La dermatofagia es un trastorno del control de impulsos, relacionado con el trastorno obsesivo-compulsivo, en el que una persona se muerde compulsivamente su propia piel.[1][2][3] Los afectados suelen morderse los labios, el interior de la boca y la piel alrededor de las uñas, dando lugar a enrojecimiento sanguinolento y despigmentación con el tiempo.[1][4]
La dermatofagia puede aparecer en momentos de aprehensión, nerviosismo y otros eventos desagradables.[3] Las ampollas en particular, pueden causar una sensación de ganas de morderlas (ya que la piel muerta fácilmente puede desgarrarse), lo que es perjudicial, causando infecciones. Las personas que tengan esto lo hacen y a veces no se dan cuenta de que lo hacen. Las personas que tienen padres que padecen trastornos mentales enfrentan un factor de riesgo alto de padecer este hábito.