El Hombre de Bocksten es el cadáver momificado de un hombre que data del siglo XIV, a finales de la Edad Media, hallado en un pantano en el municipio de Varberg, perteneciente a la región de Halland, Suecia. El hombre había sido asesinado y clavado con una estaca al fondo de la orilla de un lago, que con el tiempo se convirtió en un pantano de turba. Este páramo se encuentra en Rolfstorp, al oeste de Suecia, cerca de la carretera medieval más importante de la región: la Vía Regia. Sus prendas son el atuendo cotidiano de un hombre europeo bajomedieval más completo y mejor conservado. En 2006 fue reconstruida su apariencia en vida, exhibiéndose en el Museo de Historia Cultural de Halland, junto con los restos originales.
Hombre de Bocksten | ||
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Información médica | ||
Edad | 25-40 años | |
Altura | 1,70-1,80 m | |
Causa de la muerte | Golpes en la cabeza y Empalamiento. | |
Información arqueológica | ||
Período | Baja Edad Media | |
Forma de la muerte | Asesinato | |
Historia reciente | ||
Descubrimiento | 22 de junio de 1936 | |
Descubridor | Thure G. Johansson | |
Ubicación actual | Museo de Historia Cultural de Halland | |
En la década de 1880 se estableció una granja llamada "Bocksten" junto al pantano, que empezó a ser drenado regularmente y la turba recogida con una rastra para su venta. El propietario de la granja, Albert Johansson, había encontrado previamente un antiguo zapato y se lo entregó al Museo del Condado de Varberg. En el verano de 1934 halló la suela. El cuerpo fue descubierto el 22 de junio de 1936 por su hijo de 11 años Thure G. Johansson, que mientras recolectaba turba encontró el cuerpo semienterrado en la turbera pantanosa, situada muy cerca de la antigua calzada medieval llamada Via Regia. El niño detuvo el caballo que tiraba de la rastra cuando vio enganchado en ella algo parecido a un trozo de arpillera. Llamó a su padre y descubrieron un esqueleto vestido, por lo que avisaron a la policía local y al médico, que pronto se dieron cuenta de que era demasiado antiguo para tratarse de un caso reciente de crimen o desaparición. La parte superior había sido dañada por la rastra, pero del estómago para abajo estaba intacto.
Se consultó al Museo Sueco de Antigüedades Nacionales. La conservadora Gillis Olson y la experta textil, historiadora y arqueóloga Agnes Teresa Geijer (1898-1989) participaron en la conservación y análisis. El Hombre de Bocksten se exhibe en el museo desde 1937.
El cuerpo estaba cerca de varias fronteras parroquiales, siendo entonces las parroquias las encargadas de los casos criminales sucedidos en sus jurisdicciones, por lo que de ser hallado habría provocado cierta confusión sobre cuál debería ser la parroquia obligada a manejar el caso, un beneficio para los asesinos. Por lo tanto, se cree que los atacantes conocían bien la zona, siendo probablemente lugareños.
El Hombre de Bocksten se encontró en un buen estado de conservación, debido a la protección natural que le otorgó el hecho de haber quedado enterrado dentro de una turbera y las partes que se conservan son el esqueleto, cabello, la piel, estómago, cerebro, pulmones e hígado. El cráneo ya había perdido la piel, pero su abundante cabello rubio ondulado largo hasta los hombros aun se mantenía.
El cuerpo se encuentra expuesto de forma permanente en el Museo del Condado de Halland.
Se trata de un manto semicircular, mide unos 380 cm de largo y 110cm de altura. Tiene una apertura para el cuello, de unos 76 cm de circunferencia. Está hecho de tela de unos 60cm de ancho y logra alcanzar esa altura a base de coser dos piezas de tela, una bajo la otra. Las prendas fueron exhibidas colgadas en vertical hasta los años 1970, y desde entonces, tendidas en horizontal.