El gamusino es un animal imaginario que, en España, sirve para gastar bromas y novatadas, especialmente a niños y jóvenes. Salir de noche en su caza es una broma típica que se hace a los recién llegados a una localidad rural[1][2], o un juego típico en los campamentos de verano.
El Diccionario de la lengua española de la RAE lo define como «animal imaginario, cuyo nombre se usa para dar bromas a los cazadores novatos».[3] Términos similares son el extremeño gangüezno, la forma andaluza gambusino, la versión portuguesa gambozino, y donyet, gambosí o gambutzí en catalán/valenciano[4] ("enano tan diminuto que apenas es visible"; la última variante fue recogida por el folclorista catalán Joan Amades en su Costumari Català en 1950).[5] Este último, a su vez, se relaciona con el provenzal gambosí o gabuzo (‘engaño’).
En diversas regiones de España se usan distintos nombres para animales o personajes imaginarios de naturaleza similar al gamusino. Así, en Asturias, se habla de cordobeyos, corzobeyos y bicharracos.[1] Y en Galicia se habla de biosbardos, gazafellos o cocerellos.[6] El escritor Eduardo Blanco Amor publicó en 1962 un libro de cuentos titulado Os biosbardos, donde se cita este animal fabuloso.[7] En el altoaragonés de la comarca de Ayerbe se utiliza por su parte el vocablo bambosino. En Huéscar, Granada se habla de abejorronchos[1].
En Francia existe un animal fantástico equivalente, el dahu, y la chasse au dahu (caza del dahu) es una broma tradicional. En Alemania cuentan con el Elwetritsch (en el suroeste de Alemania, especialmente en el Palatinado Renano), el wolpertinger de Baviera o el rasselbock de Turingia). En Escocia tienen el haggis salvaje. En Norteamérica se habla del jackalope y el snipe (Estados Unidos) y el Sidehill gouger (Canadá).