Hueco que se deja en la parte inferior de los tabiques sencillos hasta que se sequen para que no graviten sobre el piso y queden colgados
Agujero que se abre en las vertientes de las cubiertas para su ventilación que se preserva del agua cubriéndolo con un tejadillo a modo de buhardilla de muy reducidas dimensiones o con un tubo de barro cocido. Las de la Edad Media, también se cubren con teja, pizarra o plomo. En los empizarrados se cuida de que no coincidan las de una vertiente con las de la opuesta para no obligar al viento a recorrer el interior de la cubierta soliendo colocarse en dos filas, en la parte alta y baja de cada vertiente.