Jacques Goudstikker (Ámsterdam, 30 de agosto de 1897 – Bodegraven, Canal de la Mancha, 16 de mayo de 1940) fue un destacado comerciante de arte judío-neerlandés, considerado uno de los marchantes más influyentes en Europa durante el período de entreguerras.[1]
Nacido en Ámsterdam en el seno de una familia judía, Goudstikker se formó en el mundo del comercio de arte desde joven y rápidamente alcanzó prestigio por sus conocimientos y por la calidad de las obras que adquiría y vendía. Su galería en Ámsterdam se convirtió en un punto de referencia internacional para coleccionistas y museos.[2][3]
Tras la invasión de los Países Bajos por la Alemania nazi en mayo de 1940, Goudstikker huyó junto a su familia con la intención de llegar a Inglaterra. Durante el viaje, sufrió un accidente al caer en la bodega del barco en el que viajaba, provocándose una fractura de cráneo que le causó la muerte el 16 de mayo de 1940, cerca de Bodegraven.[4]
Después de su muerte, su importante colección artística fue saqueada. Hermann Göring, uno de los jerarcas nazis, se apropió de gran parte de sus bienes, entre los que se encontraban alrededor de 1.400 obras de arte, incluidas unas 30 de los antiguos maestros neerlandeses, además de piezas italianas, flamencas y alemanas.[5]
Tras la guerra, se inició un largo proceso legal y diplomático para la restitución de las obras expoliadas. A partir de la década del 2000, varios de esos cuadros fueron devueltos a los herederos de Goudstikker por parte del Estado neerlandés y de diferentes museos, convirtiéndose en uno de los casos más notorios de restitución de arte robado por el régimen nazi.[6][7]