Ite, missa est es la fórmula tradicional utilizada al final de la misa en el rito romano de la Iglesia católica, con la que el oficiante despide a la asamblea. Su traducción más común es: «Idos, es la despedida» o «Idos, ha sido enviada». Esta expresión dio origen al término «misa» utilizado en las lenguas romances para referirse a la celebración eucarística.[1]
La expresión está compuesta por dos partes:
Aunque el sentido exacto de la fórmula ha sido objeto de interpretación, se considera que hace referencia a la despedida de la asamblea litúrgica y, simbólicamente, al envío de los fieles a vivir y proclamar lo celebrado.
En la liturgia romana en latín, al final de la misa el celebrante pronuncia «Ite, missa est» y la asamblea responde «Deo gratias» («Gracias a Dios»).
Desde alrededor del año 1000 también se emplea otra fórmula alternativa de despedida: «Benedicamus Dómino» («Bendigamos al Señor»), con la misma respuesta: «Deo gratias», especialmente en las misas sin Gloria.[2][3]
La fórmula «Ite, missa est» fue durante siglos oída pero no completamente comprendida por los fieles, especialmente cuando el latín dejó de ser una lengua hablada. A partir de esta expresión se desarrolló la palabra «misa», que prevaleció como denominación de la celebración eucarística en las lenguas vernáculas de tradición latina.