Francisco Cerezo Moreno (Villargordo, 19 de enero de 1919 - Jaén, 10 de octubre de 2006)[1] fue un pintor y restaurador español de temática principalmente costumbrista[2] que destacó especialmente por sus retratos, paisajes serranos, bodegones, escenas cotidianas rurales y figuras femeninas.[3][2][4] También se ha enmarcado su obra dentro del impresionismo clásico.[4] Dibujó gran cantidad de monumentos, castillos y atalayas de la provincia de Jaén.[3] Asimismo realizó restauraciones a templos y monumentos repartidos por toda la geografía española.[3][4]
Francisco Cerezo Moreno | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
1919 Villargordo (España) | |
Fallecimiento |
10 de octubre de 2006 Jaén (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor y conservador-restaurador | |
Se inició en 1933 en la Escuela de Artes y Oficios de Jaén, donde aprendió a dibujar.[3] Debido a la Guerra Civil, tuvo que suspender sus estudios, para retomarlos posteriormente.[4] Con 14 años lleva a cabo su primera exposición, realizada con el pintor Manuel Cuesta Serrano en la sala de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en Jaén. En 1947 obtiene una beca de la Diputación de Jaén para ampliar sus estudios en Madrid,[3] recibiendo enseñanzas en la Academia Libre.[4] En 1958 ingresó en la Escuela de Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla.[3] Se asentó en Jaén, donde fue consejero del Instituto de Estudios Giennenses y miembro de los Amigos de San Antón,[3] formando parte del «Grupo Jaén» de pintores.[4] En 1963 acude a estudiar al Instituto Central de Restauración de Madrid.[4] Pasó largas temporadas en el pueblo de Segura de la Sierra, donde pintaba en su casa-estudio.[2] En el Diario Jaén publica ocasionalmente dibujos sobre la ciudad de Jaén.[4] Ejerció como restaurador, colaborando con diversos museos, e intervino en gran parte de las obras barrocas de Jaén. Sin embargo, sus restauraciones han sido puestas en duda.[4] Fue distinguido en numerosas ocasiones y llegó a realizar exposiciones en Nueva York (1968) y muchos otros lugares.[3]
El historiador local Miguel Ángel Navarro afirmaba:
«Su obra es un canto a Jaén y a sus costumbres, está llena de Jaén y su provincia, ha pintado todos los rincones. A través de sus paisajes se puede comprender mejor a la gente, sus costumbres, la forma de pensar, por eso se dice que su obra es humana».[2]
Ficha biográfica en la base de datos del Patrimonio cultural de la Universidad de Jaén