Josephine Chuen-juei Ho es presidenta del departamento de inglés de la Universidad Nacional Central de Taiwán y coordinadora de su Centro para el Estudio de las Sexualidades.[1]
Josephine Ho | ||
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![]() Josephine Ho en 2007 | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
16 de junio de 1951 República de China | (74 años)|
Educación | ||
Educada en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Educadora sexual, activista LGBTI y activista por los derechos de las mujeres | |
Empleador | Universidad Nacional Central | |
Ha sido objetivo de demandas debido a su franqueza sobre cuestiones de género y derechos.[2][3]Es una de las académicas feministas más conocidas de Taiwán. Se la conoce como "la madrina del movimiento queer taiwanés".[4]
Es licenciada en Artes por la Universidad Nacional Chengchi, y tiene un máster en Ciencias de la Universidad de Pensilvania, un doctorado en Educación de la Universidad de Georgia y un doctorado en Filosofía de la Universidad de Indiana.[5]
Como activista, Ho lleva llamando la atención sobre los derechos de las mujeres en Taiwán desde los años 1990. Aunque en ese momento no existían leyes que penalizaran el acoso sexual, desde el primer caso legal sobre acoso sexual en 1989, las agresiones sexuales a mujeres se hacían cada vez más comunes. En mayo de 1994, Ho encabezó la primera manifestación en Taiwán contra el acoso sexual e ideó su lema: "No queremos acoso sexual, queremos orgasmos. Si sigues acosándonos sexualmente, ¡te la cortaremos con unas tijeras!"[6]
En abril de 2003, se publicó un artículo en el China Times afirmando que la página web de Ho contenía varias páginas que cubrían el tema de la zoofilia y promovían activamente la práctica, con imágenes descriptivas. Varios grupos conservadores acusaron a Ho de poner obscenidades a disposición de los niños.[7] Este sensacionalismo llevó a trece organizaciones cristianas y conservadoras a presentar una denuncia colectiva ante el Tribunal de Distrito de Taipei. El proceso duró más de un año, y el 15 de septiembre de 2004 se emitió un fallo de inocencia, porque las páginas de zoofilia eran sólo una parte de los ensayos e informes sobre sexualidad que contenía el sitio web. Por esta razón, la incorporación de algunas imágenes no constituyó una obscenidad.[8]
El incidente ha sido visto como un ejemplo de reacción de medios sensacionalistas y ha recibido atención internacional como una aparente confrontación entre los aspectos conservadores de la sociedad taiwanesa y la libertad sexual.[9][10]