Felipe de Silva (c. 1653-después de 1712) fue un pintor barroco español, teniente de conserje del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Hijo del también pintor y teniente de conserje de El Escorial Diego de Silva, copista de Tiziano, debió de nacer posiblemente en El Escorial y hacia 1653, pues en un documento de tasación de 1689 declaraba tener unos 35 años.[1] En febrero de 1670, residente en Madrid, firmó como testigo en el concierto de aprendizaje suscrito por Antonio Guerrero con Alonso del Arco, de quien pudiera ser aprendiz.[2]
De 1677 a 1682 se le documenta en Madrid como tasador de diversas colecciones de pintura y en 1690, a la muerte de su padre, heredó la plaza de teniente de conserje según se desprende de algunos memoriales no fechados en los que demandaba ayudas económicas alegando los servicios prestados a la corona y que tenía diez hijos pequeños a los que mantener.[2] A la muerte de Carlos II se encargó del inventario y tasación de sus pinturas en El Escorial. No se tienen más noticias hasta 1712 cuando pintó por encargo de los monjes jerónimos a Felipe V defensor de la Fe frente a la Herejía en conmemoración de la batalla de Villaviciosa.[1] Del cuadro existen dos versiones con ligeras variantes, una conservada en el propio monasterio de El Escorial y la segunda en el Palacio Real de Aranjuez.[3] Más que por su técnica seca, son obras interesantes por su iconografía: retratos de los reyes y del príncipe Luis niño dando muerte al dragón de la herejía en presencia de una alegoría de la Fe y ante una vista del monasterio derivada de los diseños de Juan de Herrera grabados por Pedro Perret. Suyos pueden ser también los retratos, datados hacia 1708, de Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya conservados en el monasterio, con iguales modelos y características semejantes.[4]