En informática, la confianza digital se refiere a todo aquello que da seguridad a los elementos electrónicos, garantizando la integridad, autenticidad y originalidad de los mismos, tanto a corto como a largo plazo. Se otorga confianza digital a un elemento electrónico cuando, una vez acabado su ciclo de mejora y crecimiento, se debe conservar a largo plazo por diferentes razones (legales, de memoria histórica, etc).[1]
Los elementos que otorgan confianza digital a los documentos electrónicos deben:
En la gestión de documentos en papel, el concepto de archivo y el rol del archivero en diferentes ámbitos, como por ejemplo en la custodia del protocolo notarial o los historiales de los archivos, está ampliamente reconocido, pero no su equivalente electrónico.
Sin embargo, cuando se ven los documentos desde el punto de vista de necesidades de seguridad legal, se convierte en necesario proveer a dichos documentos de ciertas garantías, dichas garantías deberían permitir asegurar o tener confianza en su autenticidad y su futura disponibilidad.
Con el nacimiento de los documentos electrónicos, aunque los objetivos son los mismos, los paradigmas, y por lo tanto los mecanismos, son muy distintos. El principal problema viene del uso de la firma electrónica como mecanismo para asegurar la autenticidad e integridad del documento por su carácter temporal, ya que las firmas electrónicas caducan en el momento en el que lo hace el certificado con el que se realizan.[2]
Además, existen otras dificultades que surgen al cambiar el soporte de físico a electrónico. Por ejemplo, el concepto de "original" tal y como lo entendemos en papel desaparece, puesto que todas las copias digitales de un documento son idénticas (de hecho lo que se ve en la pantalla es una copia en memoria de lo almacenado). En muchos casos ocurre que lo que uno ve en la pantalla no se corresponde con el contenido real del documento, ya que se disocia el formato de los datos, así pues, un documento electrónico original puede tener diferentes apariencias, cosa que no ocurre con el papel.
La evidencia electrónica se basa en los datos reunidos automáticamente por el sistema de información, y tiene que ser capaz de demostrar el uso que se ha dado a dichos datos. Podría ser necesario usar éstos datos para en una disputa sobre la autenticidad del documento, como prueba en un litigio o incluso para demostrar que un archivo ha sido destruido.[3]
En términos de gestión de la evidencia, es necesario que se tengan en cuenta las siguientes características:
El término intercambio, en este caso, no hace referencia a la forma en que un objeto es transmitido entre emisor y receptor, sino más bien a:
El archivado es un conjunto de acciones, herramientas y métodos usados para almacenar información en el medio y largo plazo, con la intención de poder utilizar dicha información posteriormente.
Archivar requiere, no solo “congelar” y almacenar un documento, también implica implementar una serie de reglas sobre el resto del procesamiento del documento para poder conferirle un valor legal. Este conjunto de reglas se conoce como “política de archivado”, y se usa para: