Gopala es la forma de Krisná como niño vaquero (pastor de vacas).
Históricamente, la adoración del niño dios pastor Gopala fue una de las primeras formas de culto en el krisnaísmo. Se cree que es un elemento clave de la historia temprana de la adoración a Krisná.
Esta tradición se originó de manera separada, y posiblemente anterior, a las otras tradiciones que más tarde se fusionaron en la tradición actual de la religión monoteísta de Krisná: el culto a Bala Krisná (Krisná como bebé), el bhagavatismo (Krisná como rey), y el culto a Vasudeva (Krisná como avatar del dios Visnú).[2][3]
Desde el Visnú-purana (siglo IV d. C.) se agregó la doctrina de que cuando Krisná realiza sus pasatiempos como Gopalá, sus amigos pastorcillos son inconscientes de su divinidad, y lo tratan como a un igual. Incluso el propio Krisná ―cubierto por su energía especial Iogamaia― ignora sus poderes, lo que le permite disfrutar como un niño ordinario con sus amigos de su edad.
La adoración a Krisná en la actualidad es una amalgama de diversos elementos. Según los testimonios históricos, la adoración a Krisná-Vasudeva floreció en Mathura y sus alrededores varios siglos antes de Cristo. Más tarde apareció el culto de Krishna Govinda. Aun posterior es la adoración a Bala-Krishna, el niño divino Krishna ―una característica muy destacada del krisnaísmo moderno―. El último elemento parece haber sido Gopi-Yana-Válabha Krishna (Krishna como amante de las gopis), entre los que Radha ocupa una posición especial. En algunos libros, Krisná es presentado como fundador y primer maestro de la religión bhágavata.