La flor (denominada también: flor frita, flor de lis, floreta o florón, hojuela en el sur de Ciudad Real y también rosa en Huelva, principalmente en la comarca del Andévalo) es un tipo de fruta de sartén dulce que se suele servir de postre, típico de la repostería española.[2] Es originaria de las comunidades autónomas españolas de Extremadura, Castilla-La Mancha (concretamente en la zona del Campo de Calatrava), y Castilla y León (fundamentalmente en la provincia de Segovia),[3] y también se cocina en Colombia y en México. Su forma es similar a la de la cruz de Calatrava, una cruz de cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos.
En Colombia, este dulce se conoce como "solterita" y se sirve con una crema especial característica de la región: la crema de solterita, de un color anaranjado (más típica) o pardo dependiendo de la preparación.[4] La crema se hace con fécula de maíz, azúcar, zanahoria, mantequilla, ahuyama y otros ingredientes.[4] Se suele rematar con dulce de leche, nata, leche condensada o coco rallado.
Las flores se elaboran con una masa de harina de trigo con abundante huevo. Dependiendo del cocinero, puede llevar leche o no. A veces se aromatiza con anís (Pimpinella anisum). Las flores se elaboran con un molde de hierro que les confiere su forma barroca característica. El molde se calienta en aceite hirviendo y tras ello se remoja en la masa. Al meterse por segunda vez en el aceite la masa se fríe y cuando está bien dorada y adherida al molde se saca. Se deja enfriar y cuando está templada, tras unos minutos, se despega. A veces se rematan las flores, ya fuera del molde, devolviéndolas a la sartén y dorándolas. Finalmente, se espolvorean y se rebozan de azúcar. En algunas ocasiones, se recubren con miel.