Jeanne Marie-Madeleine Demessieux (13 de febrero de 1921, Montpellier, en la región de Occitania, sur de Francia–11 de noviembre de 1968, París) fue una organista, pianista, compositora y pedagoga francesa. Tenía una gran memoria musical puesto que llegó a memorizar cerca de 2500 obras para órgano de varios intérpretes. Dio setecientos conciertos por todo el mundo, sobre todo en Europa y Estados Unidos, en donde deslumbró a la crítica por la interpretación de sus composiciones, que requieren un conjunto de pedal prodigioso, sin ningún parecido a otras obras para órgano, además de su notable habilidad en la improvisación. Los críticos la estimaban como una de las más prodigiosas organistas del momento.
Jeanne Demessieux | ||
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Jeanne Demessieux en el órgano de la Catedral de San Juan el Divino en Nueva York, en cuyo instrumento se inspiró para componer su Te Deum op. 11. | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Jeanne Marie-Madeleine Demessieux | |
Nacimiento |
13 de febrero de 1921 Montpellier (Francia) | |
Fallecimiento |
11 de noviembre de 1968 XII Distrito de París (Francia) | (47 años)|
Causa de muerte | Cáncer | |
Sepultura | Aigues-Mortes | |
Nacionalidad | Francesa | |
Familia | ||
Padres | Marie-Madeleine Mézy y Étienne Demessieux | |
Familiares | Yolande (hermana) | |
Educación | ||
Educada en | Conservatorio de Montpellier y París | |
Información profesional | ||
Ocupación | Organista, pianista, compositora y pedagoga | |
Años activa | 1946-1968 | |
Empleador | Conservatorio Real de Bruselas | |
Género | Música clásica | |
Instrumento | Órgano de tubos y piano | |
Distinciones |
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Compuso música de cámara, para órgano solista, piano, vocal, e inclusive canciones con piano. Muchas de sus piezas aún permanecen inéditas. Entre sus obras se destacan sus Six études, Sept méditations sur le Saint-Esprit, Te Deum, y sus Twelve Choral-Preludes on Gregorian Chant Themes que junto a Réponds pour le Temps de Pâques son las únicas obras litúrgicas en su haber.
Grabó varios álbumes con música de órgano de Bach, Widor y Franck entre otros. Por las grabaciones de las obras de Franck ganó el Grand Prix du Disque en 1960. En 2021, Decca editó el box set The Decca Legacy con todas sus grabaciones, incluyendo un registro de su Poème y Te Deum, además de algunas piezas que llegó a grabar de Olivier Messiaen antes de su muerte.
Jeanne Marie-Madeleine Demessieux nació el 13 de febrero de 1921 en Montpellier, en la región de Occitania al sur de Francia, en el seno de una familia modesta, pero de músicos que tenían gran pasión por el arte. Fue la segunda hija del matrimonio entre Marie-Madeleine Mézy y Étienne Demessieux. Su padre tenía un cargo directivo en los ferrocarriles estatales franceses.[2] A los tres años de edad mostró gran talento musical, cuando un día la familia fue invitada a una representación de la ópera Orphée ed Eurydice de Christoph Willibald Gluck y no pudieron conseguir una niñera para cuidar a su hija menor, por lo que decidieron llevarla al evento. Al volver a casa Jeanne cantó espontáneamente una de las arias que acababa de escuchar.[3] Así su interés por la música comenzó a muy temprana edad por el violín, y a la edad de tres años comenzó a tomar lecciones de piano, con su hermana Yolande que era catorce años mayor que ella. Compuso sus primeras piezas a los cinco años de edad.[4]
Jeanne entró en el Conservatorio de Montpellier en 1928 a la edad de once años.[5] Pero sus padres se dieron cuenta de que allí no tendría una educación musical ideal, por lo que la familia decidió trasladarse a París en 1932,[3] para que su hija continué sus estudios de piano con Lazare Lévy, quien les recomendó a la profesora Lélia Gousseau.[6]
En 1932 ganó premios en solfeo y piano por su interpretación de obras de Charles-Marie Widor.[5] Unos meses después de su llegada a París en 1933, Jeanne se matriculó como estudiante en el Conservatorio de París; estudio piano con Simon Riera y Magda Tagliaferro, armonía con Jean Gallon, contrapunto y fuga con Noël Gallon, y composición con Henri Büsser.[7] Algunos de sus compañeros de clase serían organistas famosos como Olivier Messiaen, Jehan Alain, André Fleury, Maurice Duruflé, Jean Langlais y Gastón Litaize.[8] Sus padres al ser fieles católicos rápidamente se unieron a la congregación en la iglesia recién construida de Saint-Esprit, y enseguida se le pidió a Jeanne que fuera la organista, cargo al que accedió en 1933. Como la iglesia había sido recientemente inaugurada aún no estaba dotada de un órgano, por lo que tuvo que interpretar en un armonio por un breve lapso. En 1934 la iglesia se instaló un nuevo órgano de diecisiete registros.[3] Ejerció el cargo durante veintinueve años hasta 1962[5] cuando accedería al cargo en la Iglesia de la Madeleine en París, donde Camille Saint-Saëns y Maurice Faure serían algunos de sus predecesores.[6][7] Trabajaría arduamente allí, un hecho anecdótico es que en el breve lapso de ocho días aprendió a la perfección la Sexta Rapsodia Húngara de Franz Liszt, la Sonata en re menor op. 108 de Ludwig van Beethoven, la Fantasía y Fuga en re menor, BWV 903 cromática de Johann Sebastian Bach y varios estudios de Frédéric Chopin. En su primera competencia de piano ganó el primer premio entre cincuenta y cinco pianistas, habiendo interpretando brillantemente uno de los conciertos de piano de Liszt.[3]
El 8 de octubre de 1936 marcó un punto de inflexión en su carrera. El director del Conservatorio de Montpellier estaba organizando una reunión en Meudon durante la cual Demessieux conoció a Marcel Dupré, de quién ella misma señala en su diario: "para mí fue un encuentro inolvidable".[9][5][7] Tanto ella como sus maestros tenían esperanzas que ganará el primer premio en composición, y a pesar de que lo intentó varias veces nunca pudo lograrlo. Posiblemente porque el jurado no estuviera de acuerdo con que el premio lo ganará una mujer, precisamente a Nadia Boulanger le sucedió algo parecido unas décadas antes.[10] Es posible que su asociación con Dupré, quién era visto por algunos colegas como alguien "conservador y sin esperanzas", sea otro motivo. Este fue el primer revés para Demessieux luego de una serie de éxitos personales. En 1941 ganó el primer premio en órgano por una unanimidad con un jurado integrado por Jean Gallon, Maurice Duruflé, André Fleury, André Marchal, Alexandre Eugène Cellier y Gastón Litaize. Entre otras piezas interpretó Ad nos, ad salutarem undam de Franz Liszt. Era su primer intentó en la competencia, solo Olivier Messiaen antes de ella logró ganarlo en primera instancia. Dándose cuenta de que su talento podía ir mucho más allá, Dupré hizo un acuerdo con la familia Demessieux ofreciéndole dar clases privadas en su casa en Meudon de forma gratuita. Con respecto a esto, Demessieux dice en su diario que el mismo Dupré le dijo: "Estoy haciendo por ti lo que Widor hizo por mí".[3] Así entre 1936 y 1939 estudió órgano en forma privada con Dupré, aprovechando el tiempo libre que tuvo durante la ocupación alemana de Francia, ya que no existía mucha vida musical en ese periodo, por lo que se dispuso a perfeccionar su técnica de interpretación.[4] Estudió con Dupré todos los aspectos de la interpretación al órgano, composición y también construcción de los mismos. Demessieux acompañó a Dupré en varios de sus conciertos que brindó, por lo que pudo probar nuevos instrumentos, dio recitales privados, principalmente en su casa en Meudon. Dupré preparó el debut de Demessieux hasta en el detalle más minucioso.[3]
Finalmente en 1946 se vieron volcados los resultados cuando Marcel Dupré organizó una serie de conciertos que él mismo llamó "Seis conciertos históricos" en la Sala Pleyel de París, en donde Demessieux tocó por primera vez en el recientemente restaurado órgano, bajo una audiencia de 1725 personas -cifra inusitada para el debut de un solista de cualquier instrumento- incluyendo varios músicos e intérpretes como Jean Langlais, Gastón Litaize, Olivier Messiaen y Maurice Duruflé.[3] Desempeñó un nivel de interpretación nunca antes visto por otro organista en Francia,[7] según la crítica parisina de la época, fue un "histórico éxito triunfal",[11] y su debut fue comparado con el de Horowitz, Menuhin y Gieseking. Fue allí donde estrenó sus Six études op. 5, piezas de una gran complejidad técnica.[12] Maurice Duruflé dijo: "A tu lado tocamos los pedales como elefantes. Es [la forma de interpretar de Demessieux] magnífica, maravillosa. Siento que estamos muy lejos de ella". Sus improvisaciones también fueron muy elogiadas.[13] Gracias al éxito de estos conciertos, Demessieux fue invitada a tocar en varias ciudades de Europa, en varias iglesias y catedrales, y en muchas ocasiones, fue la primera mujer que interpretaba en algunos de esos sitios.[7]
Tenía una memoria prodigiosa llegando a memorizar más de 2500 obras, entre ellas piezas de Johann Sebastian Bach, César Franck, Franz Liszt, Félix Mendelssohn y del mismo Dupré. Precisamente, Dupré se convenció rápidamente de haber encontrado en esa niña una posible sucesora, alguien capaz de ampliar la influencia de la escuela francesa de órgano.[5][9] En palabras del mismo Dupré, Demessieux era "la organista más grande de todos los tiempos".[11]
En el momento de los recitales de Pleyel, Dupré viendo el potencial de Demessieux le insistió en que debía ir y hacer su debut en Estados Unidos, pero ella se negó a ir, a menos que las condiciones fueran lo suficientemente seguras. Dupré partió para otra de sus giras a ese país al año siguiente. A su regreso nunca habló con ella ni tuvo ningún trato de nuevo.[7] Cabe señalar que durante la ausencia de Dupré por su viaje, Demessieux aceptó la invitación por parte de un grupo del círculo de los reformistas del órgano (grupo que estaba enemistado con Dupré), cuando Demessieux antes de su debut siempre había rechazado (a instancias de Dupré), invitaciones similares del mismo entorno. Demessieux le envió varias cartas pidiendo una explicación por el rompimiento del contacto entre ambos, sin recibir una respuesta. El tema de la ruptura entre ambos no fue tratado o mencionado ni en la biografía, ni en las memorias de Dupré, y sigue siendo hasta hoy en día un tema de debate entre los musicólogos.[3]
En el otoño de 1947 dio una segunda serie de conciertos en la Sala Pleyel de igual éxito que los anteriores,[7] pero esta vez sin la organización de Dupré.[3] En el citado año se editó por primera vez sus Sept méditations sur le Saint-Esprit, op. 6.[1] Dio una nueva serie de doce conciertos hasta 1948, en donde interpretó las Seis sonatas a trío para órgano, BWV 525-530 de Bach, obras corales, y gran parte de sus tocatas, preludios y fugas, además de varias obras importantes compuestas por su mentor Dupré y otros compositores contemporáneos, así como piezas de Félix Mendelssohn, Liszt, y Franck.[4]
Durante la década de 1950 realizó tres giras transcontinentales por América, una hazaña en gran medida inaudita en su momento. Como escribe Laura Ellis: "Varias mujeres organistas estadounidenses, entre ellas Nita Akin, Claire Coci y Catherine Crozier, realizaron recitales transcontinentales en los Estados Unidos en la década de 1950, pero pocas mujeres europeas viajaron a través del Océano Atlántico para realizar recitales de órgano en América del Norte".[14]
Fue la primera organista en dar recitales en muchas catedrales y salas de conciertos, como la Abadía y Catedral de Westminster. Este fue el comienzo de su carrera como concertista internacional. Brindó más de setecientos conciertos[6] en Europa y Estados Unidos, todos ellos con gran éxito.[11] Su debut en Londres fue el 26 de febrero de 1947 precisamente en la Catedral de Westminster. Realizó cinco visitas entre 1946 y 1948, incluyendo un concierto en los Proms con Malcolm Sargent, Demessieux adoraba el gran instrumento de Royal Albert Hall. Sin embargo, vale la pena señalar que los críticos ingleses eran generalmente hostiles contra los músicos extranjeros, más aún, con los franceses.[7] Cuando tocó para la Convención de Órgano en Londres en 1947, improvisó una sinfonía de cuatro movimientos.[3]
La primera gira de Demessieux en Estados Unidos se demoró hasta 1953: pero fue de gran éxito, tanto la audiencia como la crítica quedaron atónitos por la experiencia.[7] Fue la primera organista en ir de gira a Estados Unidos.[8] Según D'Arcy Trinkwon quizás solo Virgil Fox mostró un grado similar de virtuosismo, aunque su estilo era mucho más llamativo y su repertorio más popular. Regresó de nuevo en 1955 y 1958, y en cada ocasión el público de costa a costa la recompensó con febriles ovaciones. Su repertorio se basaba en gran medida en composiciones de la escuela romántica francesa, durante sus años con Marcel Dupré había estudiado la mayor parte de las obras de Johann Sebastian Bach, incluyendo todos los "grandes" preludios, tocatas, fantasías, fugas, sonatas y el Orgelbüchlein, BWV 599-644, así como muchas de las obras que significaron la piedra angular de su repertorio como de Dupré, Liszt, Franck y Mendelssohn. También estudió numerosas obras del propio Dupré, ambos conjuntos de preludios y fugas, Suite Bretonne y Sept Pièces, todo durante su estadía en Meudon antes de 1946.[7]
En 1953 se publicó su Andante como parte de 64 Harmony Lessons, la obra estaba dedicada a Jean Gallon, quien fue su profesor del Conservatorio. Se trata de una fuga en cuatro partes con un contrasujeto invertible.[12]
Demessieux estrenó su Te Deum op. 11 durante su tercer viaje a Estados Unidos el 10 de febrero de 1958 en Graham Memorial Chapel en la Universidad de Washington. La pieza fue inspirada por el órgano Aeolian-Skinner en la Catedral de San Juan el Divino en Nueva York durante su segunda gira en febrero de 1955,[15] y posiblemente se originó como una improvisación. Se compuso a finales de 1957 o principios de 1958. El estreno de Te Deum fue el 10 de febrero de 1958 en la Capilla Graham Memorial en la Universidad de Washington en San Luis. Según su diario de viajes la primera prueba la hizo antes: "30 de enero: en el órgano de St. John the Divine, probé mi Te Deum, que estaba inspirado en este órgano, y para mi alivio, era lo que pretendía". El trabajo fue recibido con gran entusiasmo, como lo demuestra la revisión de Ronald Arnatt del concierto para la revista The American Organist:[16]
Como compositora, Jeanne Demessieux es conocida principalmente en este país por sus Twelve Choral-Preludes on Gregorian Chant Themes: piezas cortas y finamente elaboradas que muestran una combinación de dominio del contrapunto y calidez lírica.El trabajo se divide en tres secciones principales: la apertura, la exposición fuerte, la sección central más silenciosa y más reflexiva, y el poderoso final tipo tocata, terriblemente difícil y desarticulado. Jeanne Demessieux fue recibida con gran entusiasmo y tuvo que regresar muchas veces para hacer una reverencia, afortunadamente no tocó un bis ya que cualquier cosa después de que sus propias obras habrían sido un anti-clímax...
El preludio "Rorate coeli" es uno de los más bonitos de todos, con un estilo distintivo propio, que se apoya menos en sus compatriotas. Aquí fue un enfoque totalmente diferente a un canto gregoriano [Te Deum], marcial en el estado de ánimo, politonal de influencias y emocionante brillante.
Ronald Arnatt.[17]
Su Te Deum op. 11 es la culminación del género francés, destacándose por encima de todos los demás como una moderada estructura compositiva y de brillantez virtuosa. Las trompettes en chamade, un rasgo primordial del órgano de la catedral, se usan para destacar las dos importantes entradas del cantus firmus en la pieza.[18] No es un hecho ampliamente conocido, pero en 1953 Demessieux tocó por invitación de la joven reina Isabel II del Reino Unido, en su coronación en la Abadía de Westminster.[7] Durante aquellos años viajó por Europa, principalmente en Austria, Alemania, Reino Unido, Holanda y Escandinavia. En su mayoría de conciertos concluyó su programa con una improvisación sobre un tema determinado.[3]
En los primeros días de su carrera, su programa ininterrumpido de conciertos incluía casi todas las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos, lo que era aún más notable, ya que los viajes en aquellos tiempos eran muy dependientes de los trenes a vapor y barcos, ambos transportes de gran lentitud. Las giras no eran de gran agrado para Demessieux, ya que las encontraba agotadoras. Solo hizo tres viajes a Estados Unidos, y posiblemente tuvo que rechazar invitaciones posteriores debido a su deseo de permanecer cerca de sus padres envejecidos y frágiles. A diferencia de lo que muchos músicos empezaban a hacer, Demessieux se negó a viajar en avión a menos que fuera absolutamente necesario, esto tenía una razón: perdió a un amigo en un accidente aéreo en su juventud. Este hecho restringió sus actividades. En general no le gustaba viajar, a diferencia de Dupré, nunca se aventuró a ir más lejos de lugares como Australia.[7]
Muestra de su calibre a la hora de improvisar fue el hecho que el recital que brindó en el Conservatorio de Lieja el 1 de marzo de 1957, fue totalmente improvisado por Demessieux. Fue invitada a realizar conciertos con bastante frecuencia, y realizó algunas actuaciones de órgano y orquesta en Francia, Bélgica y otros lugares. Ella escribió su propio concierto para órgano y orquesta titulado, Poème, a principios de los años 50, estrenándolo en 1952,[7] existe una grabación realizada en ese año donde ella misma lo interpreta al órgano con orquesta dirigida por Eugène Bigot.
Hizo una serie de grabaciones para el sello Decca de Londres en el órgano de Victoria Hall de Ginebra, entre ellas un LP con seis piezas de Bach.[11] En 1958 grabó todas las obras que existían en ese entonces de César Franck en el órgano de la Iglesia de la Madeleine, aparte de otras piezas de Bach, y otros compositores,[5] pese a que el órgano no se encontraba en las mejores condiciones, y no estaba dotado de setzer,[3] las interpretaciones eran de excelentísima calidad, por ello ganó en 1960 el Grand Prix du Disque por estas grabaciones.[5] En la mayoría de los casos, se grabaron las piezas en una sola toma, a veces se tuvo que recurrir a una segunda toma por algún ruido externo, o se tenía que comenzar de nuevo cuando el órgano fallaba.[3] Hubo una ola de calor en la temporada que grabó las obras de Franck:
En París, no ha habido una sola gota de lluvia desde finales de mayo. La sequía continua y una temperatura promedio de 30 °C en la sombra, es agotador. Este es el horno en el que grabé las obras completas de Franck en la Madeleine, trabajando toda la noche y practicando en casa durante el día. Tanto en el órgano como en la cabina de escucha, éramos un equipo de siete personas que comparten el humedeciendo, migrañas, y malestar general. Luego, durante varios días después, supervisé la edición en el estudio.Jeanne Demessieux.[19]
Unos años más tarde surgió un proyecto para grabar una serie de piezas en el órgano de la Catedral de Notre-Dame en París, pero nunca se realizó para su gran pesar. Sin embargo, grabó varias selecciones mixtas en La Madeleine unos años antes de su famosa grabación de las obras de César Franck. Dos años más tarde fue nombrada organista titular de esta iglesia, un honor que ella consideraba tan especial que admitió haber "llorado de alegría". A principios de los años 60, Olivier Messiaen estuvo de acuerdo en que Demessieux debía grabar las obras completas de éste. Aunque estuvo muy motivada por tal proyecto, en un principio se negó a firmar el contrato, para intentar renegociar algunos de sus términos. Al momento de su muerte el contrato seguía sin firmar. Aun así alcanzó a registrar una única pieza de Messiaen. Su última grabación se hizo en la Catedral Metropolitana de Liverpool como parte de las celebraciones de la inauguración del edificio y su nuevo órgano.[7]
En 1962, Jeanne Demessieux fue nombrada organista titular en La Madeleine en París,[5] luego de la renuncia de Edouard Mignan.[8] En 1964 recibió la distinción de Caballero de la Orden de la Corona de Bélgica.[11]
Debido a problemas de salud, Demessieux tuvo que limitar sus actividades para mediados de 1960,[5] justo en esa época había confesado sentirse "saturada musicalmente", y evocó con pesar su juventud sobrecargada de estudio y disciplina, aparte gran parte de su vida artística pasó luchando para mantener su lugar en un entorno dominado por hombres.[11]
También tuvo una extensa carrera en la pedagogía, después de conseguir una puesto inicial en el Conservatorio de Nancy, en 1952 fue nombrada profesora de órgano e improvisación en el Conservatorio de Lieja, Bélgica. También fue invitada a dar clases de órgano en la Academia de Verano de Haarlem, donde Pierre Labric y Louis Thiry fueron alumnos suyos.[11] Ejerció como profesora de órgano en el Conservatorio de Nancy (1950 a 1952) y en el Conservatorio Real de Lieja, Bélgica (1952 a 1968).[5]
Puedo oír las flautas de la Madeleine.Últimas palabras de Demessieux.[7]
A partir de sus 20 años de edad, Demessieux comenzó a padecer varios problemas de salud, teniéndose que someter en ocasiones a varias operaciones. Pudo luchar por algún tiempo con un cáncer que padecía, pero terminó falleciendo el 11 de noviembre de 1968 en París, habiendo estado dos meses en cama en el hospital.[7] Su funeral se realizó en la Iglesia de la Madeleine, una gran multitud acudió a darle un último adiós. El órgano se mantuvo en silencio envuelto en un gigantesco manto negro. Después de su muerte, Pierre Cochereau, Pierre Labric y Eugene Reuschel entre otros compositores escribieron piezas en su memoria.[11]
Dejó un gran catálogo de composiciones. Aparte de sus piezas para órgano, escribió piezas para piano, numerosas canciones y obras corales incluyendo un oratorio "Chanson de Roland", y obras orquestales. Solo una tercera parte de su catálogo, que consta de más de treinta composiciones, se ha publicado hasta la fecha.[5]
En Francia existe la Association Les Amis de Jeanne Demessieux, que se encarga de mantener el legado de Demessieux.[3]
Una avenida en la región de Camargues, lleva su nombre.[3]
El sello holandés Festivo ha reeditado varias grabaciones de Jeanne Demessieux en CD, incluyendo sus grabaciones de las obras para órgano de César Franck de 1958.[5][20]
El organista italiano Maurizio Ciampi fue uno de los primeros que grabó las series Six études, op. 5 y Sept méditations sur le Saint-Esprit por completo en 1995.
El sello Aeolus grabó el canon organístico completo de Demessieux por primera vez en 2008, con la interpretación del organista Stephen Tharp.[4]
La organista Susan Jane Matthews ha dado conferencias y charlas sobre la vida y música de Jeanne Demessieux.[21] El organista británico D'Arcy Trinkwon se ha dedicado a escribir artículos sobre Demessieux y difundir su obra.
En noviembre de 2021 con motivo del centenario de su nacimiento, se celebraron una serie de conciertos en donde se interpretaron algunas de sus obras en la iglesia de Santo Thomas en Manhattan los días 6, 13 y 20 de noviembre.[22]
En sus grabaciones que dejó se puede apreciar un rubato libre pero muy natural, combinado con un impulso rítmico muy enérgico. En los registros tenía preferencia por la claridad y el brillo en las mezclas altas. Por su tradición en la escuela francesa de órgano desarrolló un característico juego de staccato, llegando a conseguir en sus interpretaciones acentos espectacularmente eficaces, como se puede escuchar en la grabación de la Toccata de Charles-Marie Widor.[3]
La nueva técnica de Demessieux, de electrizante musicalidad y virtuosismo es análoga a los fenómenos del siglo XIX de pianistas como Chopin, Kalkbrenner, Hummel y Liszt.[23]
Tenía una gran capacidad para improvisar en diversas formas y géneros.[24] Muestra de su calibre a la hora de improvisar fue el hecho que el recital brindado en el Conservatorio de Lieja el 1 de marzo de 1957, fue totalmente improvisado por Demessieux. Improvisó en diversas formas y estructuras, ya sea desde variaciones corales, una sonata trío, preludio y fuga, paráfrasis y diversos tratamientos de coral (polifónicos, contrapuntales, canónicos, fuga y ornamentados).[7] En los conciertos realizados en 1953, siempre concluía con una improvisación sobre un tema determinado.[3]
Además su capacidad para interpretar el pedal del órgano era muy notable:
Me senté detrás de ella en el presbiterio, era el único allí que podía ver sus pies y estaba asombrado por la velocidad de los pasajes de pedal. Llevaba unos tacones muy altos, y parecía mover sus piernas muy poco. Sus tobillos hacían el trabajo, y parecían colocar sus tacones altos donde ella los quería con una precisión infalible, y una velocidad increíble.[3]
A excepción de Twelve Choral-Preludes on Gregorian Chant Themes, op. 8 y Réponds pour le Temps de Pâques que están basadas en obras litúrgicas, otras piezas como Six études, op. 5 están orientadas para concierto,[15] mientras que el tema original en su Te Deum op. 11 puede no muy perceptible para el oyente.[25] Su música es comparada frecuentemente con la de Jehan Alain, ya que ambos compositores franceses escribieron piezas de gran poder sugestivo e imaginativo.[26] El lenguaje armónico de Sept méditations sur le Saint-Esprit, op. 6 es algo similar al de Olivier Messiaen.[1] Domitila Ballesteross sugiere que Twelve Choral-Preludes on Gregorian Chant Themes, op. 8 fue compuesta con una función pedagógica.[27]
Nadia Boulanger intento ganar el Gran Premio de Roma en dos ocasiones. En su primer intento quedó en la final con una obra de tintes impresionistas. La segunda presentó una fuga vocal a cuatro partes, quisieron eliminarla pero hubo presiones para que el jurado la haga pasar a la final, de allí la revista Femina público el 15 de junio de 1908: "Una mujer finalmente fuerza todas las puertas de la gloria", pero terminaron por arrancarle el premio de las manos, uno de los que le bajo el pulgar fue el mismísimo Camille Saint-Saëns.Fischerman y Gilbert, 2009, p. 112.