Gertrude Himmelfarb, también conocida como Bea Kristol (Nueva York, 8 de agosto de 1922-Washington D. C., 30 de diciembre de 2019),[1][2] fue una historiadora estadounidense especializada en la sociedad y cultura de la Edad Contemporánea, considerada autoridad en historia de las ideas y la Era victoriana.
Gertrude Himmelfarb | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
8 de agosto de 1922 Brooklyn (Estados Unidos) | |
Fallecimiento |
30 de diciembre de 2019 Washington D. C. (Estados Unidos) | (97 años)|
Residencia | Brooklyn y Washington D. C. | |
Nacionalidad | Estadounidense | |
Familia | ||
Cónyuge | Irving Kristol (1942-2009) | |
Educación | ||
Educada en | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Historiadora, profesora de universidad y escritora | |
Área | Historia, historia intelectual y Época victoriana | |
Empleador | ||
Partido político | Partido Republicano | |
Miembro de | ||
Distinciones |
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Graduada en el Brooklyn College (1942) y doctora por la University of Chicago (1950). También estudió en el Seminario Teológico Judío de Nueva York y en el Girton College de la Cambridge University.[3] En 1942 se casó con Irving Kristol, el padrino del neoconservadurismo, con quien tuvo dos hijos: Elizabeth Nelson y William Kristol, comentarista político y editor del The Weekly Standard. Su hermano pequeño, Milton Himmelfarb, fue un escritor sobre temas judíos.
Fue profesor emérito de la Graduate School de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Recibió multitud de premios y grados honoríficos. Fue miembro del Council of Scholars of the Library of Congress (Biblioteca del Congreso), el Council of Academic Advisors del American Enterprise Institute, y el Council of the National Endowment for the Humanities. Fue miembro de la British Academy y de la American Academy of Arts and Sciences. En 1991 ejerció la Jefferson Lecture bajo los auspicios del National Endowment for the Humanities, y en 2004 recibió la National Humanities Medal otorgada por el presidente de los Estados Unidos.[4]
Aunque se la ha identificado como conservadora, en el Reino Unido fue admirada por Gordon Brown, ex primer ministro y exlíder del Labour Party quien la ha citado con frecuencia en sus discursos y ha recomiendado sus libros.[3] Su introducción a la edición británica de Roads to Modernity, de 2008, comienza diciendo: «Desde hace tiempo admiro la obra histórica de Gertrude Himmelfarb, en particular su amor a la historia de las ideas, y su trabajo me ha acompañado desde que yo era estudiante de historia en la Universidad de Edimburgo».
Falleció en su domicilio a los noventa y siete años.[2]
Himmelfarb fomentó durante mucho tiempo el movimiento neoconservador en la política y la vida intelectual de Estados Unidos; su esposo, Irving Kristol, contribuyó a fundar el movimiento.[5]
Himmelfarb fue defensora de los métodos y prácticas históricas tradicionales. Su libro The New History and the Old (publicado en 1987 y revisado y ampliado en 2004) es una crítica a las distintas formas de la “nueva historia” que, según ella, han intentado desplazar a la historia tradicional. Las “Nuevas Historias” que ella criticó incluyen: la historia cuantitativa, que pretende ser más “científica” que la historia convencional, pero se basa en datos parciales y dudosos;[6]la historiografía marxista derivada de supuestos económicos y modelos de clase que dejan poco espacio para las ideas y creencias de los contemporáneos o para los protagonistas y eventos históricos;[7]la historia psicoanalítica, dependiente de teorías y especulaciones que violan los criterios aceptados de evidencia histórica;[8]la historia analítica, que reduce la historia a una serie de “momentos” aislados sin una estructura narrativa general;[9]la historia social, o “historia desde abajo”, que menosprecia el papel de la política, la nacionalidad y los individuos (los “grandes hombres” de la historia);[10]y, más tarde, la historia posmoderna, que niega incluso el ideal de objetividad, considerando toda la historia como una “construcción social” por parte del historiador.[11]
Himmelfarb criticó a A.J.P. Taylor por, según ella, intentar “desmoralizar” la historia en su libro Los orígenes de la Segunda Guerra Mundial (1961) y por negarse a reconocer “hechos morales” sobre la Europa de entreguerras.[12]Himmelfarb sostenía que Taylor se equivocaba al tratar a Adolf Hitler como un líder alemán “normal” que actuaba según las reglas tradicionales de la diplomacia, en lugar de considerarlo una figura “históricamente mundial” comparable a Napoleón.[12]
Himmelfarb rechazó enérgicamente los enfoques académicos posmodernos:
El posmodernismo en la historia es una negación de la objetividad del historiador, de la factualidad o realidad del pasado y, por tanto, de la posibilidad de llegar a cualquier verdad sobre el pasado. Para todas las disciplinas induce un escepticismo radical, relativismo y subjetivismo que niega no esta o aquella verdad sobre cualquier tema, sino la propia idea de verdad: que niega incluso el ideal de verdad, siendo la verdad algo a lo que aspirar aunque nunca pueda alcanzarse completamente.[13]