Un granitoide es un término genérico para una categoría diversa de rocas ígneas de grano grueso que consisten predominantemente en cuarzo, plagioclasa y feldespato alcalino.[1] Los granitoides van desde tonalitas ricas en plagioclasa hasta sienitas ricas en álcali y desde monzonitas pobres en cuarzo hasta cuarzolitas ricas en cuarzo.[2] Como solo dos de los tres grupos minerales definidores (cuarzo, plagioclasa y feldespato alcalino) deben estar presentes para que la roca se llame granitoide, las rocas que contienen feldespatoide, que contienen predominantemente feldespatos pero no cuarzo, también son granitoides.[2] Los términos granito y roca granítica a menudo se usan indistintamente para granitoides; sin embargo, el granito es solo un tipo particular de granitoide.
Hay varias generalizaciones que se aplican a la mayoría de los granitoides. Por lo general, los granitoides ocurren donde la orogenia engrosa la corteza continental, ya sea por subducción que produce un arco continental o por convergencia que produce colisiones continentales.[3] Generalmente, la evolución a magmas granitoides requiere una perturbación térmica para ascender a través de la corteza continental.[3] La mayoría de los granitoides se generan a partir de la anatexis de la corteza, sin embargo, el manto puede aportar tanto calor como material.[3] Los granitoides pueden ocurrir simultáneamente con rocas volcánicas que tienen una composición química equivalente (granitos-riolitas, sienita-traquita, dacita-granodiorita, etc.), sin embargo, estas rocas extrusivas a menudo se erosionan, por lo que solo afloran las rocas plutónicas.[3] Los granitoides se pueden formar en todos los ambientes tectónicos.[3]
Existen numerosas excepciones a estas generalizaciones.[4][3] Por ejemplo, los granitoides pueden formarse en ambientes anorogénicos, una roca fuente granitoide puede ser del manto (por ejemplo, puntos calientes intraplaca) y el mecanismo de fusión puede ser el calor de la corteza radiogénica.[4][5][6]