El efecto Haas, también conocido como efecto de precedencia o efecto de prioridad, afecta a la percepción humana del sonido, y describe cómo, a nivel de percepción, si varios sonidos independientes llegan a nuestro cerebro en un intervalo inferior a 50 ms (milisegundos), éste los fusiona y los interpreta como uno sólo. Esto se debe a que el cerebro deja de percibir la dirección y entiende los sonidos posteriores como un eco o reverberación del primero.
Este fenómeno fue descrito por el matemático alemán Helmut Haas, a quien debe el nombre (de hecho, este efecto fue el tema que utilizó en su tesis doctoral de 1949).
El cerebro hace esta interpretación de dos modos distintos:
Para que el efecto Haas no determine en nuestro cerebro la dirección del sonido (es decir, para que se perciba el sonido como proveniente de un punto central), la señal retrasada debe tener más volumen que la primera.[1]
La llamada curva de Haas indica la intensidad (expresada en dB) necesaria para lograr una equivalencia en cuanto al retardo en milisegundos entre dos señales. Esta curva de Haas se utiliza en acústica, entre otras cosas, para mantener el estéreo en recintos.
En los eventos públicos se usan varios altavoces donde para evitar la provocación de ecos, se configuran los altavoces de tal manera que se asegure de que retransmiten con retrasos inferiores a los 50 ms.
En televisores o aparatos de música, ambos o más altavoces deben emitir el sonido a la vez o con mínima demora el uno del otro.
Se utiliza para incrementar la sensación de inmersión en un ambiente determinado
Utilizan este efecto para darle profundidad a sus mezclas, manipular los ecos y el propio volumen de sus composiciones. De esta manera hace que la música se perciba más cercana o lejana.