El convento de Santa Teresa es un convento de carmelitas descalzas en Madrid.
Convento de Santa Teresa | ||
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El convento en su primera ubicación, hacia 1869 | ||
Localización | ||
País | España | |
División | Madrid | |
Dirección | Madrid, España | |
Coordenadas | 40°26′38″N 3°41′56″O / 40.443833292121, -3.698977097907 | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Orden | Orden de los Carmelitas Descalzos | |
Advocación | Teresa de Jesús | |
Historia del edificio | ||
Fundación | 9 de septiembre de 1684 | |
Fundador | Nicolás María de Guzmán y Caraffa, príncipe de Astillano | |
Construcción | 1683-1719 | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Convento | |
Estilo | Barroco | |
Sitio web oficial | ||
Fue fundado en 1683 por Nicolás María de Guzmán y Caraffa, príncipe de Astillano y su esposa María Álvarez de Toledo y Velasco (-1710) en unos terrenos situados al norte de la villa de Madrid, al este del convento mercedario de Santa Bárbara.[1] El impulso del convento se debió a la carmelita descalza, sor María Francisca de los Ángeles (1637-1697), nacida Mariana Blázquez Merino, muy cercana al príncipe.
Las monjas provenientes del convento de San José en Ocaña tomaron posesión del convento el 9 de septiembre del año siguiente.
En 1689, tras la muerte del príncipe, el patronato del convento pasó al rey Carlos II.
En 1719 se finalizó la construcción de la iglesia. El altar de esta nueva iglesia fue donado por el patronato del convento, Felipe V de España. En 1868 la comunidad fue expulsada del convento y fueron acogidas por las salesas. En 1870 ambas comunidades serían enviadas al convento de concepcionistas de El Pardo.
En 1869 el convento fue demolido y en su lugar se trazaron las actuales calles de Argensola, Campoamor, Justiniano y la homónima de Santa Teresa.
En 1870 se comenzó la construcción del nuevo convento e iglesia en su ubicación actual en la calle de Ponzano con vuelta a la de María de Guzmán. La construcción del nuevo convento finalizó en 1893, regresando la comunidad desde El Pardo en 1894.[2] La nueva construcción se realizó con la colaboración del confesor de la comunidad, el jesuita Isidro Hidalgo; y por mediación de este la de Isidoro de Salaberri y Romeo, V marqués de Murillo; y Nicolasa Gallo-Alcántara y Siber, I marquesa de Vallejo.
El convento en su primitiva ubicación estaba ricamente dotado con importantes obras de arte como las siguientes:
El convento actual cuenta con un exterior de estilo neomudéjar en ladrillo. Su iglesia es de estilo barroco. En este convento se guardan algunas piezas de arte del convento original como una Inmaculada de Pedro de Mena;[4] y un manuscrito de Camino de Perfección.[5]