Se conoce como conducto ependimario o conducto central[1] al ventrículo de la médula espinal que contiene al líquido cefalorraquídeo.[2] Las células ependimarias que recubren el canal central, poseen un potencial latente de células madre neurales.
Se limita superiormente con el cuarto ventrículo del rombencéfalo y de forma inferior, en el ventrículo terminal de Krause.
Ocupa el centro de la médula espinal, ubicándose en el centro de la comisura gris dividiéndola en una comisura gris anterior y en una comisura gris posterior.
En su trayecto su forma varía: es oval en la médula cervical, esférico en la médula torácica y triangular o en forma de T en la médula lumbar. Esta estructura representa un vestigio del desarrollo embrionario del tubo neural.[3]
Su superficie interior en contacto con el líquido cefalorraquídeo, está tapizada por células de estirpe glial llamadas células ependimarias.
La lesión de la médula espinal (LME) traumática, induce una activación generalizada y duradera de las células ependimarias reactivas. Las células ependimarias que recubren el canal central, poseen un potencial latente de células madre neurales.[4]