Empresario de teatro o empresario teatral es la persona que asume y coordina los aspectos relativos a la gestión económica y comercial de la producción teatral.[1] Hay que distinguir dos tipos bien diferenciados: el empresario de compañía y el empresario de sala.[2] El primero suele formar parte del colectivo teatral para el que desarrolla las gestiones de empresa (explotar y administrar un espectáculo), y a lo largo de la historia, desde el siglo xvii, se ha identificado con el director y en ocasiones creador literario de la compañía teatral.[3] El empresario de sala, explotador del local donde se realizan las representaciones, sin embargo, puede ser ajeno a la farándula cómica; tuvo un especial desarrollo en Europa y América a lo largo del siglo xix.[4]
Puede llegar a aceptarse que el autor-empresario está de algún modo definido por el «capocómico» de la Commedia dell'Arte,[5] o con la figura del autor, auténtico rabadán del rebaño compuesto por los cómico de la legua.[nota 1]
En el siglo de Oro español, la gestión teatral en las grandes ciudades del sur de Europa se repartía entre el autor-empresario, equivalente al empresario de compañía, y las cofradías, corporaciones institucionales como empresarios de sala. Mencionado en todos los tratados de época y en estudios posteriores siempre con el término de autor, aquel empresario del siglo xvii sería una de las piezas claves de la evolución del fenómeno dramático (o «dramaturgie», término de origen griego puesto de moda en la Alemania del siglo xx).[6]
A menudo entran en litigio la denominación tradicional de empresario teatral,[7] con la más reciente de productor teatral,[8] (término y concepto acuñados en la órbita del show business de la cultura inglesa).[nota 2][9]
Desde los «capocomicos» y «autores» del siglo de Oro, pasando por los grandes empresarios del siglo xix y primera mitad del xx, puede reunirse la siguiente galería universal representativa: