El hocico es, en todos los animales, la nariz. En algunos animales, si la nariz está muy junta a la boca, se la considera parte del hocico.
Los hocicos de los perros varían ampliamente de forma y van de los extremadamente largos y delgados (dolicocefálicos) a los prácticamente inexistentes por planos (braquicefálicos) como el Carlino. Algunas razas tienen hocicos que en cierto modo recuerdan al lobo original en forma y tamaño y otros se han acortado en cierto modo (mesocefálicos) como los sabuesos. Ejemplos: Hocico de hiena, Hocico de buey, Hocico de perro, etc.