Francisco Corral de Villalpando (Villalpando?, Zamora, c. 1510 - Toledo, c. 1561) fue arquitecto, orfebre y escultor español, de la familia de los Corral de Villalpando.[1][2] Se caracterizó por haber realizado importantes contribuciones en la arquitectura española importando las técnicas y el gusto florentino que se aprecia en algunas de sus obras más importantes: la reja de la Capilla Mayor de la catedral de Santa María de Toledo, el Colegio de Los Infantes o la Sacra Capilla del Salvador en Úbeda. Como arquitecto a él se debe el patio del Alcázar de Toledo.
Francisco de Villalpando | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
c. 1510 Villalpando (reino de León, Corona de Castilla) | |
Fallecimiento |
c. 1561 Toledo (Reino de Castilla, Corona de Castilla) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escultor y arquitecto | |
Consta haberse formado en la Universidad de Alcalá de Henares. Vivió primero en Valladolid, hasta 1541, para trasladarse en esa fecha a Toledo, ciudad que ya no abandonará.
En efecto, Villalpando se traslada a Toledo para labrar una de sus piezas más importantes, la reja de la Capilla Mayor y el Coro de Sillas de la catedral de Santa María de Toledo, obra a la que accede en esa fecha tras ganar en concurso frente a otros artesanos como Cristóbal de Andino, vecino de Burgos, o Maestre Domingo, vecino de Toledo, que lo hace conjuntamente con su yerno, Hernando Bravo, por un montante de 8.900 ducados, en un plazo de 5 años. Según consta en actas del archivo de la catedral, la reja estaba terminada el 19 de junio de 1548.[3]
En 1557 firmará un nuevo encargo para la catedral de Santa María de Toledo, el guarnecido de bronce y hierro de la Puerta de los Leones, trabajo en el que le llega la muerte y habrá de terminar su hermano, Rui Díez del Corral.[3]
Según Felipe Picatoste, tradujo del toscano al castellano y publicó en Toledo, en 1552, los libros tercero y cuarto del tratado de arquitectura Tutte l'opere d'architettura et prospettiva, del italiano Sebastiano Serlio, con lo que comenzó la publicación de los primeros tratados de arquitectura en España, y favoreció el conocimiento de las más novedosas técnicas de la época a otros artistas españoles. La obra de Serlio se reimprimió en 1563 y 1573, después de la muerte de Villalpando.[3]