James Benning (Milwaukee, Wisconsin, 1942) es un director de cine estadounidense, documentalista experimental y representante del cine estructuralista, es un director reputado dentro del ambiente underground estadounidense.[1]
James Benning | ||
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![]() James Benning en 2012 | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
28 de diciembre de 1942 Milwaukee (Estados Unidos) | (82 años)|
Nacionalidad | Estadounidense | |
Familia | ||
Hijos | Sadie Benning | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Wisconsin-Madison | |
Información profesional | ||
Ocupación | Director de cine, profesor universitario, editor de cine, productor de cine y cineasta | |
Empleador | ||
Distinciones |
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Hijo de inmigrantes alemanes, estudió cine en la Universidad de Wisconsin-Madison bajo la tutela de David Bordwell. Los filmes de Benning se centrar en representar el paisaje que se filma, y constan de largas escenas sin editar. En sus comienzos hacía sus películas en Chicago, pero en los últimos años suele filmar en la Costa Oeste.
En el 2003, Reinhard Wulf hizo un documental de 90 minutos llamado James Benning: Circling The Image. En 2007, el Austrian Film Museum publicó un libro sobre su trabajo.
Además de director de cine, se dedica a dar clase en el Bard College y en la Universidad de Northwestern, y desde 1987, enseña dirección de cine y de sonido experimental en el California Institute of the Arts.
Es padre de Sadie Benning, una persona profesional de la composición y de dirección de cine.[2]
Preocupado y comprometido en la defensa de los derechos humanos y considera que cualquier imagen de las que graba contiene una carga política. Las películas de James Benning se califican de contemplativas, el objetivo del autor es enseñar al espectador a observar, a ver y a escuchar por lo que tiene que darse el tiempo suficiente para reflexionar, concentrarse y estar en el presente para que pueda darse la observación plena.[3]
“Creo que cualquier tipo de aprendizaje se reduce a una cuestión de tiempo -asegura Benning-. Especialmente el aprendizaje que se obtiene de la observación, que es, para mí, muy importante. Puedes aprender leyendo libros, escuchando a la gente hablar o mirando a cualquier lado… pero la contemplación es la forma más directo y quizá la más dura, porque uno tiene que saber prestar atención”.[3]