La Crisis del cuarto de vida es un término aplicado a un período de la vida y esta de ocurrir ocurre alrededor de los 20 a 25 años de edad. El concepto proviene de una analogía con la crisis de la mediana edad. En la actualidad, es ampliamente aceptado por terapeutas y profesionales de la salud mental.
Crisis del cuarto de vida | ||
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Abby Wilner acuñó la frase en 1997. Junto con Alexandra Robbins, escribió el primer libro que identifica el fenómeno, publicado en 2001.[1] Varios otros libros han sido escritos en diversos países desde entonces.
Algunas de las características que pueden manifestarse durante esta etapa son las siguientes:
Tras la educación universitaria el ser humano entra al "mundo real" después de ingresar en la vida adulta y sus responsabilidades, algunos individuos se encuentran en un punto donde sus profesiones parecen no avanzar. Estos sentimientos e inseguridades no son extraños a estas ni otras edades de la vida adulta. En el contexto de la Crisis del Cuarto de Vida, sin embargo, ocurren justo después de que una persona (usualmente con estudios superiores), lo que trae una gran inseguridad. Esto puede darse luego del primer empleo "serio", o justo al graduarse de la universidad. Sin importar lo anterior, el mundo real es más duro, competitivo y menos compasivo de lo que uno se puede haber imaginado. Y para empeorar las cosas, los títulos universitarios y de otros tipos, en los que se invirtió tanto tiempo y dinero, sirven de poco para enfrentar estas situaciones.[1]
Al ir cediendo los altibajos emocionales de la adolescencia y universidad, muchos de los que atraviesan esta crisis experimentan un cierto grado de apatía hacia la vida. Mientras que las interacciones emocionales pueden haber sido intensas en la enseñanza secundaria y universidad, donde más o menos todos tienen la misma edad y las hormonas están muy activas, dichas interacciones se tornan más sutiles y privadas en la vida adulta.[2] Nadie quiere admitir sentirse como un perdedor. Esta frustración secreta intensifica el problema.[cita requerida]
Inclusive, un factor que contribuye a esta crisis es la dificultad para adaptarse al ambiente laboral. En la universidad, las expectativas de los profesores eran de conocimiento público (en contraste, a menudo es difícil llevarse bien con un jefe), y los estudiantes recibían constante aprobación (o reprobación) acerca de su desempeño en los cursos de la universidad. Se progresaba de forma semestral (o incluso cuatrimestral). En cambio, en el lugar de trabajo, a menudo un individuo ignora por completo la opinión de su jefe respecto a su trabajo, o si le cae bien o mal a sus compañeros de trabajo. No hay una forma automática de progresar en lo laboral (como era simplemente aprobar un curso en la universidad). Las políticas de las empresas requieren habilidades interpersonales que ni siquiera son necesarias en un ambiente educacional. Los "adultos emergentes" eventualmente aprenden estas cualidades, pero el proceso (a menudo comparado con el aprendizaje de una lengua extranjera) es a menudo sumamente estresante.[cita requerida]
Una causa importante del estrés de esta crisis es de naturaleza financiera: muchas profesiones se han vuelto altamente competitivas en años recientes. La cantidad de puestos laborales que ofrecen seguridad financiera, como las cátedras universitarias o ser socio de una firma legal, ha disminuido mucho. Esto, combinado con la reducción de plantillas, significa que mucha gente nunca experimentará seguridad ocupacional durante su vida, sobre todo en la adultez temprana. Adicionalmente, muchos jóvenes profesionales tienen que cargar con los pagos de préstamos estudiantiles que adquirieron para poder completar sus estudios.
La época en que una carrera universitaria ofrecía una vida de seguridad laboral y económica, en la que un individuo podía lidiar tranquilamente con su propia vida privada, finalizó de forma abrupta. Profesiones como la medicina, administración de negocios o la educación, requieren que los profesionales de dichas áreas inviertan 60 e incluso 80 horas semanales en la oficina, a menudo en contra de su voluntad. Si bien esto es común a todos los adultos, pareciera que los adultos jóvenes son especialmente vulnerables a las cargas psicológicas de dicho estilo de vida.[cita requerida]
Es un período de colapso mental que ocurre alrededor de los 25 años, a menudo causado por la inhabilidad de funcionar fuera de la universidad y otros ambientes estructurados, acompañado con el descubrimiento de que uno está solo en el mundo. A menudo define el comienzo del uso de productos farmacéuticos.Douglas Coupland (Alemania, 1961):
La generación X: cuentos de una cultura acelerada (novela de 1991)