El flato es una congestión venosa del bazo que surge en ocasiones al realizar ejercicio físico. También se puede contraer si se conversa durante la práctica de un deporte, aunque en muchos de los casos sucede tras ingerir cantidades considerables de líquido. Suele suceder al inicio del ejercicio o ante un cambio de ritmo. Se cree que este dolor es causado por el roce del estómago inflamado con el diafragma, aunque esto no explica por qué el dolor ocurre con frecuencia durante la práctica de natación,[1] donde existe poca o ninguna fuerza hacia abajo que pueda provocar este roce. En algunas regiones de Hispanoamérica es conocido como «dolor de caballo» o «bazo».
Existen varias teorías sobre las causas que lo originan:
Para evitar el flato es conveniente no comer al menos dos o tres horas de una sesión de ejercicio y evitar los alimentos con mucha azúcar, grasa y sal, beber mucho pero a pequeños sorbos, y nunca bebidas con gas.
En el caso de que duela, lo mejor es parar la actividad, flexionarse hacia delante y presionar, masajeando las zonas doloridas. También ayuda respirar muy profundamente.