En las termas (en inglés, At the Thermae) es una de las obras más eróticas del pintor John William Godward. Está pintada al óleo sobre lienzo y sus dimensiones son de 76,8 x 38,1 cm.
En las termas (At the Thermae) | ||
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Año | 1909 | |
Autor | John William Godward | |
Técnica | Óleo sobre lienzo | |
Estilo |
Neoclasicismo Prerrafaelismo | |
Tamaño | 76,8 × 38,1 cm | |
Localización |
Col. Μartin R. Davies Estados Unidos | |
De formato vertical (mide casi exactamente el doble de alto que de ancho), la sencilla composición muestra a una joven semidesnuda, con el hombro y el pecho izquierdos al descubierto.
Los bellos tonos dorados de las carnaciones contrastan con los grises, marrones y ocres del resto del cuadro, lo que acentúa la sensualidad del conjunto. En cuanto a la indumentaria, se observan en la imagen los tradicionales quitón (χιτών) e himatión (ἱμάτιον) de las mujeres griegas y romanas.
Respecto al nombre (o apelativo) de la joven que aparece en la obra, hay ciertos indicios en el diario del artista William Russell Flint (1880-1969), quien se encuentra en Roma a finales de 1912. Tras elogiar la extrema cortesía de Godward, siempre dispuesto a hacer favores, se refiere a ella como «la modelo romana cuyo "nombre" podría traducirse al inglés como Sweetest Castaway» (en esp., «Dulcísima Náufraga» o «la más Dulce Náufraga»).
Lee Hankey me presentó a J. W. Godward en Roma. Fue extraordinariamente amable y servicial, sabía hacer muy bien su trabajo y no le importó enseñárnoslo. Pintaba doncellas griegas vestidas con sedas vaporosas, para lo que recurría a una joven romana cuyo nombre en inglés significaba Sweetest Castaway.Esta belleza era una estrella entre las modelos […]
La Dulcísima Náufraga era una recatada muchacha de mandíbula prominente que, sobre todo, sabía sacar el máximo provecho a su vida. Aceptaba cuantos regalos le hacían tanto los pintores viejos como los principiantes para los que posaba. De vuelta del extranjero, vino con un cuantioso botín de muebles y artículos para el hogar. Vivía con su extensa familia (padre, madre y seis hermanos y hermanas) en la única habitación de una casa tan sumamente pequeña que todos dormían —los mayores a lo largo y los pequeños en los laterales— en la misma cama: el inmenso letto matrimoniale de Italia.
Vigilaba atentamente sus pertenencias o, más bien, las guardaba lejos del alcance de su familia colgándolas del techo. Lo colgaba todo: sillas, mesas, un máquina de coser, alfombras y sábanas, cuidadosamente envueltas en papel de periódico engomado para mantener las polillas a raya, y todo tipo de bultos. El efecto debe de haber sido peculiar. Bajo ningún concepto, eran para ser usadas y estropeadas por su familia antes de que se las llevara, en un futuro, a su propia casa.[1]