En Derecho penal, se conoce como juicio de reproche a la valoración que se hace en el individuo que cometió un ilícito y su correspondiente acción. En el juicio de reproche se individualiza la pena, es decir, se vincula al hecho injusto con su autor. El juicio de reproche pertenece a la Teoría del delito, e ingresa en las valoraciones de la culpabilidad.
En el juicio de reproche se constata un conocimiento, en donde el autor comprende lo que hace y tiene la posibilidad de dirigir su accionar de acuerdo con la comprensión de dicha situación. El derecho penal requiere que el autor de un hecho punible haya comprendido su accionar como antijurídico, pues la doctrina sostiene que no se puede aplicar el poder punitivo sobre alguien que cometió una acción sin estar dentro de sus posibilidad la comprensión (valoración) del injusto.
Aún pudiendo el agente comprender la antijuridicidad de su acción, existen casos en que no se puede exigir del agente un accionar distinto del que tomó. Concretamente, se trata de dos situaciones: