Un dorso de cuesta es una superficie topográfica (geomórfica) que se inclina en la misma dirección, y con frecuencia en la misma cantidad, que la verdadera pendiente o inclinación aparente de los estratos subyacentes.[1][2] Un dorso de cuesta es la superficie superior de una capa de roca resistente, a menudo denominada roca de cobertura, que normalmente apenas se asienta y cuya pendiente se reduce por efecto de la erosión. Los dorsos de cuesta conforman los salientes de cuestas, crestas homoclinales, abaulamientos (hogbacks) y planchas (flatirons). Las pendientes de estas crestas consisten en un escarpado, una pendiente pronunciada o incluso una línea de acantilados. En general, las cuestas y las crestas homoclinales son asimétricas en el sentido de que sus pendientes de inclinación son menos empinadas que sus escarpas. En el caso de los abaulamientos y las llanuras, la inclinación de las rocas es tan abrupta que su declive se acerca al escarpe en su pendiente.[1][3][4][5]
Algunos dorsos de cuesta son muy proclives a los deslizamientos de terreno, a causa de los estratos en cuesta que se encuentran por debajo de los mismos. Las placas grandes de roca poseen una tendencia a deslizarse por los dorsos de cuesta.