Un borde o falla transformante es una falla de desplazamiento horizontal de una placa tectónica respecto a la otra.[1] Su presencia se detecta gracias a las discontinuidades geológicas del terreno.
Hay dos tipos de falla transformante: las que segmentan las dorsales mediooceánicas y las que forman los bordes pasivos entre placas tectónicas continentales.
En las fallas o bordes transformantes que forman los bordes pasivos entre placas tectónicas, las placas se desplazan una al lado de la otra horizontalmente, sin producir ni destruir litosfera.[1] La falla transformante más conocida de este tipo es la falla de San Andrés, en California (Estados Unidos).[2]
Las que se producen en los bordes constructivos de placas son las que dividen las dorsales oceánicas en segmentos más o menos cortos de trazo recto, para acomodarlas a un trazado general curvo o sinuoso u oblicuo respecto a la dirección de expansión del suelo oceánico (ver imagen a la derecha).
Los otros dos tipos de bordes de placas tectónicas, los bordes convergentes y los bordes divergentes, son márgenes tectónicamente activos y ambos con actividad volcánica asociada: