Grappling policial

Summary

El grappling policial es un sistema de control físico empleado por cuerpos de seguridad, que utiliza técnicas de agarre, derribo e inmovilización sin recurrir a golpes, con el fin de someter a un sospechoso de manera segura, proporcional y legal. Se basa en principios extraídos de distintas disciplinas de grappling deportivo y militar, como el Judo, Jiu-jitsu brasileño, Sambo y Luta Livre.

Grappling Policial
Tipo de arte Sistema de control físico
Proviene de Judo, Jiu-jitsu brasileño, Sambo, Luta Livre
Especialidad Luxaciones, inmovilizaciones, derribos.
Grado de contacto Alto

Este tipo de grappling tiene como propósito controlar o reducir a una persona minimizando riesgos para los agentes y preservando la integridad física del individuo intervenido, en cumplimiento de las normativas de uso proporcional de la fuerza y respeto a los derechos humanos.[1]

Orígenes

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El grappling policial no es una disciplina única ni reciente, sino la adaptación de métodos de lucha cuerpo a cuerpo históricamente utilizados por fuerzas militares y policiales en distintas partes del mundo. Desde las técnicas de arresto japonesas del Taiho jutsu hasta los métodos modernos de control de detenidos en Estados Unidos y Europa, el grappling policial ha evolucionado integrando técnicas eficaces, seguras y legalmente viables.[2]

A partir de finales del siglo XX, con el auge del Jiu-jitsu brasileño y las artes marciales mixtas, muchas academias policiales y programas de entrenamiento táctico comenzaron a incorporar técnicas de grappling orientadas a situaciones reales, priorizando inmovilizaciones, controles en suelo y transiciones rápidas para reducir sin daño y proceder a esposamientos o aseguramiento de personas.[3]

Técnicas

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El grappling policial abarca un conjunto de técnicas dirigidas a controlar, reducir y neutralizar a un individuo sin causar daños innecesarios, entre ellas:

Control de clinch: Técnicas para sujetar al sospechoso estando ambos de pie, evitando agresiones o fugas.

Proyecciones y derribos: Desplazamientos controlados que llevan al sujeto al suelo de forma segura.

Inmovilización y controles en suelo: Posiciones tácticas para impedir el movimiento del detenido.

Luxaciones y llaves de control: Aplicación moderada de presión sobre articulaciones para lograr el sometimiento.

Transiciones seguras: Cambios de posición que permiten mantener el control minimizando el riesgo.

Esposamiento táctico: Procedimientos seguros para colocar dispositivos de sujeción sin resistencia.

Estas técnicas están diseñadas para ser aplicadas en contextos legales, con énfasis en la proporcionalidad y respeto a los derechos humanos.[2]

Uso y normativa

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El uso del grappling policial está sujeto a regulaciones legales nacionales e internacionales, que dictan el principio de uso progresivo y proporcional de la fuerza. Estas normativas establecen que se deben agotar las vías verbales antes de aplicar cualquier técnica física, y que el uso de la fuerza debe cesar una vez asegurado el control.[4]

Organismos como las Naciones Unidas y comisiones nacionales de derechos humanos incluyen recomendaciones específicas sobre el uso de métodos de reducción no letal, promoviendo técnicas de grappling como una alternativa segura y efectiva frente a situaciones de agresividad o resistencia.[3][5]

Referencias

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  1. «Uso progresivo y proporcional de la fuerza en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», oposicionespolicianacional.com. Consultado el 22 de abril de 2025.
  2. a b «Uso de la fuerza en la intervención policial: principios y límites», Sánchez Martín, Víctor. Revista Científica General de la Guardia Civil, 2022. Consultado el 22 de abril de 2025.
  3. a b «Los principios internacionales sobre el uso de la fuerza policial y su aplicación en Colombia», Gutiérrez Peña, Julián Andrés. Nuevo Foro Penal, Volumen 17, Número 90, 2021. Consultado el 22 de abril de 2025.
  4. «Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», Boletín Oficial del Estado. Consultado el 22 de abril de 2025.
  5. «Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley», Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Consultado el 22 de abril de 2025.