Gonzalo Palacios (Buenos Aires, 4 de enero de 1963), conocido artísticamente como El Gonzo, es un músico, saxofonista y productor artístico argentino. Fue integrante de Los Twist (1982-1984), Fricción (1985-1988) y Memphis la Blusera (1990-1998). Asimismo, participó como músico colaborador en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (1983-1984), Soda Stereo —considerado uno de los llamados «cuarto soda» (1984-1986; 1990)—, Virus, Sumo, Celeste Carballo (1985), Andrés Calamaro y Charly García (1986), entre muchos otros artistas del rock argentino. Por su extensa trayectoria y participación en discos fundamentales de la década de 1980, es considerado una de las fuerzas motrices de la renovación del rock argentino en ese período.[1][2]
Gonzo Palacios | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Gonzalo Palacios | |
Otros nombres | El Gonzo | |
Nacimiento |
4 de enero de 1963 (62 años) Buenos Aires, Argentina | |
Nacionalidad | Argentina | |
Información profesional | ||
Ocupación | Saxofonista | |
Años activo | 1977 - presente | |
Seudónimo | El Gonzo | |
Género | Rock | |
Instrumento | Saxofón | |
Artistas relacionados | Los Redonditos de Ricota, Los Twist, Fricción, Soda Stereo, Sumo, Charly García | |
Gonzalo Palacios nació en Buenos Aires el 4 de enero de 1963, siendo el menor de los tres hijos de Hugo Palacios Córdoba, fotógrafo de sucesos y representante de grupos musicales, e Isabel Regadera, psicoanalista española hija de exiliados republicanos.[1] A los cinco años comenzó sus estudios musicales en el Collegium Musicum de Buenos Aires, donde destacó por su facilidad para la improvisación y la memoria musical, primero con la flauta dulce. Aunque interrumpió su formación formal a los diez años, continuó de manera autodidacta. Durante su infancia se nutrió de la discoteca de sus hermanos mayores, con artistas como The Beatles, Jethro Tull, Manal, Almendra y Los Gatos. Por parte de su tío materno, el trompetista Alfonso Fassi, recibió influencias del jazz tradicional; del Collegium Musicum, el gusto por la música renacentista y barroca; y de su padre —quien falleció cuando él tenía ocho años— la admiración por Carlos Gardel. En su adolescencia tomó clases de flauta dulce con Ricardo Munich, quenista de Huerque Mapu y chelista, quien lo introdujo en la música andina y lo convenció de adoptar la flauta traversa. A los 15 años ingresó en el conservatorio de La Lucila, con la intención de convertirse en flautista clásico, pero la falta de disciplina y el abandono temprano de la educación formal lo llevaron a dejar los estudios. Esta frustración lo hizo rechazar lo académico y refugiarse en el rock and roll y el blues eléctrico, aunque siempre mantuvo un espectro musical amplio. Con su amigo inseparable, el guitarrista Marcial Sarandeces, formó un dúo con el que ensayaron por más de dos años sin concretar presentaciones públicas.[3]
En 1980 descubrió el saxofón gracias a un amigo, adoptándolo inmediatamente como su instrumento principal. Buscando dónde practicar, Sarandeces lo presentó a Ulises Butrón, cuya sala de ensayo en Mataderos le permitió dedicar largas sesiones al saxo. Allí entró en contacto con figuras como Daniel Melero, Hugo Foigelman y Mario Siperman, pioneros en la escena de la música "moderna", el tecno y la new wave. Para Gonzo, la New Wave representó un canal para reinterpretar la música de los años 50 y 60 con un sonido más sofisticado.[2] Desde 1981 recorrió incansablemente salas de ensayo en Gran Buenos Aires y La Plata, sumándose a distintos proyectos. En esa época integró la banda Astrid, junto a Gustavo Ridilenir y Guido Nisenson, compartiendo escena con grupos como Fontova y la Foca, Ring Club, Luciérnaga Curiosa y Las Bay Biscuits. En septiembre de ese año coincidió con Skay Beilinson en un festival, quien luego lo invitó a colaborar con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Su debut en estudio se produjo en el Estudio Del Jardín, en el segundo demo de la Elmer's Band, grupo integrado por Andrés Calamaro y Gringui Herrera, previo a Los Abuelos de la Nada. También participó del último espectáculo del Ring Club de Daniel Melingo y, junto a él, conformó la sección de vientos de San Pedro Telmo, mientras ensayaban demos que darían origen a Los Twist. En 1982, Palacios y Melingo comenzaron a ensayar con Fabiana Cantilo y otros músicos itinerantes. Tras una actuación de San Pedro Telmo, conocieron a quien se hacía llamar Pipo Látex (hoy Pipo Cipolatti), sumándolo al proyecto. Con nombre y estética definidos, Los Twist debutaron en el Café Einstein, donde Federico y Julio Moura lo invitaron a grabar en Recrudece (1982), de Virus. El álbum, que en su momento fue recibido con tibieza, es considerado hoy un disco de culto por el trasfondo político-social de sus letras en tiempos de censura.[4]
En 1983, con 20 años, El Gonzo continuaba actuando esporádicamente con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, además de sustituir a Daniel Melingo en el Fontova Trío. Mientras tanto, Los Twist —ya con Eduardo Cano (bajo) y Polo Corbella (batería)— ganaban popularidad en el circuito under. En uno de sus conciertos en el Café Einstein, Charly García subió al escenario y, entusiasmado por la energía del grupo, les propuso grabar inmediatamente. El resultado fue La dicha en movimiento, registrado en tres sesiones consecutivas bajo la producción del propio García, quien también aportó teclados. Andrés Calamaro participó como invitado. El álbum se mantuvo durante semanas en los primeros lugares de ventas, alcanzando cifras estimadas en más de 150.000 copias.[4] Ese mismo año Palacios comenzó a usar el seudónimo El Gonzo en los créditos del disco. Aunque empezó a desvincularse del Fontova Trío, todavía participó en la grabación del álbum Rosita, junto a su sucesor, el saxofonista Pablo Rodríguez. En diciembre de 1983, García presentó Clics modernos en el Luna Park, acompañado por una banda integrada por El Gonzo, Fabiana Cantilo, Daniel Melingo, Alfredo Toth, Pablo Guyot, Willy Iturri y Fito Páez. Los conciertos se realizaron el 15, 16, 17 y 18 de diciembre, todos con localidades agotadas, seguidos por una gira por la costa atlántica y el interior del país.[1]
Tras la gira con García, la popularidad de Los Twist se multiplicó, realizando conciertos masivos durante gran parte del año. Sin embargo, las tensiones internas llevaron a la salida de Fabiana Cantilo. Ese mismo año, Federico Moura convocó a El Gonzo para participar en la grabación del álbum debut de Soda Stereo, aportando los saxos en la introducción de ¿Por qué no puedo ser del Jet-Set?, tema que abre el disco.[2] En el invierno, Los Twist viajaron a Ibiza para registrar Cachetazo al vicio en los Estudios Mediterráneo. El resultado fue un fracaso comercial y el comienzo del declive del grupo. En paralelo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota grabó Gulp! en los estudios Tubal. Aunque El Gonzo ya se había desvinculado de la banda, Skay Beilinson y el Indio Solari lo invitaron a grabar arreglos de vientos en «Unos pocos peligros sensatos» y «Ñam fi frufi fali fru», junto a Willy Crook. El 14 de diciembre se presentó como invitado de Soda Stereo en el Teatro Astros.[5]
En abril de 1985, Virus presentó su cuarto álbum, Relax, en el Teatro Astros, con El Gonzo como invitado. Ese mismo año, Soda Stereo programó un concierto en el mismo teatro (21 y 22 de junio), donde Gustavo Cerati le pidió a El Gonzo que desarrollara una introducción para «Estoy azulado», que se convirtió en uno de los pasajes más recordados del disco Nada personal. En agosto participó en la presentación en vivo de Gulp! en Cemento. En octubre grabó oficialmente con Soda Stereo en Nada personal. Paralelamente se incorporó a la grabación de Celeste y la Generación, de Celeste Carballo, producido por Charly García, y comenzó a actuar con Viuda e Hijas de Roque Enroll.[3]
En 1986 grabó junto a Sumo en el álbum Llegando los monos, aportando los vientos de «Los viejos vinagres» y «Que me pisen» en dúo con Roberto Pettinato. Ese mismo año se presentó con Viuda e Hijas de Roque Enroll en el Luna Park, con más de 11.000 entradas vendidas. Días después participó en los conciertos de Soda Stereo en Obras Sanitarias, presentando Nada personal. En paralelo, Richard Coleman lo convocó a Fricción, junto a Cristian Basso, Fernando Samalea y Celsa Mel Gowland. Con esta formación grabaron Consumación o consumo (1986), considerado un álbum de culto por la crítica especializada. Ese mismo año Fricción fue elegido “grupo revelación” en las encuestas de la prensa especializada.[2] A la vez, comenzó a colaborar habitualmente con Andrés Calamaro, siempre que su agenda artística lo permitía.
En enero de 1987 participó en el festival Rock in Bali en Mar del Plata, donde prácticamente no se bajó del escenario al actuar junto a Fricción, Andrés Calamaro y Soda Stereo. Ese mismo año, debido a desavenencias internas, Fricción se reconfiguró con Richard Coleman y El Gonzo al frente, incorporando a Daniel Castro (bajo), Roly Ureta (guitarra) y Daniel Ávila (batería). El quinteto comenzó en octubre la grabación de su segundo y último disco, Para terminar, producido por Gustavo Cerati, que fue publicado en 1988. El álbum fue bien recibido por la crítica, aunque no alcanzó el éxito comercial esperado.[2] En paralelo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota convocó a El Gonzo para su tercer álbum, Un baión para el ojo idiota (1988). Junto a Sergio Dawi, conformó una potente sección de saxos que dio carácter a «Vamos las bandas» y «Todo preso es político», además de aportar el solo final en «Vencedores vencidos». El disco marcó la consagración definitiva de Los Redondos.[5] Ese mismo año participó en Por mirarte, de Andrés Calamaro, aportando saxos en la canción homónima y en «Sin saber qué decir», compuesta por Ariel Rot. Fricción, con Coleman y El Gonzo al frente, incrementó su prestigio gracias a su potencia en vivo y al nivel de sus integrantes. Sin embargo, hacia fines de 1988 la banda estaba virtualmente separada. En paralelo, Los Twist se reunieron esporádicamente, inicialmente con la formación original y luego sin Daniel Melingo. A mediados de 1989, El Gonzo volvió a colaborar con Soda Stereo en la grabación del EP Languis y en la gira latinoamericana que siguió. El tour culminó con dos conciertos en el Hollywood Palace de Los Ángeles el 7 y 8 de diciembre. En enero de 1990 se presentaron en el Estadio Vélez junto a Tears for Fears; en febrero recorrieron el noroeste argentino, y luego realizaron presentaciones en Venezuela (marzo) y Puerto Rico (agosto). Tras esta última, El Gonzo y Soda Stereo se desvincularon definitivamente.[1] De regreso en Buenos Aires, su amigo Rubén "King" Alfano lo invitó a un ensayo de Memphis la Blusera. La química fue inmediata y el grupo lo incorporó como miembro estable. Participó en la grabación del álbum Memphis la Blusera (1990), que incluyó éxitos como «Perro llorón», «No se detiene» y «Arlequines y payasos», marcando un punto de inflexión en la trayectoria de la banda.[4] El 21, 22 y 23 de diciembre de 1991 se presentó junto a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en el Estadio Obras Sanitarias, en lo que sería su despedida definitiva del grupo, ya que por entonces había decidido radicarse en Europa.[3]
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