Juan Carlos Chirinos García (Valera, Trujillo, 3 de mayo de 1967) es un escritor venezolano. Estudió literatura en su país y en España. Es novelista, cuentista, biógrafo, ensayista, dramaturgo, guionista y profesor. Ha sido incluido en diversas antologías, tanto en Venezuela como en España, Italia, Estados Unidos, Argelia, Cuba, Canadá y Francia.
Juan Carlos Chirinos | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
3 de mayo de 1967 (57 años) Valera, Trujillo Venezuela | |
Nacionalidad | Venezolano | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Central de Venezuela | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, investigador literario, asesor literario, profesor de escritura creativa | |
Géneros | Narrativa, biografía, ensayo y teatro | |
Sitio web | juancarloschirinos.blogspot.com | |
En Venezuela sus cuentos han sido incluidos en las antologías Las voces secretas y La vasta brevedad (ambas publicadas por Alfaguara, en Caracas), 21 del XXI (editada en la misma ciudad por Ediciones B), en la ya canónica y célebre antología El cuento venezolano (preparada por el novelista José Balza)[1] y en Les bonnes nouvelles de l’Amérique latine (publicada en París por Éditions Gallimard) prologada por el premio Nobel Mario Vargas Llosa.
Juan Carlos Chirinos nació en Valera en 1967. Cursó sus estudios primarios y secundarios en su ciudad natal y en 1985 se mudó a Caracas para estudiar en la escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela; dos años después comenzó la carrera de Letras en la Universidad Católica Andrés Bello de esa ciudad, en la que se licenció en 1992. A partir de ese año, trabajó en la Universidad Metropolitana, la Fundación de Etnomusicología y Folklore, la Cinemateca Nacional y en el Museo Alejandro Otero. En 1997 llegó a la Universidad de Salamanca a hacer el doctorado de literatura española e hispanoamericana. Desde ese año reside en España, actualmente en Madrid.[2][3][4]
Al respecto, ha declarado sobre el hecho de vivir en dos países distintos: «Es inevitable que yo escriba sobre Venezuela; pero quiero dejar claro algo: mi vida no se divide en mi época en Venezuela y mi época en España. La división está definida por las ciudades en las que he vivido: Valera, Caracas, Salamanca y Madrid».[5] Y sobre su vida fuera de su país de origen, ha escrito:
Yo no puedo hablar de exilio, porque yo no me exilié, pero sí me han separado de mi hábitat natural y he tenido que adaptarme al país de acogida. Para mí exilio es una palabra que se aplica a los desterrados, sobre todo políticos; a lo sumo, yo soy un inmigrante, un estudiante que decidió poco a poco quedarse en el país donde aprendió que todo, menos la leche, puede llevar un limón. ¿Pero exiliado? Exiliado estaba Ovidio, que produjo con las Tristia una de las grandes literaturas del exilio y la tristeza por el terruño que se hayan podido leer.[6]
La obra de Chirinos, compuesta por más de 15 obras repartidas entre novelas, libros de relatos, biografías, ensayos, teatro y cine, refleja temas como el mal, lo fantástico, la literatura policial, el thriller, la historia y la reflexión política contemporánea;[7] temas que suele tratar sirviéndose del humor[8] y la ironía como recursos distorsionadores.[9] Sobre la literatura, Chirinos considera que «todo cuando nos rodea» es «material sensible de ser convertido en palabras y, por un conjuro que no logramos explicar, todo eso es el detonante para una nueva idea, una nueva manera de pensar, una frase atractiva para comenzar otra novela».[10] Asimismo, considera la lectura como un «ejercicio de zapping, por eso sé que cuando me preguntan por mis influencias solo puedo contestar por lo que en ese momento estoy leyendo, solo sé dar cuenta de los libros entre los que zapeo como en televisión por cable: ellos son lo más cercano a mis ojos de narrador.»[10] Sobre la narrativa breve, ha escrito que «el cuento es el único género que es liviano y profundo al mismo tiempo. El único donde se puede crear un universo portátil.»[11]
Su primer libro, Leerse los gatos, publicado en Caracas en 1997, fue premiado unos años antes por la embajada de España. Su segundo libro de relatos, Homero haciendo zapping, en 2002 ganó la XIV Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre. A estos libros le seguirían la publicación de un par de biografías para jóvenes, una de las cuales, Albert Einstein: cartas probables para Hann, fue seleccionada en 2005 para la colección Libros del Rincón de la Secretaría de Educación Pública de México.[12]
Su primera novela, El niño malo cuenta hasta cien y se retira, definida por el escritor Ednodio Quintero como «un ambicioso proyecto que parte de una investigación acerca del mal»,[13] y considerada por el novelista hispanoperuano Jorge Eduardo Benavides como una obra que «no es exactamente realista ni es exactamente una fábula, pues se mueve en ese límite inquietante, como ocurre con las pesadillas o los sueños más nítidos, que separan un término del otro»,[14] es un homenaje a la poesía venezolana y, en especial, al poeta Eugenio Montejo, el cual, según palabras de Rubi Guerra, «quedó convertido, por el arte de Juan Carlos Chirinos, en un personaje de ficción, eso me parece muy sabroso»,[15] en 2005 entró en la short list del Premio Rómulo Gallegos de novela.[16][17] En 2009, su relato Decir casi lo mismo resultó finalista del Concurso internacional Juan Rulfo de Radio Francia Internacional;[18] en 2018, su novela Gemelas, considerada por el novelista José Balza como «un policial ecológico, dirty, de intriga gradual e incesante, nunca previsible»,[19] estuvo entre las finalistas del Premio de la Crítica de Venezuela;[20] y, en 2020, la novela Los cielos de curumo estuvo entre las candidatas al premio de la Real Academia Española[21] y se hizo acreedora de una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte de España.[22]
De Renacen las sombras (2021), el crítico y narrador venezolano Miguel Gomes ha dicho que es «una continuación directa de Nochebosque (2011), pero hay igualmente nexos con la primera novela del autor, El niño malo cuenta hasta cien y se retira (2004). Ese diálogo con su propia obra involucra tanto personajes retornantes como una retórica que se debate entre el cómic, el folclor y modulaciones perversas de la narrativa infantil».[23]
Chirinos también se ha dedicado a la enseñanza de la escritura creativa y a la investigación literaria independiente, y en la actualidad es columnista del diario venezolano El Nacional.[24]
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«La huella de Cosmos es una novela hipertextual actualmente no disponible en Internet, que contiene algunos elementos hipermediales. (...) La huella de Cosmos se elaboró de forma colaborativa, donde la función del autor era redactar los capítulos de la novela a partir de las ideas y discusiones que se desarrollaban en un foro que estaba disponible en la web de la obra. Esta interacción le daba la oportunidad al usuario/a de completar la historia según lo que iba leyendo, pudiendo agregar diálogos, párrafos y hasta giros argumentales completos».[58]
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