San Gotardo o Gotardo de Hildesheim (Reichersdorf, cerca de Niederalteich, distrito de Deggendorf, Baja Baviera, 960-Hildesheim, Baja Sajonia, 5 de mayo de 1038) fue obispo de Hildesheim. Es uno de los santos más representativos de la Edad Media.
San Gotardo de Hildesheim | ||
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![]() Fuente de san Gotardo, en Gotha | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
960 Reichersdorf, cerca de Niederalteich, distrito de Deggendorf, en Baja Baviera | |
Fallecimiento |
4 de mayo de 1038 Hildesheim, Baja Sajonia | |
Sepultura | Catedral de Santa María de Hildesheim | |
Nacionalidad | Alemana | |
Religión | Iglesia católica | |
Información profesional | ||
Ocupación | Presbítero católico, escritor y obispo católico (desde 1022) | |
Cargos ocupados |
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Información religiosa | ||
Canonización |
1131 por Inocencio II | |
Festividad | 5 de mayo | |
Patronazgo | vendedores viajantes, para curar la fiebre, la hidropesía, la gota, curar toda clase de enfermedades infantiles, dolores de parto y contra el granizo | |
Orden religiosa | Orden de San Benito | |
Su padre era Ratmund, vasallo de los monjes de la abadía de Niederaltaich. Gotardo se educó en el mismo lugar y estudió humanidades y teología bajo la guía del maestro Uodalgisus.[1] Luego fue sirviente en la corte del arzobispo de Salzburgo (Austria), donde trabajó como administrador.[1] Después de viajar por varios países (incluida Italia) como monje vagabundo, Gotardo completó sus estudios como sirviente de Liutfrid en la escuela de la catedral de Passau.[1]
Cuando Enrique II de Baviera decidió transformar la casa capitular de Niederaltaich en un monasterio benedictino, Gotardo permaneció como novicio, y en 990 se convirtió en monje, bajo el abad Ercanbert. En 993, fue ordenado sacerdote y llegó a ser prior y rector de la escuela de novicios. En 996, fue elegido abad e introdujo en su monasterio las reformas de Cluny.[1]
Ayudó a revivir la regla de san Benito, que luego le proveyó abades para las abadías de Tegernsee, Hersfeld y Kremsmünster para restaurar la observancia benedictina, bajo el patronazgo del emperador Enrique II.
El 22 de diciembre de 1022, Aribo (arzobispo de Maguncia) le nombró obispo de Hildesheim.[1] Consiguió fondos para construir unas treinta capillas en la zona. Después de una breve enfermedad, murió el 5 de mayo de 1038.
Los sucesores de Gotardo en el episcopado de Hildesheim, Bertoldo (obispo entre 1119 y 1130) y Bernardo II (obispo entre 1130 y 1153), impulsaron su rápida canonización.[1] Esta se logró en 1131, durante el primer año del obispado de Bernardo II, y tuvo lugar en un sínodo de obispos en Reims. Allí, el papa Inocencio II, en presencia de Bernardo II y de Norberto de Xanten, lo nombraron oficialmente santo.[1]
El 4 de mayo de 1132, el obispo Bernardo II trasladó el cadáver de Gotardo (que sus devotos consideraban reliquias) desde la iglesia abacial hasta la catedral de Hildesheim. El 5 de mayo se realizó la primera festividad litúrgica en honor de Gotardo. Sus atributos fueron el dragón (representación del demonio) y la maqueta de una capilla.[2]
Inmediatamente se empezaron a atribuir toda clase de milagros a su cadáver. Su veneración se difundió por Escandinavia, Suiza y la Europa Oriental.
Se le consideraba el patrono de los vendedores viajantes y se le invocaba para curar la fiebre, la hidropesía, la gota, para curar niños con toda clase de enfermedades infantiles y aliviar los dolores del parto. También se le invocaba contra el granizo[1] y los peligros en el mar[3]
Es famoso su hospicio para viajeros cerca de Hildesheim (el Mauritius Stift).