Inca Uyo (del aimara Inka Uyu),[1] llamado también Templo de la fertilidad, es un sitio arqueológico de la cultura Lupaca en el Perú. Está situado en la ciudad de Chucuito, distrito de Chucuito y provincia homónima, en la región Puno.[2] Chucuito está situado a 18 kilómetros de la ciudad de Puno y a una altitud de 3873 m s.n.m.[1] En el año 2001 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación.[3] Hasta 1950 el terreno donde se ubica fue propiedad de Isaac Meneses Romero.[4]
Inca Uyo | ||
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Patrimonio Cultural de la Nación | ||
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Ubicación | ||
Continente | América del Sur | |
Cordillera | Andes | |
País |
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División |
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Coordenadas | 15°53′32″S 69°53′20″O / -15.8921949, -69.8887646 | |
Mapa de localización | ||
A partir de la reubicación y reorganización de las clavijas incaicas (piedras labradas fungiformes) siguiendo intereses económicos del sector turístico con el fin de posicionar a Chucuito como un destino turístico importante en la región, se promueve la idea de Inca Uyo como un templo dedicado a la fertilidad.[5][6]
Inca Uyo se ubica a 18 km de la ciudad de Puno, en el pueblo de Chucuito, considerado antiguamente como capital y centro administrativo de la cultura aimara Lupaca. El pueblo se encuentra en el distrito y provincia homónima, en la región Puno.[1]
Muy cerca del sitio arqueológico Inca Uyo se encuentra una iglesia representativa de Chucuito, la iglesia de Santo Domingo, considerada una de las primeras construidas en el Altiplano.[1]
Es un recinto rectangular de unos 20 metros de largo por 10 metros de ancho con muros de piedra labrada en doble hilera.[4][7] La orientación del recinto sigue criterios astronómicos. La entrada al recinto está ubicada al noreste. En su exterior, en el lado norte, se encuentran piedras labradas en forma de U alineadas en el eje Norte-Sur.[3]
Se han incorporado posteriormente, en 1993, elementos de origen incaico en el interior: las “clavijas fungiformes" utilizadas para sostener los techos de viviendas y otras edificaciones.[8][9]
En 1941 se realizaron excavaciones por parte del dueño del terreno. En 1971 se realizaron nuevamente excavaciones arqueológicas, a cargo del arqueólogo Orompelio Vidal, quién encontró varias piezas de piedra tallada. [4]