La debellatio (del latín dēbellō ‘conquistar, subyugar’, y este de bellō, de bellum ‘guerra’) designa el final de la guerra causada por la destrucción por completo a un Estado hostil.
En algunos casos la debellatio termina con una disolución completa y la anexión del Estado derrotado al territorio nacional del vencedor, tal como ocurrió a finales de la tercera guerra púnica con la derrota de Cartago por Roma en el siglo II a. C.
La rendición incondicional del Tercer Reich ―en sentido estricto sólo la Wehrmacht― a finales de la Segunda Guerra Mundial fue en su momento aceptada por la mayoría de las autoridades como un caso de debellatio pues terminó con la completa disolución del Reich alemán,[1][2][3][4][5][6] incluyendo todas las oficinas, y los dos estados alemanes que se crearon en su lugar, Alemania Occidental y Alemania Oriental. Otras autoridades han argumentado en contra de que, como la mayor parte del territorio que componía Alemania antes de la Anschluss no se adjuntó, y la población todavía existía y los vestigios del estado alemán continuaban existiendo a pesar de que el Consejo de control aliado regía el territorio y que, finalmente, un gobierno alemán plenamente soberano se reanudó en un estado que nunca dejó de existir.[1][7]