Coprinus atramentarius es un hongo de la familia Agaricaceae conocido como tapa de tinta común o sombrero manchado de tinta. Se denomina así porque al madurar, el basidioma se autodigiere y se convierte en una sopa de esporas negras (etapa delicuescente y madura). Es un hongo comestible (aunque tóxico en combinación con alcohol)[1] que se encuentra sobre todo en los meses de otoño en América y Europa.[2]
Coprinus atramentarius | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Fungi | |
División: | Basidiomycota | |
Clase: | Agaricomycetes | |
Orden: | Agaricales | |
Familia: | Agaricaceae | |
Género: | Coprinus | |
Especie: |
C. atramentarius (O.F. Müll.) Pers. | |
Sinonimia | ||
Coprinopsis atramentaria | ||
Mientras que nuestro conocimiento de la reacción “coprina-alcohol” es un descubrimiento del siglo XX, la gente Yoruba de Nigeria supo esto hace años debido a que el nombre que le dan al Coprinus africanus es “Ajeimutin” (aje = comer + imu = sin beber + otin = alcohol).[cita requerida]
Aparece frecuentemente durante la primavera y el otoño, en grupos apretados en bosques caducifolios, en la orilla de los caminos, sobre excrementos y jardines siempre que estén bien abonados o con restos de madera putrefactos, es una especie nitrófila.
La sustancia responsable se denomina coprina. Esta intoxicación se denomina “síndrome copriniano” o efecto antabus por parecerse los síntomas a los provocados por la ingestión de esta sustancia anti-alcohol.
La coprina, que es una combinación del aminoácido glutamina con un derivado de la ciclopropanona, interfiere con el metabolismo oxidativo del etanol, provocando la acumulación de acetaldehído en el organismo.[1]
La intoxicación se manifiesta los 30-60 minutos de ingerir las setas. Es necesario haber consumido alcohol.[3]
Se trata de un síndrome acetaldehídico que aparece al consumir conjuntamente Coprinus atramentarius con alcohol. La coprina bloquea la enzima acetaldehído-deshidrogenasa, lo cual interrumpe el metabolismo del etanol en la etapa de acetaldehído.[4] El acetaldehído causa efectos vasomotores que impactan en el sistema nervioso autónomo. Si no se consume etanol con la comida, estos hongos son comestibles.
Los síntomas duran cerca de dos horas y pueden repetirse siempre que se tomen bebidas alcohólicas durante unos días.
Los síntomas típicos son: rubefacción cutánea (cara, cuello, pecho y extremidades), hipotensión, sofocos, palpitaciones, pinchazos y angustia respiratoria. Son posibles también las náuseas y vómitos, presentándose de forma variable, diarrea, sabor metálico, sudoración, arritmias cardíacas, vértigos y alteraciones visuales.[5] En algunos casos se pueden llegar a producir lesiones hepáticas o renales.
Los síntomas también se presentan si el alcohol fue consumido con una anterioridad de cuatro horas a la comida, o si su consumo es posterior (incluso hasta los 4 días). Los síntomas pueden ser muy leves o llegar a no producirse, según el nivel de alcohol en sangre.
Ante todo la supresión de las bebidas alcohólicas durante 4-5 días.
El cuadro clínico cede espontáneamente en 24 horas. Se toman medidas de soporte y sintomáticas, como la rehidratación. Es muy recomendable, como factor “redox”, la [[vitamina C]] a dosis altas por vía intravenosa. Por otro lado, y debido a los vómitos, no suele ser preciso el lavado gástrico.
Un eficaz antídoto para este tipo de intoxicación es el 4-metilpirazol por vía intravenosa, con una dosis de 5 mg/Kg, pudiéndose repetir si es necesario.