Johanna Gezina "Jo" van Gogh-Bonger (4 de octubre de 1862-2 de septiembre de 1925) fue una editora neerlandesa, traductora de las cartas de los hermanos Van Gogh. Fue la esposa de Theo van Gogh, marchante de arte, y cuñada del pintor Vincent van Gogh. Jugó un papel clave en el crecimiento de la fama póstuma de Vincent.[1][2][3]
Johanna van Gogh-Bonger | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
4 de octubre de 1862 Ámsterdam (Países Bajos) | |
Fallecimiento |
2 de septiembre de 1925 Ámsterdam (Países Bajos) | |
Sepultura | Cementerio de Zorgvlied | |
Nacionalidad | Neerlandesa | |
Lengua materna | Neerlandés | |
Familia | ||
Padres |
Hendrik Christiaan Bonger Hermine Louise Weissman | |
Cónyuge |
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Familiares | Vincent van Gogh (cuñado) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Coleccionista de arte, escritora, traductora y profesora de universidad | |
Área | Pintura, artes visuales, coleccionismo, comercio del arte y correspondencia | |
Johanna Gezina Bonger nació el 4 de octubre de 1862 en Ámsterdam, capital de los Países Bajos. Hija de Hendrik Christiaan Bonger (1828-1904), corredor de seguros, y Hermine Louise Weissman (1831-1905), fue la quinta de sus siete hijos. La familia tenía afición por la música, solían ser anfitriones de cuartetos por las noches, lo que hizo que Johanna se convirtiera en una buena pianista. A diferencia de sus hermanas mayores, quienes ayudaban con los deberes de la casa, Johanna, una "niña alegre y animada", tenía permiso para avanzar en sus estudios, aprendiendo inglés, y ganando el equivalente de un grado universitario. Vivió algunos meses en Londres, trabajando en la biblioteca del Museo Británico.[4]
Desde los diecisiete años mantuvo un diario personal detallado, el cual se convirtió en fuente de valiosa información sobre Vincent van Gogh.[5] Por esos años también estuvo bajo la influencia del escritor inconformista Multatuli, autor de la novela satírica anticolonial del siglo XIX Max Havelaar.[6]
A los veintidós años se convirtió en profesora de inglés en una escuela de internado para chicas en Elburg; más tarde, siguió enseñando en el Instituto para Chicas en Utrecht. En esta época, cuando aún vivía en Ámsterdam, conoció a Theo van Gogh, a través de su hermano Andries Bonger. Una de las hermanas Van Gogh la describió como "inteligente y bondadosa".
Theo se enamoró de Johanna y al año siguiente visitó Ámsterdam para declararle su amor. Johanna, sorprendida y molesta porque un hombre que apenas conocía quisiera casarse con ella, lo rechazó. Aceptó su propuesta al año siguiente y se casaron en Ámsterdam el 17 de abril de 1889. Dejar su hogar en los Países Bajos con sus padres y hermanos y mudarse a París para comenzar una vida con su esposo, comerciante de arte, fue un cambio importante para ella. La pareja intercambió muchas cartas antes de su matrimonio, publicadas como Breve felicidad: La correspondencia de Theo Van Gogh y Jo Bonger,[7] donde se conocieron mejor. Al casarse, Jo sabía que la relación entre su futuro esposo y su hermano Vincent era sólida, por lo que al casarse con Theo, en esencia también se casaba con Vincent. Durante años, su esposo Theo había apoyado la obra artística de Vincent, tanto financieramente como de otras maneras.
Theo se contagió de sífilis antes de casarse por sus visitas a prostitutas, pero no contagió a Jo ni a su hijo Vincent Willem,[8] nacido el 31 de enero de 1890. Poco después del nacimiento del bebé, Vincent visitó a la familia en París y conoció a su tocayo. Los hermanos intercambiaron cientos de cartas, y Theo conservó las de Vincent. Se conserva una carta de Johanna a Vincent, escrita durante el prolongado parto del bebé Vincent Willem. La hermana menor de Theo, Wil, se quedó con Jo durante su embarazo y después del nacimiento del bebé, ayudando a la nueva madre. Se habían hecho amigos cuando Jo y Theo se comprometieron y continuaron después de la muerte de Vincent y Theo.[9]
Tras la muerte de Vincent, Theo organizó una exposición de las pinturas de su hermano en su apartamento de Montmartre, París. La salud de Theo se deterioró tras la muerte de Vincent, lo que se atribuyó en aquel momento a su profundo dolor. Jo intentó que Theo se trasladara a los Países Bajos para recibir tratamiento, pero circunstancias apremiantes lo hicieron imposible. Convenció a un médico holandés, Frederik van Eeden, para que fuera a París e intentara un tratamiento mediante hipnosis. Durante su estancia, Van Eeden vio las pinturas de Vincent en el apartamento de Jo y Theo y escribió con entusiasmo sobre ellas. A cambio, Jo le regaló una versión de El Sembrador, que mostró a sus amigos y sobre la que escribió. «Jo había plantado con éxito la primera semilla de Van Gogh en los Países Bajos».[10] Tras la muerte de su marido seis meses después de la de Vincent, Jo estaba decidida a continuar los esfuerzos de su marido por establecer la importancia de Vincent como artista, pero también se esforzó por demostrar el papel crucial de su marido en el apoyo a su vida artística.
La herencia de Johanna consistía en un departamento en París con algunos muebles y aproximadamente 200 obras de su cuñado Vincent, por entonces sin ningún valor.[11] A pesar de que le habían aconsejado que se deshiciese de los cuadros de Vincent, volvió a los Países Bajos, abrió una casa de huéspedes en Bussum, un pueblo a 25 km de Ámsterdam, y empezó a restablecer sus contactos artísticos. Tras quedar viuda volvió a escribir su diario, que había abandonado durante su matrimonio, deseando que su hijo lo leyese algún día. Para ganar ingresos extras tradujo cuentos del francés e inglés al holandés. En 1905, y a pesar de la desaprobación de su familia, fue uno de los miembros fundadores del movimiento socialista de las mujeres.
En 1892, mientras organizaba una exposición con los trabajos de Vincent, fue severamente criticada por el artista Richard Roland Holst:
"La señora Van Gogh es una pequeña mujer encantadora, pero me irrita cuando alguien habla fanáticamente de un tema del que sabe aproximadamente nada, y a pesar de que está cegado por el sentimiento, todavía piensa que está adoptando una actitud estrictamente crítica. Es una babosada de niña de secundaria, nada más. [...] El trabajo que a la señora Van Gogh más le gustaría es el más grandilocuente y sentimental, el que le hizo derramar más lágrimas; olvida que su pena está convirtiendo a Vincent en un dios."[12]
En agosto de 1901, Johanna se casó con Johan Cohen Gosschalk (1873–1912), un pintor holandés diez años más joven que ella.[13] Nacido en Ámsterdam, estudió arte en Bussum y vivió en la pensión de Jo. Estuvieron comprometidos durante un año, y no estaba claro si se casarían. Finalmente se casaron, haciendo un acuerdo prenupcial por el cual las propiedades que aportaran al matrimonio permanecieran separadas. Las pinturas de Vincent heredadas del patrimonio de Theo siguieron siendo suyas, y las que pertenecían a su hijo Vincent Willem también estaban separadas. Tras casarse, dejó de gestionar su pensión y se mudó con su nuevo marido e hijo a una casa cercana, diseñada especialmente por el arquitecto holandés Wilhem Bauer . Su matrimonio con Cohen, un hombre con depresión que prefería la soledad, fue un reto, y Jo confesó sus dificultades a otros.[14] Wil van Gogh, buena amiga y cuñada de Jo, estuvo hospitalizada por una enfermedad mental durante lo que resultó ser el resto de su vida. Jo la visitó en el hospital psiquiátrico y conservó en fideicomiso las pinturas de Vincent que Wil poseía, vendiendo algunas para pagar su hospitalización. Enviudó de nuevo en 1912 y nunca volvió a casarse.
Se involucró en causas feministas durante este período de su vida. Escribió reseñas de libros para publicaciones feministas y se hizo buena amiga de la periodista feminista Henriëtte van der Meij. Fue una de las fundadoras de un movimiento socialista de mujeres, el Club de Propaganda de Mujeres Socialdemócratas de Ámsterdam, «que se propuso mejorar la educación de la clase trabajadora y las condiciones laborales de las mujeres».[15]
Después de la muerte de Vincent y de su marido, Johanna trabajó diligentemente para editar la correspondencia de los hermanos, produciendo el primer volumen en holandés en 1914. También jugó un rol clave en el crecimiento de la fama y la reputación de Vincent a través de donaciones de su trabajo a varias exposiciones retrospectivas tempranas. También escribió la historia de la familia Van Gogh.[16]
Johanna van Gogh se mantuvo en contacto con Eugène Boch, amigo de Vincent van Gogh, a quien ofreció la pintura El poeta, un retrato suyo realizado por van Gogh, en julio de 1891.[17] También estuvo en contacto con Émile Bernard, quién le ayudó a promocionar las pinturas de Vincent.
El prestigio de Vincent van Gogh comenzó a extenderse en los años posteriores a su muerte; primero en los Países Bajos y Alemania y luego por toda Europa. Su amistad con su hermano más joven Theo está documentada en las numerosas cartas que intercambiaron desde agosto de 1872 en adelante. Van Gogh-Bonger publicó las cartas en tres volúmenes en 1914. Johanna inicialmente trabajó con comerciantes de arte alemanes y con los editores Paul Cassirer y su primo Bruno Cassirer para organizar exposiciones de las pinturas de Van Gogh en Berlín y en 1914 para publicar el primer volumen de Las cartas a Theo. La publicación de las cartas contribuyó a extender la cautivadora mística de Vincent van Gogh, el pintor intenso y dedicado quién padeció por su arte y murió joven, por toda Europa y el resto del mundo.
En 1914, traslad el cuerpo de Theo de Utrecht a Auvers-sur-Oise y lo enterró junto a la tumba de Vincent. Su hijo, Vincent Willem, y su prometida estuvieron presentes en el nuevo entierro. Una ramita de hiedra tomada del jardín de Paul Gachet cubre ambas tumbas a día de hoy. Poco después, las tumbas se convirtieron en lugar de peregrinación.[18][19]
Johanna vivió en Nueva York de 1915 a 1919, donde comenzó a traducir las cartas de Vincent al inglés. Logró atraer una atención favorable hacia la obra de Vincent y montó una exposición en la Quinta Avenida.[1] Tras el fin de la Primera Guerra Mundial , regresó a Ámsterdam en 1919.
Había padecido problemas de salud durante un tiempo antes de su muerte, aquejada de la enfermedad de Parkinson . A pesar de estar enferma, continuó gestionando las ventas de las obras de Vincent hasta su fallecimiento. Falleció el 2 de septiembre de 1925, a los 62 años, en su casa de campo de Laren, Países Bajos. Al momento de su muerte, aún estaba traduciendo las cartas de Vincent al inglés. En su obituario, De Proletarische Vrouw, del 10 de septiembre de 1925: «Siempre se disculpaba por no haber participado más activamente en el movimiento [socialista]. Decía que educar bien a su hijo también era positivo para la sociedad. 'Así que esa ha sido mi principal labor'».[20]
Tras su muerte, su hijo Vincent Willem van Gogh heredó la colección de unas 400 pinturas y muchos más dibujos, así como las cartas de los hermanos Van Gogh y la voluminosa documentación de los negocios de Jo.[21] El inventario de su patrimonio muestra que, además de las pinturas y cartas de Van Gogh, también poseía obras de su difunto segundo marido, Johan Cohen Gosschalk. Su estrategia de conservar las mejores obras de él y controlar la venta de otras significó que una importante colección permaneciera en manos de la familia. Su hijo y su nieto continuaron su labor para consolidar el legado de su tío Vincent y su padre Theo, lo que resultó en la construcción del Museo Van Gogh en Ámsterdam por parte del gobierno neerlandés.