La flissa (flyssa) es un sable recto o espada (según convenciones) de Algeria, más específicamente de Cabilia[1]de hoja de un solo filo hasta su último tercio, donde es de doble, la cual finaliza en una aguda punta. Este tipo de espadas toman el nombre del pueblo o tribu de donde procedían Iflissen I Bahr. El galicismo de este topónimo derivó en flissa.
Sable recto con punta cónica, doble curvatura del filo sin guarda y mango metálico con cabeza de animal (quimera, perro o pájaro). Está formado por un huso forjado con la hoja y compuesto por una parte maciza octogonal (irregular) y una tira sobre la que se remachan dos placas de madera recubiertas de cobre grabado. La decoración es la misma en ambos lados de la hoja y se compone de un primer patrón, a menudo circular al inicio de la hoja y diferente según el fabricante, y luego un patrón lineal a lo largo de la hoja[2].
Fabricado por la tribu de Iflissen Lebhar (Iflissen del mar) de la Gran Cabilia instalada entre Dellys y Azeffoun (Cabilia marítima). Fue una de las cinco tribus de los Djurdjura de la antigüedad.
Las flissas son muchas veces catalogadas como dagas o cuchillos largos, de hecho no hay mayor diferencia que la longitud entre estas dagas y las espadas. Por ello su longitud varía desde los pocos decímetros al metro de hoja, aunque la norma es de 70 a 80 cm de hoja.
Su construcción se basaba sobre todo en aceros importados a los puertos de Argel y Trípoli, aunque poseían minas locales, y dada su condición elitista –a diferencia de las Nimchas, solía tomar grabados geométricos y curvilíneos además de damasquinados.
La hoja que se asemeja mucho a sus parientes otomanas, posee la gran diferencia de ser eminentemente punzante a partir del último tercio, donde forma un triángulo en vez de ángulo curvado como otros sables del mundo musulmán u oriental.
Al ser un arma eminentemente de ataque –o de mínima esgrima-, las guardas y arriaces no suelen aparecer o bien son meras “decoraciones” poco funcionales.
Las empuñaduras son por sí mismas son un capítulo aparte. Además de las analogías con los shamsir y saifs, cuyas empuñaduras representan muchas veces animales tales como felinos y dragones de origen oriental, las flissas poseen empuñaduras de marfil, hueso y maderas nobles con dibujos geométricos muy a lo musulmán. Siendo todas de grandes acabados.