El desayuno continental es un formato de desayuno ligero que se compone de café o té, panecillos, mantequilla, mermeladas, bollería, zumo o jugo de fruta, etc.[1] y que es un estándar en la hostelería de origen occidental.
El desayuno continental tiene su origen en Inglaterra a mediados del siglo XIX, y su nombre es una abreviación de la expresión desayuno europeo continental que hace referencia a lo que los británicos consideran un desayuno de Europa continental.[2][3]Por lo tanto, se diferencia de los desayunos anglosajones, que suelen ser más contundentes. Por ejemplo, el «desayuno americano» incluye huevos, embutidos, alubias (frijoles) y patatas (papas).
En muchos países, esta clase de desayuno es común en la mayoría de hoteles bed and breakfast por su versatilidad y rentabilidad.
Generalmente el desayuno continental se compone de:[4]