Un Estado dependiente es aquel que carece de autonomía y soberanía plena sobre sus territorios, ya que están bajo la autoridad de un Estado más grande o poderoso que lo dirige en el plano político, militar, económico, etc. El tipo de relación de dependencia es habitualmente benéfica donde hay obligaciones mutuas pero diferentes.[1]
A lo largo de la historia, muchos países han practicado el clientelismo frente a países cuya subordinación podían asegurar sin tener que asumir el costo. Los tipos de estados clientes incluyen: Estado satélite, Estado asociado, Estado títere, neocolonia, protectorado, Estado vasallo y Estado tributario.