideró obsoleto.[71] En enero de 1891, Engels envió a Kautsky la Crítica del Programa de Gotha de Marx, inédita hasta entonces, que Kautsky publicó posteriormente en Die Neue Zeit. Esto generó una considerable controversia dentro de la dirección del SPD, en particular con Wilhelm Liebknecht, debido a sus duras críticas al programa de 1875, y a Ferdinand Lassalle.[72]
A pesar de la tormenta, el borrador de Kautsky para el nuevo programa, que enfatizaba los principios marxistas ortodoxos, fue adoptado en gran medida por la comisión del partido en el Congreso de Erfurt de octubre de 1891. Se le encomendó escribir la sección teórica, mientras que Bernstein y Bebel manejaron la sección táctica.[41][73] Después del congreso, Kautsky fue comisionado por el comité central del partido para escribir un panfleto que explicara y ampliara el Programa de Erfurt. Esto resultó en Das Erfurter Programm (1892, traducido como El Programa de Erfurt), que se convirtió en su obra más famosa y ampliamente traducida, estableciéndolo como un intérprete líder del marxismo.[74] En él, Kautsky esbozó los orígenes del capitalismo moderno, el papel de la acción humana en la historia, la naturaleza del futuro estado socialista (aunque se mostró reacio a ofrecer planes detallados) y las tácticas del movimiento obrero, enfatizando la organización, la educación, la reforma y la participación parlamentaria como elementos que conducían a una revolución social "irresistible e inevitable".[75][76] Argumentó que el parlamentarismo moderno era indispensable para gobernar un gran estado moderno y que una auténtica república parlamentaria podía servir como instrumento tanto para la "dictadura del proletariado" como para la dictadura de la burguesía.[77][78] Atacó conceptos como la legislación directa por considerarlos inviables y expresiones de esterilidad política arraigadas en el individualismo pequeñoburgués.[79]
Un importante problema táctico y teórico para el SPD en la década de 1890 fue su enfoque hacia el campesinado. Mientras algunos, particularmente en el sur de Alemania, liderados por Georg von Vollmar, abogaban por un programa agrario para captar el voto campesino, Kautsky se mostró constantemente escéptico.[80] Desde la década de 1870, Kautsky había argumentado que el apego de los campesinos a la propiedad privada y su individualismo los convertían en aliados improbables para un partido socialista.[81] Preveía un conflicto inevitable entre el trabajador urbano y el campesino; por ejemplo, proteger las pequeñas propiedades campesinas implicaba precios más altos de los alimentos para los consumidores urbanos. Para Kautsky, lo mejor que podía hacer el partido era "neutralizar" al campesinado, ya que nunca podría ser un aliado socialista fiable.[82]
En el Congreso de Frankfurt del SPD en 1894, se aprobó una resolución que exigía un programa agrario.[83] Kautsky se opuso a esto, argumentando que los llamamientos específicos a los campesinos diluirían el carácter proletario del partido y contradecirían su base de lucha de clases. Sostuvo que la mayoría de la población rural era, o se estaba convirtiendo, en un proletariado rural. Creía que la tierra, como medio primario de producción, debía ser socializada en última instancia.[84] En el Congreso de Breslavia en 1895, se aprobó la resolución de Kautsky que rechazaba el programa agrario propuesto, a pesar de la oposición de Bebel sobre este tema específico. Kautsky argumentó que si bien el partido debía agitar entre el campesinado, no debía hacer promesas que no pudiera cumplir, como la preservación de las pequeñas propiedades campesinas.[85][86][87] Desarrolló aún más estas ideas en su obra principal Die Agrarfrage (1899, La cuestión agraria). Esta obra, elogiada por Lenin en El desarrollo del capitalismo en Rusia (1899) como la contribución más significativa a la literatura económica desde el tercer tomo de El Capital,[88][89] argumentó sistemáticamente la superioridad de la agricultura a gran escala y postuló que la tarea del partido era ganar al proletariado agrícola y neutralizar a los pequeños campesinos, no preservar su condenada forma de producción.[90][91]
El desafío más significativo al marxismo ortodoxo de Kautsky en este período provino de su antiguo amigo íntimo, Eduard Bernstein. A partir de 1896, Bernstein publicó una serie de artículos en Die Neue Zeit titulados "Problemas del socialismo", que cuestionaban principios fundamentales del marxismo, incluyendo la teoría del valor, la inevitabilidad del colapso capitalista, la intensificación de la lucha de clases y la necesidad de un partido revolucionario puramente proletario. Bernstein abogó por un socialismo evolutivo y ético, con su famosa afirmación: "El objetivo no es nada, el movimiento lo es todo".[92][93]
Kautsky inicialmente se mostró reacio a criticar públicamente a Bernstein, debido a su larga amistad y al exilio de Bernstein.[94][95][96] Primero defendió a Bernstein contra ataques de figuras como Ernest Belfort Bax.[97] Sin embargo, a medida que las opiniones de Bernstein se hicieron más explícitas, particularmente con la publicación de Die Voraussetzungen des Sozialismus und die Aufgaben der Sozialdemokratie (Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia) en 1899, Kautsky, impulsado por Bebel, se sintió obligado a responder en ese mismo año con su obra Bernstein y el programa socialdemócrata.[98][99] El debate se centró en la validez empírica del pronóstico de Marx sobre la creciente centralización del capital y la proletarización. Ambos coincidieron en que, si el pronóstico de Marx fuera inválido, la perspectiva revolucionaria perdería su fundamento científico.[99] El debate subsiguiente, que duró hasta alrededor de 1903, abarcó casi todos los aspectos de la teoría marxista. El SPD condenó oficialmente el revisionismo en sus congresos de Hannover (1899) y Dresde (1903).[100][101] El debate dañó permanentemente la amistad de Kautsky con Bernstein.[102]
Kautsky también participó en debates tácticos sobre la cooperación con partidos burgueses. Se opuso a la participación en las elecciones al Landtag prusiano bajo el restrictivo sufragio de tres clases en 1893, pero se mostró a favor de ello en 1897 para debilitar a los Junkers y luchar por reformas democráticas. Apoyó la participación de Jean Jaurès en el caso Dreyfus, pero condenó la entrada de Alexandre Millerand en un gobierno burgués francés, considerándola un compromiso innecesario en su obra La república y la socialdemocracia en Francia (1904). En el Congreso de París de la Segunda Internacional en 1900, se adoptó la resolución de Kautsky, que se oponía a las alianzas electorales, pero permitía la entrada de socialistas en gobiernos burgueses en circunstancias extraordinarias con la aprobación del partido.[103][104][105][106]
La Revolución Rusa de 1905 impactó significativamente a los socialistas europeos, particularmente en Alemania, al destacar el potencial de la huelga de masas. Kautsky ya había prestado atención a Rusia, considerándola atrasada pero propicia para una revolución burguesa, en la que el proletariado lideraría a otras clases.[107] Mantenía estrechos vínculos con marxistas rusos como Pável Axelrod, Gueorgui Plejánov y Rosa Luxemburgo.[108] Cuando estalló la revolución, Kautsky apoyó a los revolucionarios y argumentó que el campesinado ruso, a diferencia del alemán, tenía potencial revolucionario. Creía que una coalición obrero-campesina podría lograr una Rusia liberal y capitalista, que finalmente conduciría al socialismo.[109][110] Consideró la revolución como el "inicio de la era de las revoluciones proletarias", argumentando que Oriente estaba abriendo el camino revolucionario a Occidente.[111]
La revolución de 1905, sumada al auge de la actividad huelguística en Alemania, alimentó un importante debate dentro del SPD sobre la huelga de masas.[112] Los líderes sindicales, preocupados por los costos y las represalias patronales, se mostraron cautelosos. La dirección del SPD, cada vez más conservadora, también se resistió a adoptar la huelga de masas. Sin embargo, el ala intelectual radical del partido, incluyendo a Luxemburgo y Karl Liebknecht, la vio como una forma de revitalizar el partido y lograr reformas democráticas.[113][114]
La postura de Kautsky era matizada. Durante mucho tiempo había considerado la huelga general como un arma potencialmente útil, aunque peligrosa.[115] Argumentó que el creciente interés en la huelga de masas era una respuesta al "creciente desprecio por el parlamentarismo" tras la victoria electoral del SPD en 1903, que no se había traducido en un cambio político significativo.[116] Instó a debatir la huelga de masas no porque estuviera ansioso por usarla, sino para garantizar que se comprendiera y no se malversara. Creía que en Alemania, una huelga de masas exitosa "solo era concebible en una situación revolucionaria".[117][118] El Congreso del SPD en Jena en 1905 aprobó una resolución patrocinada por Bebel que aceptaba ambiguamente la huelga de masas como una táctica defensiva y afirmaba la superioridad del partido sobre los sindicatos.[119] Sin embargo, un acuerdo secreto en febrero de 1906 entre los líderes del partido y los sindicatos limitó eficazmente cualquier acción de masas organizada por el SPD, ya que el partido aceptó la responsabilidad fiscal de las huelgas políticas que no podía afrontar.[120] En el Congreso de Mannheim de 1906, este acuerdo fue ratificado en lo esencial, a pesar de la oposición de Kautsky y Luxemburgo.[121][122]
En 1909, Kautsky publicó El camino al poder (Der Weg zur Macht), que concibió como un "complemento" de su obra de 1902, La revolución social. En este libro, Kautsky argumentó que se avecinaba una nueva "era de revoluciones" debido a la agudización de los conflictos de clase e internacionales. Predijo "cambios significativos en la correlación de fuerzas a favor del proletariado" y reiteró que la dictadura del proletariado era la "única forma" de poder político para la clase obrera. El tono radical del libro causó revuelo en el SPD; la dirección del partido se negó a publicarlo bajo el sello del partido, y los revisionistas amenazaron con una escisión por su publicación, considerándolo peligrosamente revolucionario.[123][124][125]
El debate sobre la huelga de masas y sus resultados llevaron a Kautsky a desarrollar lo que se conocería como su postura "centrista", intentando encontrar un rumbo "verdadero" entre el reformismo a la derecha y el radicalismo a la izquierda.[115] Creía que la teoría (el marxismo) generaba la motivación necesaria para la acción socialista y que la principal tarea del partido era preparar a los trabajadores para una revolución inevitable, aunque no necesariamente inminente, mediante la concientización y la organización.[126] Abogó por una "estrategia de desgaste" (Ermattungsstrategie), donde el partido ganaría no mediante tácticas de choque, sino superando a la oposición mediante un posicionamiento político agresivo y persistente.[127][128] En esta estrategia, el partido utilizaría luchas parlamentarias, manifestaciones callejeras y huelgas para debilitar gradualmente a sus oponentes y fortalecer al proletariado, participando en una batalla decisiva solo cuando el enemigo estuviera suficientemente debilitado.[129]
Este período marcó una ruptura definitiva con Rosa Luxemburgo. Un debate en 1910 sobre la reforma del sufragio en Prusia, donde Luxemburgo abogó por la acción de masas y Kautsky instó a la cautela, derivó en una amarga división personal y teórica.[127][130] Kautsky articuló su postura centrista en un artículo titulado "Entre Baden y Luxemburgo" (agosto de 1910), argumentando que el partido debía navegar entre los compromisos reformistas del SPD del sur de Alemania (que había votado a favor del presupuesto estatal de Baden) y las tendencias golpistas de Luxemburgo.[131][132] Criticó a Luxemburgo por no comprender las condiciones específicas de Alemania, donde el Estado era mucho más fuerte que en Rusia, lo que convertía una "estrategia de aniquilación" (Niederwerfungsstrategie) en un suicidio.[133][134]
A medida que el imperialismo y el militarismo se intensificaban en Europa, Kautsky dedicó considerable atención a estos temas. Inicialmente, asoció la expansión colonial con intereses comerciales-capitalistas y agrarios-aristocráticos.[135] Bajo la influencia de J. A. Hobson y, en particular, de El Capital Financiero (1910) de Rudolf Hilferding, sus ideas evolucionaron. Consideraba el imperialismo y el nacionalismo principalmente como fenómenos capitalistas burgueses utilizados por el gobierno alemán para fortalecerse contra los trabajadores.[136]
Kautsky se opuso a cualquier forma de política colonial socialista, considerándola una contradicción en sus términos e inherentemente explotadora, brutalizadora y racista. Este fue un tema recurrente en su panfleto de 1907, Socialismo y política colonial.[137][138][139] Si bien inicialmente creyó que el capitalismo maduro no implicaba necesariamente imperialismo y militarismo, para 1912 aceptó esta conexión. Sin embargo, a medida que crecía la amenaza de guerra, su aversión humanitaria a la guerra lo llevó a buscar maneras de evitarla, argumentando que «la carrera armamentista se basa en causas económicas, pero no en la necesidad económica».[140] Teorizó que el imperialismo era una política específica del capital financiero, no una etapa económica inevitable del capitalismo. Según esta perspectiva, el imperialismo era una de las posibles respuestas políticas a la sobreproducción crónica, que Kautsky atribuía al ritmo más acelerado de acumulación en los sectores industrial y agrario.[141][142] Conjeturó que era posible una fase futura de «ultraimperialismo», en la que los cárteles capitalistas internacionales cooperarían para explotar el mundo pacíficamente, reemplazando la competencia violenta de la fase imperialista.[143][144][145] Él creía que si llegaba la guerra, los socialistas debían adoptar una postura de oposición impopular, que en última instancia los posicionaría para liderar la revolución que seguiría al inevitable colapso de la sociedad capitalista tras la guerra.[146]
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914, los diputados socialdemócratas alemanes en el Reichstag votaron a favor de los bonos de guerra. Kautsky, aunque no era miembro de la Fraktion (grupo parlamentario) del SPD, fue invitado a la reunión decisiva. Kautsky y Hugo Haase redactaron inicialmente una declaración para rechazar los créditos de guerra. Cuando se hizo evidente que la mayoría votaría a favor, Kautsky instó a la abstención. Finalmente, cuando la Fraktion votó 78 a 14 a favor de la aprobación de los créditos, se unió a Gustav Hoch en un intento fallido de incluir una cláusula en la declaración del partido que exigiera la prohibición de anexiones o violaciones de la neutralidad. Kautsky había perdido, y el SPD aceptó la Burgfrieden (tregua cívica).[147][100][148][149]
Durante la Primera Guerra Mundial, la principal preocupación de Kautsky fue mantener la mayor integridad teórica posible e impedir que el SPD sucumbiera por completo a la fiebre bélica nacionalista. Distinguió entre la legítima defensa de un "estado nacional" y el "estado nacionalista" agresivo, argumentando que los trabajadores tenían derecho a la autodefensa nacional, pero debían rechazar el chovinismo y el imperialismo.[150] Se opuso firmemente a las Burgfrieden y a los objetivos bélicos imperialistas, cada vez más adoptados por la mayoría del SPD.[151]
Kautsky creía que la Segunda Internacional no había sido destruida por la guerra, sino que su verdadera naturaleza y limitaciones habían sido reveladas. Argumentó que era un instrumento para tiempos de paz, no para la guerra, y que su tarea ahora era "reconquistar la paz".[143][152] Participó en extensas polémicas, principalmente contra los socialistas de derecha (los Umlerner o "reaprendices"), quienes argumentaban que el partido debía adaptar sus teorías a las nuevas realidades de la guerra. La censura en tiempos de guerra facilitó la crítica a la derecha que a la izquierda.[153] Durante la guerra, Kautsky restableció una estrecha relación de trabajo con Eduard Bernstein, quien también se había posicionado contra la guerra. Por el contrario, su relación con antiguos colaboradores como Heinrich Cunow, quien se convirtió en un destacado defensor del marxismo de guerra, se deterioró.[154]
En un principio Kautsky afirmó que Alemania estaba librando una guerra defensiva contra la amenaza de la Rusia zarista. Sin embargo, en junio de 1915, unos diez meses después de que comenzara la guerra y cuando se hizo evidente que ésta iba a ser una lucha sostenida, terriblemente brutal y costosa. A medida que la guerra continuaba y la mayoría del SPD reprimía cada vez más la disidencia, Kautsky sentó las bases teóricas para una escisión del partido. Argumentó que la intolerancia de la mayoría y la violación de la costumbre del partido al negar las voces de las minorías justificaban la separación.[155] En una serie de artículos a finales de 1915, defendió el derecho a la disidencia y advirtió que la represión fomentaba el extremismo.[156]
En abril de 1917, Kautsky, junto con Bernstein, Haase y otros opositores, fundó el Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (Unabhängige Sozialdemokratische Partei Deutschlands, o USPD) en un congreso en Gotha.[157][158] Kautsky redactó el manifiesto del partido, que exigía una paz democrática internacional con autodeterminación y culpaba a la mayoría del SPD de la escisión.[159][160] El nuevo partido nació dividido, siendo su único denominador común la oposición a la guerra.[160] La división provocó que Kautsky perdiera la dirección editorial del Die Neue Zeit.[100] Continuó desarrollando sus ideas sobre el nacionalismo y la democracia, argumentando en La liberación de las naciones (1917) que la autodeterminación era esencial tanto para la democracia internacional como para la lucha proletaria. También refinó su distinción entre revolución política y social.[161]
La Revolución alemana de 1918-1919 llevó a Kautsky al servicio del gobierno. Se desempeñó como presidente de la Comisión de Socialización y como asesor en el Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de publicar documentos sobre la culpa de guerra.[162][163] Su trabajo resultó en La culpa de Guillermo Hohenzollern (1919).[164] Kautsky abogó por una república democrática y se opuso a los intentos de la extrema izquierda (espartaquistas) de establecer un sistema basado en consejos (Räte), que consideraba antidemocrático y probablemente conduciría a una guerra civil.[165][166] Creía que los consejos obreros tenían un papel económico importante en la socialización gradual, pero no eran adecuados como órganos políticos permanentes.[167] Para Kautsky, solo una Asamblea Nacional elegida por sufragio universal podría proporcionar la base legítima para un estado democrático; los consejos, como instituciones basadas en la clase, no podrían representar a toda la nación y conducirían a una dictadura minoritaria.[168] Su postura moderada y su insistencia en los procesos democráticos lo pusieron en desacuerdo con el USPD, cada vez más radicalizado, y rompió efectivamente con el partido a mediados de 1919 cuando éste respaldó el concepto de una dictadura de los consejos.[169]
El plan de socialización de Kautsky era gradualista y priorizaba la transición ordenada, la compensación por la propiedad expropiada para mantener la producción y la adaptación al desarrollo técnico de las diferentes industrias. Consideraba que el papel del Estado en una economía socializada era facilitador, más que directamente administrativo.[170] Sus propuestas incluían la disolución del ejército permanente, la sumisión de la burocracia a una asamblea nacional y la devolución de las competencias policiales a los municipios.[171]
Kautsky fue un crítico temprano y persistente de la Revolución bolchevique. Si bien consideraba que Rusia estaba madura para una revolución política (democrática burguesa), argumentó que no existían las condiciones para una revolución socialista.[172][173] Su crítica más exhaustiva se publicó en La dictadura del proletariado (1918). Argumentó que el objetivo del socialismo era la abolición de toda explotación y opresión, lo que requería democracia, no la dictadura de una facción del proletariado sobre otras y el campesinado.[174] Sostuvo que la confianza bolchevique en la voluntad por encima de las condiciones objetivas, su supresión de formas democráticas como la Asamblea Constituyente en favor de los sóviets y sus métodos violentos conducirían a un régimen opresivo y, en última instancia, al fracaso.[175][176][177] Kautsky argumentó que los bolcheviques habían pervertido el concepto marxista de la dictadura del proletariado, que para Marx y Engels era un "estado de hecho" basado en el gobierno democrático de una mayoría proletaria, no una "forma de gobierno" basada en la supresión de la democracia.[178][179]
Esto desencadenó una famosa polémica con Lenin, cuya obra La revolución proletaria y el renegado Kautsky (1918) atacó ferozmente a Kautsky como un traidor al marxismo.[180] El desacuerdo teórico se extendió a sus opiniones sobre la democracia. Lenin acusó a Kautsky de tener una concepción "formal" de la democracia, argumentando que la democracia burguesa era simplemente una fachada para el dominio de clase de la burguesía. Kautsky, a su vez, veía la democracia como un principio ajeno al capitalismo y que solo el proletariado podía realizarla realmente.[181] Kautsky continuó criticando al régimen soviético a lo largo de su vida, desarrollando una teoría de que el bolchevismo era una nueva forma de sociedad de clases, un "capitalismo de Estado" gobernado por una "nueva clase" burocrática, y que el estalinismo era una forma de "contrarrevolución" peor que el bonapartismo.[182][183][184]
En 1920, cuando el USPD se dividió, regresó con una minoría de ese partido al SPD. Visitó Georgia en 1920 y en 1921 escribió el libro Georgia sobre la República Democrática de Georgia que en ese momento todavía era independiente de la Rusia bolchevique. Cuando se publicó en 1921, Georgia había sido profundamente influenciada por la guerra civil rusa, el Ejército Rojo había invadido Georgia y los bolcheviques habían impuesto la República Socialista Soviética de Georgia. En ese momento, Kautsky consideraba que la Unión Soviética se había convertido en un estado imperialista, debido a la destructividad de la invasión de Georgia y al mínimo papel político que tenía el proletariado real en la Rusia soviética.[185]
En 1924, Kautsky regresó a Viena, retirándose de la política partidista activa.[186][187][188][189] Sus preocupaciones se centraron en la teoría más abstracta y la crítica continua al bolchevismo.[188] Instó a los emigrados rusos opositores al bolchevismo, en particular a los mencheviques, a unirse y prepararse para el inevitable colapso de los comunistas.[190] Tras la escisión del USPD en 1920, con la mayoría uniéndose al Partido Comunista de Alemania (Kommunistische Partei Deutschlands, KPD), Kautsky abogó por la reunificación de los miembros restantes del USPD con el SPD, lo que ocurrió en 1922.[191][187][192] Redactó el Programa de Heidelberg del SPD en 1925, pero nunca se sintió cómodo en el partido cada vez más reformista de la República de Weimar.[191][187] Si bien tuvo poca participación directa en la Internacional Obrera y Socialista (Sozialistische Arbeiter-Internationale, SAI), fue una figura destacada dentro de ella.[193]
Su magnum opus de este período fue Die materialistische Geschichtsauffassung (La concepción materialista de la historia, 1927), en dos volúmenes. En esta obra, Kautsky pretendía ofrecer una presentación sistemática del materialismo histórico, fundamentándolo en las ciencias naturales, pero enfatizando el singular desarrollo dialéctico de la sociedad humana, impulsado por la interacción del intelecto humano (especialmente la tecnología) y el medio ambiente. Reiteró su arraigada opinión de que las leyes de la naturaleza y la sociedad no eran directamente intercambiables.[186][194][195]
Kautsky se esforzó por comprender el auge del fascismo y el nazismo, considerándolos generalmente como fenómenos contrarrevolucionarios nacidos de la desesperación posrevolucionaria y la crisis económica, que apelaban a las masas inseguras de la pequeña burguesía y el campesinado. Mantuvo un optimismo, a menudo criticado, en el triunfo final de la razón y el socialismo.[186][187][196] Argumentó que el fascismo era un "interludio" que no podía perdurar en los países industriales desarrollados y que sus métodos violentos eran, en última instancia, incompatibles con las necesidades racionales del capitalismo moderno.[197] En Viena, fue testigo de la derrota del socialismo alemán a manos de Adolf Hitler y de la aniquilación de la socialdemocracia austríaca en la guerra civil de 1934.[187]
Tras el Anschluss en marzo de 1938, Kautsky y su esposa Luise, con la ayuda de la embajada checa, huyeron de Viena en avión a Ámsterdam.[198][187][199][200] Allí falleció el 17 de octubre de 1938 por complicaciones de un cáncer de páncreas, un día después de cumplir 84 años.[198][199] Varios miembros de su familia, entre ellos su esposa Luise (fallecida en Auschwitz) y su hijo Benedikt (que pasó siete años en campos de concentración y sobrevivió a Buchenwald), sufrieron duramente la persecución nazi.[199][201][202] Solo su hijo Felix consiguió evitar ser arrestado tras huir a Los Ángeles.
Kautsky fue una figura clave en la historia del marxismo, principalmente como su principal divulgador y sistematizador durante la era de la Segunda Internacional. La obra de Kautsky es amplia en volumen y diversidad, pero estuvo especialmente enfocada en preservar y divulgar la "ortodoxia" marxista. "El trabajo de mi vida se me hizo claro en 1883", escribió Kautsky; "Iba a ser designado para el propaganda y popularización, y, en la medida de mis posibilidades, la continuación de los resultados científicos del pensamiento de Marx y investigación".[203] Tradujo las complejas teorías de Marx en una doctrina coherente para un partido de masas, sobre todo a través de su dirección de Die Neue Zeit y su trabajo en el Programa de Erfurt.
Tras la muerte de Engels en 1895, Kautsky se convirtió en uno de los teóricos del marxismo más importantes e influyentes, representando a la corriente principal del partido junto con August Bebel, y esbozando una teoría marxista del imperialismo. En su época, fue conocido como el «Papa del marxismo».[2]
En contra del revisionismo Kautsky argumentó que el análisis de Bernstein, basado en observaciones de Inglaterra, no era aplicable a Alemania, donde no existían fuerzas democráticas significativas fuera de la clase trabajadora.[204][205] Para Kautsky, la teoría (el marxismo ortodoxo) cumplía una función práctica: proporcionaba a los trabajadores alemanes confianza en sí mismos y la certeza de la victoria.[206] Sostuvo que si bien el capitalismo no se estaba derrumbando mecánicamente, sus contradicciones se estaban agudizando, en particular con el auge del capital financiero y los cárteles, que aumentaban la miseria social incluso si la pobreza absoluta no lo hacía.[207][208] También desarrolló su concepto de Verelendung (empobrecimiento), argumentando que incluso si las condiciones materiales de los trabajadores mejoraban, los ataques sociales y políticos de la clase dominante intensificarían la lucha de clases.[209][210]
Su interpretación del marxismo enfatizaba la evolución histórica y la inevitabilidad del socialismo, pero también subrayaba la necesidad de una acción política consciente por parte de una clase obrera organizada. Buscó un equilibrio entre el determinismo y el voluntarismo, argumentando que, si bien las condiciones objetivas moldeaban la historia, la voluntad humana, particularmente en el ámbito político, era crucial. Distinguió constantemente entre revolución política (la toma del poder estatal) y revolución social (la transformación a largo plazo de las estructuras económicas), distinción que se volvió central en su crítica del bolchevismo.
Kautsky era un ardiente pacifista y antimilitarista que no podía aceptar el empleo de levantamientos militares para realizar una sociedad socialista. Esto hizo que en 1914 votara en contra de los bonos de guerra que solicitaba al Gobierno.[211] Concibió la conquista del poder del proletariado como consecuencia de la proletarización universal de la sociedad y de la centralización del capital. Para que el proletariado llegue al poder no es necesario el recurso a las armas y al levantamientos militares. Cuando el proletariado desea, la inmensa mayoría del país llegará al poder por el camino normal y democrático del sufragio.[211] Mientras tanto, Kautsky era partidario del libre comercio, contrario a la estatalización y intervencionismo estatal mientras estuviese en el poder la clase burguesa, ya que le daría más poder todavía (véase Aceleracionismo).[211] Respecto al debate sobre el cálculo económico en el socialismo Kautsky argumentó la necesidad del dinero y un sistema de precios para el cálculo de costos de producción en una economía socialista en lugar de la cantidad de trabajo o el cálculo en especie propuesto por Otto Neurath.[212][213]
Se opuso además contra el movimiento sionista por ser una "utopía insostenible"[214] basada en un proyecto colonial apoyado por la antigua doctrina de los derechos históricos, negando así el derecho a la autodeterminación de las naciones.[215][216] A su vez, denominó el antisemitismo como una fase de la lucha reaccionaria contra el proletariado, "el hostigamiento socialista del simple ciudadano de Viena".[217][218] En cuanto a la religión la consideró como "un asunto privado" al margen del Estado[219]
Tras su muerte su reputación quedó como un "renegado" dentro de los círculos leninistas. De él Friedrich Adler, hijo de Víctor Adler, escribió: "Como teórico y político, siempre será objeto de crítica, pero su carácter permanece abierto, toda su vida permaneció fiel a la más alta majestad, su propia conciencia".[203] A su vez, León Trotski escribió en 1939:
[H]ubo una época en que Kautsky fue, en el verdadero sentido de la palabra, el maestro que instruyó a la vanguardia proletaria internacional. [...] Los intentos de la historiografía actual de la Comintern de presentar las cosas como si Lenin, casi en su juventud, hubiera visto en Kautsky a un oportunista y le hubiera declarado la guerra, son radicalmente falsos. Casi hasta la época de la Segunda Guerra Mundial, Lenin consideró a Kautsky como el auténtico continuador de la causa de Marx y Engels.
[...] Kautsky deja tras de sí numerosas obras valiosas en el campo de la teoría marxista, que aplicó con éxito en los ámbitos más diversos. Su pensamiento analítico se distinguió por una fuerza excepcional. Pero no fue la inteligencia creativa universal de Marx, Engels o Lenin: toda su vida, Kautsky fue, en el fondo, un comentarista talentoso. Su carácter, como su pensamiento, carecía de audacia y alcance, sin los cuales la política revolucionaria es imposible. [...]
El naufragio de la socialdemocracia alemana y austriaca fue también el naufragio de todas las concepciones reformistas de Kautsky. [...] Recordamos a Kautsky como nuestro antiguo maestro, a quien en su día le debimos mucho, pero que se apartó de la revolución proletaria y de quien, en consecuencia, tuvimos que distanciarnos.[220]
Según su biógrafo Massimo Salvadori, la acusación de "renegado" era una caricatura polémica; la oposición de Kautsky al bolchevismo posterior a 1917 fue una aplicación consecuente de la concepción democrática y parlamentaria del Estado que había desarrollado ya en la década de 1890.[221] Los críticos no comunistas a menudo lo criticaron por una retórica revolucionaria que no se correspondía con la acción práctica, o por una visión excesivamente determinista y "fatalista" de la historia que subestimaba la necesidad de una reforma pragmática.[222] Según Dick Geary, la ambigüedad teórica y el "fatalismo optimista" de Kautsky tenían sentido práctico en el estancamiento político represivo pero no revolucionario de la Alemania imperial, pero dejaron su teoría mal preparada para los levantamientos revolucionarios posteriores a 1914.[223] El filósofo Walter Benjamin observó más tarde que la visión darwiniana de la historia de Kautsky era un "arma de doble filo" que sirvió para "mantener la fe y la determinación del partido en su lucha" durante los períodos de persecución, pero que posteriormente "sobrecargó cada vez más el concepto de 'desarrollo' a medida que el partido se mostró menos dispuesto a arriesgar lo que había ganado".[224]
Steenson concluye que la mayor debilidad de Kautsky fue su "incapacidad para ver sus posiciones teóricas traducidas en acciones efectivas" y para percibir que "la práctica tendía a autoperpetuarse con bastante independencia de la teoría".[225] Paul Mattick criticó además su poca comprensión de los fenómenos políticos de su tiempo, lo que le impidió ver que "una política de reforma capitalista exigiera una la práctica de la reforma capitalista, que resultó ser la práctica fascista". Mattick resumió la vida de Kautsky en las siguientes palabras: "De Marx a Hitler".[203]
A pesar de su inmensa influencia antes de 1914, ningún movimiento importante se autodenominó "kautskista". Sin embargo, con el retroceso del comunismo a finales del siglo XX, Steenson, en su prefacio de 1991, sugiere que la interpretación moderada y humanista de Marx por parte de Kautsky podría encontrar una renovada relevancia como contrapunto a la desacreditada tradición leninista.[226]
El compromiso de toda la vida de Kautsky con la teoría evolutiva fue fundamental para su pensamiento. Vio el darwinismo como un factor crucial en su conversión al materialismo y una base científica clave para una cosmovisión moderna y secular. En sus años premarxistas, su concepción de la historia era una forma de darwinismo social, que veía el desarrollo social como el resultado de una lucha por la existencia entre razas y tribus.[39] Después de convertirse al marxismo, buscó integrar las dos teorías, aunque a menudo insistió en separar las leyes de la naturaleza de las de la sociedad, especialmente cuando refutaba los argumentos darwinistas sociales contra el socialismo.[227]
Un elemento central de la síntesis de Kautsky fue su teoría de los "instintos sociales". Adoptando la idea de Darwin de que la moralidad evolucionó a partir de los instintos de los animales sociales, Kautsky argumentó que la humanidad había heredado los "instintos comunistas" de solidaridad, autosacrificio y lealtad de sus antepasados animales. Sostuvo que estos instintos eran una ventaja selectiva en la lucha humana temprana por la existencia, pero que habían sido suprimidos bajo el capitalismo, que fomentó el individualismo.[228] El socialismo, para Kautsky, no era un ideal utópico, sino que estaba "basado tanto en la esencia de lo humano como en el curso del desarrollo histórico", lo que representa el renacimiento de estos instintos sociales innatos.[229]
La mayor tensión entre el darwinismo y el marxismo fue el concepto maltusiano de la lucha por la existencia impulsada por la presión demográfica. Si bien inicialmente aceptó una versión modificada bajo la influencia de Friedrich Albert Lange, Kautsky luego rechazó su aplicabilidad a la sociedad humana.[230] Alrededor de 1900, resolvió esta contradicción abandonando la selección natural darwiniana ortodoxa en favor del neolamarckismo. Esta teoría, que enfatizaba la herencia de las características adquiridas y la influencia directa del medio ambiente en la evolución, era más compatible con su marxismo. Le permitió explicar la evolución biológica y social sin recurrir a una lucha intraespecífica por la existencia, que llegó a ver como un papel mínimo en la naturaleza y ninguno en la sociedad humana futura.[231]
Críticos izquierdistas como Karl Korsch argumentaron más tarde que el "darwinomarxismo" de Kautsky reemplazó la dialéctica revolucionaria de Hegel y Marx con una teoría pasiva y fatalista de la evolución gradual.[232] Kautsky, sin embargo, insistió en que se adhirió a la formulación de Engels de la dialéctica y negó enfáticamente que la evolución biológica fuera incompatible con la revolución social, viendo la revolución como una "fase especial" de la evolución bajo condiciones específicas.[233]
Los escritos de Kautsky sobre población y evolución tuvieron una influencia significativa, aunque indirecta, en el temprano movimiento eugenésico alemán. Su libro de 1880, Der Einfluss der Volksvermehrung auf den Fortschritt der Gesellschaft (La influencia de la reproducción de la población en el progreso de la sociedad), que aceptaba un maltusianismo modificado, fue un estímulo decisivo para el higienista racial Alfred Ploetz, que buscaba reconciliar el socialismo con la selección natural darwiniana.[234] El propio Kautsky se convirtió en un defensor de la eugenesia socialista. Estaba de acuerdo con los eugenistas en que la sociedad moderna, al eliminar la lucha por la existencia y proporcionar medicina e higiene, promovía la degeneración de la especie humana al permitir que los "débiles y enfermos se reprodujeran".[235]
Su solución no fue la reintroducción de una lucha por la existencia, que consideraba "absurda e hipócrita", sino una planificación social racional. En una sociedad socialista, argumentó, se eliminarían las condiciones miserables que causaban la degeneración. El problema restante de los "efectos perjudiciales de la competencia reducida" se contrarrestaría reemplazando la selección natural con la selección artificial. Kautsky expresó una "tremenda fe" en que en una sociedad socialista racional, los "débiles, enfermos e inferiores" elegirían voluntariamente no tener hijos, guiados por la opinión pública en lugar de la compulsión.[236] Estos puntos de vista contenían contradicciones internas, ya que su preocupación por la degeneración causada por la falta de lucha por la existencia reflejaba una lógica darwiniana que chocaba con su teoría neolamarckiana adoptada, que enfatizaba el medio ambiente como el principal impulsor de la evolución.[237]
El marxismo de Kautsky se caracterizó por una fuerte inclinación racionalista y humanista. Aborrecía la violencia y creía que el socialismo solo podía alcanzarse mediante la democracia y una mayoría consciente. Apoyó firmemente la "república democrática" como la única forma posible de dictadura del proletariado.[238] Esto contradecía con el modelo leninista de partido de vanguardia y dictadura revolucionaria, lo que llevó a que los comunistas lo denunciaran como un "renegado".[239]
Kautsky condenó los métodos burocráticos del vanguardismo bolchevique porque, marxista ortodoxo, "tenía fe en la ley marxista de las proletarización universal".[240] En 1918, publicó La dictadura del proletariado donde argumentar que la dictadura del proletariado era un concepto flexible que su forma ideal a los acontecimientos en Rusia y se podían lograr a través de vías parlamentarias.
Previamente Lenin consideró "profundamente justas e importantes" las enseñanzas de Kautsky en el ¿Qué hacer?[241] y valoraba su obra "cuando aún era un marxista" (es decir, hasta 1914).[238] Por otro lado, tras la Revolución de octubre, Lenin acusó en su folleto La revolución proletaria y el renegado Kautsky (1918) llamándolo «oportunista» y «renegado», comparando sus posiciones a las del revisionista Bernstein; de convertir a Marx en un liberal común y de “seguir una política característicamente pequeñoburguesa y filistea” al respaldar a los mencheviques.[58]
Kautsky respondió al contraataque de Lenin con un segundo panfleto sobre el deterioro de la situación política en la Rusia soviética, un tratado titulado Terrorismus und Kommunismus (Terrorismo y comunismo, 1919). Kautsky lamentaba "un mundo que se hunde bajo la ruina económica y el asesinato fratricida", con socialistas luchando contra socialistas en ambos países "con una crueldad similar a la practicada hace más de medio siglo por los gobiernos de Versalles, carniceros de la Comuna."[242] Kautsky buscó trazar un paralelo histórico entre la Revolución y la guerra civil rusa en curso con la Revolución Francesa y el Reinado del Terror que siguió, que culminó con el derrocamiento de la revolución por la dictadura militar de Napoleón Bonaparte.[243]
Kautsky criticó específicamente al líder bolchevique León Trotski, reprendiéndolo por haber tomado el poder a pesar de un conocimiento previo admitido de que la clase obrera rusa y la intelectualidad revolucionaria que actuaba en su nombre habían carecido de "la organización necesaria, la disciplina necesaria y la educación histórica necesaria" para establecer con éxito un nuevo régimen económico y político.[244] La corrupción había florecido después y la producción económica había caído hasta un punto cercano al colapso total.[245] A su vez, fustigó a Lenin en su obra de Marxismo y bolchevismo: democracia y dictadura (1934):
Los bolcheviques, bajo el liderazgo de Lenin, sin embargo, lograron tomar el control de las fuerzas armadas en Petrogrado y más tarde en Moscú y sentaron así las bases para una nueva dictadura en lugar de la antigua dictadura zarista.[246]
En esa época era considerado despectivamente por León Trotski, entre otros, como el «legislador teórico del marxismo internacional».[cita requerida]
Durante décadas, Kautsky desarrolló y defendió las ideas de la revolución social. Ahora que se ha hecho realidad, Kautsky retrocede aterrorizado ante él. Está horrorizado ante el poder soviético ruso y adopta una actitud hostil hacia el poderoso movimiento del proletariado comunista alemán.[247]
Trotski respondió a Kautsky con un breve libro terminado a finales de mayo de 1920 y publicó en agosto Terrorismus und Kommunismus: Anti-Kautsky (Terrorismo y comunismo: El anti-Kautsky). En él escribió:[248]
"Mientras la lucha de clases transcurrió entre las orillas pacíficas del parlamentarismo, Kautsky, como miles de otros, se permitió el lujo de la crítica revolucionaria y de perspectivas audaces: en la práctica, éstas no lo vinculaban a nada. Pero cuando la guerra y la Después de la guerra, los problemas de la revolución salieron a la luz, Kautsky tomó definitivamente su posición al otro lado de la barricada y, sin romper con la fraseología marxista, se convirtió, en lugar de ser el paladín de la revolución proletaria, en el defensor de la pasividad de una capitulación progresiva ante el imperialismo."
Una colección de extractos de los escritos de Kautsky, Socialdemocracia y comunismo, analiza el gobierno bolchevique en Rusia. Veía a los bolcheviques (o comunistas) como una organización conspirativa que había llegado al poder mediante un golpe de Estado e iniciado cambios revolucionarios para los cuales no había ninguna justificación económica en Rusia. En cambio, se desarrolló una sociedad dominada por la burocracia, cuyas miserias superaban los problemas del capitalismo occidental, argumentó. Él afirmó:
Los turistas extranjeros en Rusia se quedan mudos de asombro ante las gigantescas empresas creadas allí, como por ejemplo ante las pirámides. Pocas veces se les ocurre la idea de qué esclavitud, qué degradación de la autoestima humana estuvo relacionada con la construcción de aquellas gigantescas instituciones.... Extrajeron los medios para la creación de fuerzas productivas materiales destruyendo la fuerza productiva más esencial de todas: el hombre trabajador. En las terribles condiciones creadas por la Piatiletka, la gente pereció rápidamente. Las películas soviéticas, por supuesto, no mostraban esto.[249]
Después de la muerte de Lenin en 1924, fue contactado por Panski-Solski, el corresponsal en Berlín del periódico del gobierno soviético Izvestia, y lo invitó a contribuir con un artículo conmemorativo. Kautsky escribió:
Fue una figura colosal, de las pocas que se encuentran en la historia del mundo. Entre los gobernantes de los grandes Estados de nuestro tiempo, sólo hay uno que hasta cierto punto se le acerca en impacto, y ese es Bismarck [...] También hay que señalar que, a pesar de mis reservas sobre los métodos de Lenin, no desespero de la situación de la revolución rusa. Desde mi punto de vista, parece que Lenin pudo haber conducido la revolución proletaria a la victoria en Rusia, pero no pudo hacerla fructificar. En este sentido, la revolución rusa aún no ha terminado. No se lo llevarán a la tumba con Lenin.[250]
Más allá de su importancia política como representante del “centro marxista” en los conflictos políticos de la socialdemocracia, el logro duradero de Kautsky en su vida es su trabajo como historiador y teórico del marxismo. Kautsky, por ejemplo, se ocupó intensamente de la historia de las religiones y, con su obra El origen del cristianismo, proporcionó un examen histórico-materialista del cristianismo primitivo, que buscaba comprometerse con la teología protestante y la investigación histórica de Jesús de su tiempo. Kautsky vio el cristianismo primitivo como un movimiento de resurgimiento plebeyo-proletario, que, sin embargo, se convirtió en el apoyo de la élite gobernante en la Roma post-Constantina a través del papado. El desarrollo se completó con el celibato, que impedía la herencia y la privatización de la propiedad de la Iglesia; Kautsky lo interpretó como un instrumento de acumulación del capital. Kautsky también se ocupó intensamente de la Reforma protestante, especialmente de los movimientos religioso-comunistas y utópicos como Thomas Müntzer.[251][252][253]
Kautsky se casó con Louise Strasser (1860–1950) en abril de 1883.[254][63] Vivieron juntos en Stuttgart y Londres. El matrimonio se vio a menudo afectado por dificultades económicas y la intensa concentración de Kautsky en su trabajo. Se divorciaron en 1888 tras un período de creciente distanciamiento; la ruptura causó considerable angustia entre sus amigos socialistas, en particular Friedrich Engels.[255][256] Louise Strasser se volvió a casar posteriormente.[257]
En marzo de 1890, Kautsky se casó con Luise Ronsperger (1864-1944), amiga de su madre.[258][256] Este segundo matrimonio duró hasta la muerte de Karl y fue, según todos los indicios, una estrecha colaboración intelectual y personal. Luise era autora y traductora socialista, y fue la crítica y colaboradora más cercana de Karl. Tuvieron tres hijos: Felix Kautsky (1892-1953), el ginecólogo Karl Jr. Kautsky (1892-1978) y el economista Benedikt ("Bendell") Kautsky (1894-1960).[259][260] El químico Hans Kautsky y el pintor de teatro, escenógrafo y vestuario austriaco Robert Kautsky eran sus sobrinos.
Kautsky vivió durante dos años en la Saarstraße 14 de Berlín, en lo que entonces todavía era una colonia de casas de campo independiente, Friedenau. Rosa Luxemburgo, que vivía en la cercana Cranachstraße 58 en Schöneberg, tenía una estrecha amistad con Luise Kautsky. Una placa conmemorativa indica el lugar donde vivió Kautsky en 14.
La vida familiar de Kautsky era ordenada; dedicaba las mañanas a escribir, daba paseos por las tardes (a menudo con sus hijos) y las noches a visitas o lecturas ligeras. La familia Kautsky organizaba reuniones regulares los domingos por la tarde para camaradas socialistas y visitantes internacionales.[261]
En enero de 2010, las Juventudes Socialistas de Alemania - Los Halcones abrieron su oficina federal en la antigua casa de Kautsky en Berlín bajo el nombre de “Casa Luise y Karl Kautsky”.
Kautsky fue nominado siete veces al Premio Nobel de la Paz.[262]